Mata está de moda en la Premier y podría ser coronado como mejor jugador de la temporada

No ha llegado a completar su segunda campaña en el Chelsea y en la Premier League y el español Juan Mata es uno de los jugadores más prestigiosos y reconocidos del campeonato inglés. El centrocampista internacional no para de acumular elogios y éxitos desde su aterrizaje en el barrio rico de Londres en agosto de 2011. Titular indiscutible para André Villas-Boas, Roberto Di Matteo y ahora Rafa Benítez, el futbolista asturiano acumula una FA Cup y una Liga de Campeones, a lo que hay que sumar las distinciones individuales. La temporada pasada fue nombrado ‘Jugador del año’ en el Chelsea y esta campaña se encuentra nominado a ‘Mejor jugador’ de la Premier. El campeón de Europa y del mundo con la ‘Roja’ pelea por este galardón con nombres como los de Gareth Bale, Luis Suárez, Robin Van Persie, su compañero Eden Hazard y Michael Carrick.

La gran mayoría de técnicos, periodistas y aficionados consideran que la mayor parte del buen fútbol del Chelsea parte de las botas de Mata. La canalización del juego debe pasar imperiosamente por el internacional español, y así lo tiene en su libreto el entrenador madrileño del conjunto ‘blue’. Sus tremendas condiciones técnicas no han pasado desapercibidas para una hinchada, la de Stamford Bridge, rendida a los pies de un futbolista al que apenas le hizo falta período de adaptación. Con un inglés para defenderse, el exjugador del Valencia pronto se dio cuenta de las exigencias físicas del fútbol en las Islas. Pero al margen de la dureza con la que se emplean los jugadores, a este deporte se juega igual en Londres que en Sebastopol, y de esto sabe mucho el canterano del Real Madrid.

Desde que diera el salto del Castilla al Valencia, la carrera de Juan Mata ha sido meteórica. A sus 19 años apenas notó la diferencia en el salto de categoría. Pasar de Segunda División a Primera no fue un problema para un jugador que muy pronto se ganó la confianza de su entrenador, Quique Sánchez Flores. En su  primera temporada en la élite del fútbol español (2007-2008), Mata disputó 34 partidos, anotando 10 goles. En la siguiente, las cifras ascendieron hasta los 50 encuentros y 14 tantos. Eso le valió un hueco en la lista de Vicente del Bosque para el Mundial de Sudáfrica. Tras ser campeón del mundo, pasó una temporada más en Mestalla antes de emprender rumbo a la capital británica.

A cambio de 25 millones de euros, Juan Mata desembarcaba en el acorazado de Roman Abramovich, quien venía desembolsando cantidades ingentes de dinero con el fin de conquistar su gran objetivo, la Champions. A pesar del baile de entrenadores, es curiosamente con el fichaje del asturiano, entre otros, cuando el magnate ruso hace realidad su sueño. El 19 de mayo de 2012 quedará marcado en rojo y en letras mayúsculas para el dueño del Chelsea y para el propio Mata, que tocó con su club el cielo futbolístico que ya había alcanzado con la selección española.

Su primera experiencia lejos de España se saldaba con matrícula de honor, por lo que la 2012-2013 se presentaba como la temporada de la madurez para uno de los referentes del Chelsea. El listón estaba muy alto, tanto a nivel colectivo como a nivel individual. Y si bien el equipo no ha estado a la misma altura de la campaña pasada, no se puede decir lo mismo de la actuación del internacional español. Las cifras hablan por sí solas; de los 54 partidos, 12 goles y 19 asistencias de su primera temporada, a los 53 partidos, 17 goles y 24 asistencias de este año cuando aún faltan por disputarse seis jornadas de liga y, lo que es más importante, las semifinales de la Europa League ante el Basilea, único título que aún puede conquistar el conjunto de Benítez.

No hay duda que el ‘10’ del Chelsea se ha convertido en referente del club con apenas un centenar de partidos. La temporada está siendo complicada (el asunto del entrenador y su relación con la grada ha enturbiado en cierta manera el ambiente), pero la conquista del segundo título continental y la distinción como mejor jugador del campeonato pueden ser una buena forma de cerrar su segundo año como ‘blue’.