El doble reto de Guardiola: ganar y hacer de la Bundesliga un referente mundial

Esta noche la Bundesliga da el pistoletazo de salida y el encargado de hacerlo no es otro que el equipo que defiende la corona de campeón. El Bayern de Pep Guardiola se verá las caras con el Borussia Mönchengladbach con una lista repleta de retos en la que destacan dos: mantener el nivel de éxitos sembrado por Jupp Heynckes y colocar a la Bundesliga como uno de los referentes del fútbol mundial. A pesar de las críticas recibidas por sus maneras, el técnico catalán fue recibido con los brazos abiertos por un campeonato que ha puesto sus esperanzas en manos del entrenador que ha revolucionado el mundo del fútbol en los últimos años. De la mano de Guardiola, la Bundesliga espera situarse a la altura de competiciones como la Premier o la Liga en cuanto a repercusión mundial.

Desde el momento en el que se supo que Pep Guardiola se sentaría en el banquillo del Allianz Arena, los focos han estado pendientes de cada uno de sus pasos. Se presentó con un alemán impecable y debutó oficialmente en la Supercopa de Alemania donde cayó frente al Borussia Dortmund (4-2). Idéntico comienzo al que se vivió en 2009 cuando se puso al frente de un Barcelona que no sabía que estaba a punto de escribir una de sus páginas más gloriosas. Cierto es que las diferencias entre el Numancia y el conjunto dirigido por Jürgen Klopp saltan a la vista pero los retos que se ha marcado (y que le exigen) son los mismoscuatro años después. Heynckes ha dejado el listón muy alto a un técnico que en su primera temporada al frente de un grande, logró todos los títulos que disputó.

El alemán no es un campeonato fácil. La competitividad alcanza sus niveles más altos y los candidatos a alzar el título de campeón aumentan temporada tras temporada aunque lo cierto es que el Bayern siempre es señalado como el favorito: desde el año 2000 ha añadido ocho trofeos a un palmarés en el que figuran 22 Bundesligas… aunque no lo hace de forma consecutiva desde la temporada 2004/2005. Otro reto más en la lista de un Guardiola que se ha encontrado con la herencia del técnico alemán y su objetivo pasa por darle continuidad, no por desterrarla. Sus cambios son sutiles: ha introducido variaciones en la alineación, ha sustituido el doble pivote por el mediocentro único y ha hecho especial hincapié en aumentar la conocida presión del Bayern y la salida del balón.

Ganar o ganar

Guardiola aterrizó en Múnich conociendo a la perfección a sus jugadores. Metódico, amante de la perfección y del control, no quiso dejar nada al azar. Sabe lo que le gusta y lo que no, lo que está bien y lo que demanda una mejora como los errores individuales que se vieron en el partido del Borussia: no fueron muchos pero sí de peso. El técnico catalán sabe que todo lo que no sea una victoria, será calificado de fracaso. El Bayern es el rival que todos quieren batir y hay equipos con armas suficientes para convertir esa aspiración en una realidad.

“Sé en qué club estoy y no es fácil”

Mientras intenta mejorar e incrementar el atractivo del fútbol alemán para que los mercados internacionales como Asia vean el potencial de la Bundesliga, Guardiola no esconde la presión a la que está sometido. Reservado al máximo, tendrá que adaptarse al carácter abierto del Bayern en cuanto a la prensa y a actos sociales pero también al espíritu ganador del actual campeón de Europa y de Alemania (donde no sólo defiende el título de Liga, también el de Copa). No será fácil. Lo sabe: “Tenemos que ganar todos los partidos por siete u ocho a cero. Es algo imposible. Sé en qué club estoy y no es fácil. Siempre tienes que ganar. Todo el mundo quiere más, más, más, más. Tengo que aceptar esta presión”. Y aunque recuerda que es “un técnico normal, no un súper entrenador: tengo sólo 42 años y sólo cinco de técnico”, a nadie se le olvida de lo que es capaz. La aventura alemana es una nueva oportunidad de demostrarlo.