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Isco ha entendido que el fútbol no es sólo regatear y marcar goles
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DE OLVIDADO A SER CLAVE PARA ANCELOTTI

Isco ha entendido que el fútbol no es sólo regatear y marcar goles

El sacrificio de Isco y su saber adaptarse a los nuevos tiempos que le exigía Ancelotti, le ha llevado a ser pieza clave del Real Madrid en la parte decisiva

Foto: Isco frente a Lahm en la ida de las semifinales de Champions (Reuters).
Isco frente a Lahm en la ida de las semifinales de Champions (Reuters).

El sacrificio de Isco y su saber adaptarse a los nuevos tiemposque le exigía Carlo Ancelotti, ha llevado al malagueño a ser pieza clave del Real Madrid en la parte decisiva de la temporada. El entrenador le pidió entrega, rebajar peso, inventarse de nuevo y el malagueño ha ido cumpliendo con todas las exigencias del técnico. Tanto el futbolista como el propio Ancelotti han dado con la tecla para que vuelva a ser clave y disfrute del fútbol. Ahora, el malagueño corre, ayuda al lateral, se sacrifica en defensa y colabora para que el sistema del italiano pueda ser compatible con su manera de entender el fútbol. Y es que ha entendido que para jugar en este Real Madrid tenía que cambiar y lo ha hecho del todo.

Carlo Ancelotti ha dado lección tras lección a la hora de solucionar posibles conflictos en la convivencia de la plantilla blanca. Quizás inició la campaña sin saber solucionar el tema de la portería, creando una bicefalia que no gustó ni a Casillas ni a Diego López. Poco a poco ha ido solucionando momentos tensos con el único objetivo de buscar el bien común del equipo, algo que el vestuario valora y que en ocasiones ha sido cuestionado desde la grada y por alguno de los que mandan.

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Una de las últimas situaciones complicadas era la de Isco. La necesidad de reconvertir el esquema blanco a un 4-3-3 dejaba fuera del once al malagueño. Su fútbol hábil al máximo, pero poco físico y en exceso horizontal, llevó al ex del Málaga a caerse de un sistema que nada tenía que ver con sus características. Pocos imaginaban a Isco corriendo detrás de un balón y jugando a sesenta metros de la portería contraria. Ni tampoco perdiendo esos dos kilos que no le permitían entregarse a tope durante los noventa minutos. Es otro. Ha creído en el mensaje del italiano y está respondiendo, tal y como hizo ante el Barcelona en Valencia y frente al Bayern.

Isco llegó a jugar de mediocentro ante el Granada. No era su posición y quedó demostrado. Ancelotti pasó a colocarle cerca del área en ese 4-2-3-1 con el que arrancó la campaña. Goles y magia en su fútbol elevaron al malagueño a los altares del madridismo. El cambio al 4-3-3 por necesidades del guion y para colocar a Bale en el once titular, llevaron tanto a Isco como a Di María a pelear por el puesto que sobraba. Ancelotti exigía dedicación y entrega defensiva y el argentino entendió mejor la situación.

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Isco se vio fuera del equipo. Enero y febrero supusieron un calvario. Ancelotti le exigió cambiar, tanto física como mentalmente. Tardó en asimilarlo, pero el campeón de Europa sub 21 terminó por recoger el guante. Incluso se llegó a hablar de la aparición de terceros equipos interesados ante el escaso protagonismo del jugador. No parecía haber otra solución. Poco a poco fue surgiendo de nuevo, a muchos metros del portero rival, pero apareciendo al fin y al cabo. Minutos sueltos, pero Ancelotti sabía que había cambiado, que había asimilado sus exigencias y, en especial, lo que significaba jugar en el Real Madrid. Además, los problemas personales-deportivos aparecidos al poco de llegar a la capital de España, quedaron solucionados.

Ante este panorama, llegó la gran oportunidad de la final de Copa. Ancelotti volvía a confiar en ese Isco capaz de rendir igual dentro del área enemiga que cerca de la propia. Titular ante el Barcelona y una semana después ante el Bayern. Tanto que el entrenador le considera vital en estos momentos para dar sentido a ese esquema que pasa del 4-3-3- en ataque al 4-4-2 en defensa. “Sin Isco no sería igual”, ha llegado a comentar un Ancelotti que sabe que ahora mismo tiene un problema: encontrar un hueco en el once de Múnich al centrocampista andaluz.

El sacrificio de Isco y su saber adaptarse a los nuevos tiemposque le exigía Carlo Ancelotti, ha llevado al malagueño a ser pieza clave del Real Madrid en la parte decisiva de la temporada. El entrenador le pidió entrega, rebajar peso, inventarse de nuevo y el malagueño ha ido cumpliendo con todas las exigencias del técnico. Tanto el futbolista como el propio Ancelotti han dado con la tecla para que vuelva a ser clave y disfrute del fútbol. Ahora, el malagueño corre, ayuda al lateral, se sacrifica en defensa y colabora para que el sistema del italiano pueda ser compatible con su manera de entender el fútbol. Y es que ha entendido que para jugar en este Real Madrid tenía que cambiar y lo ha hecho del todo.

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