Di María revoluciona al Real Madrid y acaba con el atrevimiento del Alcoyano

El partido que se vivió en el Santiago Bernabéu no era difícil. Ni para el anfitrión ni para el visitante. El Real Madrid se sabía superior gracias al contundente marcador de la ida (1-4) y el Alcoyano sabiendo la complejidad de la gesta, optó por disfrutar jugando al fútbol en un escenario único. Mourinho dio paso a un once plagado de suplentes y de canteranos; para ellos también suponía una cita para divertirse. Ni siquiera el revés sufrido en el primer minuto, la lesión de Raúl Albiol, alteró los planes del conjunto dirigido por el portugués que resolvió el partido con victoria (3-0) en el último tramo gracias ala revolución liderada por dos habituales en el once titular: Di María y Benzema.

Con atrevimiento. Así salieron los jugadores del Alcoyano a jugar sobre el césped del Santiago Bernabéu. Los cuatro goles que el Real Madrid hizo en la ida no pesaron en el juego de los alicantinos que salieron a por el partido como si todo estuviera en juego, nada de cobardía sino todo lo contrario para intentar conquistar el balón. El problema es que el Real Madrid compartía el mismo objetivo aunque su superioridad inicial hizo que los madridistas no metieran la sexta para resolver el choque. Esta iniciativa mostrada por ambos combatientes se tradujo en ocasiones sobre las dos porterías y tiempo para que Adrián y Adán (capitán por un día en sustitución del lesionado Albiol) se lucieran para dejar las porterías de sus equipos limpias de goles.

El partido dio para ver detalles, pocos, de la cantera, esos que tanto demanda la grada del Bernabéu, y para que los aficionados fueran testigo de la transformación de Luka Modric. El croata cuajó una actuación más que gris frente al Betis en la Liga pero en el partido de Copa aparecía constantemente en todas las ocasiones del Real Madrid asociándose con Callejón, Morata o recogiendo rechaces en el área buscando abrir el marcador. La posesión y la paciencia para dominar caían del lado madridista mientras al Alcoyano le costaba armar sus jugadas de ataque. Todo lo contrario sucedía en el conjunto blanco que metía miedo a Adrián aprovechando cualquier ocasión y coyuntura pero sin definición: lo intentaron Callejón, Modric  y Varane recogiendo rechaces, combinando sin entenderse Morata con Callejón e incluso a balón parado pero el portero del Alcoyano repelía todos los balones que aparecían por su área.

La revolución de Di María 

Antes del descanso, el Alcoyano logró sacudirse el mítico miedo escénico, se acomodó y empezó a robar minutos de posesión al Real Madrid que no olía el balón. Al fin, los alicantinos combinaban, hilaban y se acercaban poco a poco a Adán que no tenía demasiado trabajo. La dinámica se cortó tras el descanso porque las faltas trabaron el juego y porque la valentía del Alcoyano duró lo que Mourinho tardó en dar entrada a Di María y a Benzema, habituales en el once titular blanco. El argentino revolucionó el partido con su visión de juego, su rapidez y su frescura, espabiló levemente a un perdido Özil y abrió el marcador en el 71 después de que Callejón se empeñase en pasearse con el balón ante la defensa del Alcoyano para combinar con Benzema y que éste sirviera a Di María que marcó con un tiro cruzado.