El Valencia y Emery, un matrimonio de conveniencia a punto de renovar 'sus votos'

El futuro del banquillo del Valencia es aún una incógnita. Tras la noticia de la oferta de renovación que el club ha lanzado a Unai Emery, la entidad está a la espera de la respuesta del técnico vasco porque, como bien apuntó Manuel Llorente, se trata de "una negociación en la que hay dos partes". Un hipotético 'ok' de Emery le vincularía a la entidad valencianista una temporada más como mínimo, pero significaría además aceptar el hecho de que el club se ha decantado por él porque no ha encontrado nada mejor. Además, sus condiciones no mejorarían, pero el listón y las exigencias sí se elevarían. Ser tercero ya no es suficiente para Llorente, que quiere mejores resultados en el resto de competiciones.

La lucha por la tercera plaza no será el único objetivo del club valencianista de cara a la próxima temporada. Su máximo dirigente quiere ver una mejora importante del equipo en la Copa del Rey y en la Champions League y eso significa que las exigencias de Emery serán mayores que hasta ahora. ¿A cambio de qué? De nada. Sus condiciones económicas serán las mismas y su único incentivo será su renovación automática en 2012, eso sí, solo si cumple los objetivos. Además está por ver que se cumplan sus deseos de apaciguar el vestuario prescindiendo de los jugadores más conflictivos.

El club sabe que Emery tampoco está en condiciones de exigir. No ha habido un interés real por parte de ningún otro equipo y él mismo es consciente de que el Valencia es la mejor de sus opciones. Entrenar a otro grande de la Liga es una posibilidad que no se contempla, por lo que la unión entre club y técnico, en caso de prolongarse, respondería a los intereses de cada uno y su relación sería lo más parecido a un matrimonio de conveniencia.

La opción más fácil para ambas partes

El propio presidente del Valencia reconoció en rueda de prensa que el club buscó posibles sustitutos, pero lo que para Llorente no fue más que un movimiento lógico para "tener preparadas alternativas y saber cómo está el mercado",  para Emery puede ser entendido como un desprecio. El conseguir el objetivo fue determinante para tomar la decisión de renovar al técnico, sí, pero pese a tener asegurado el tercer puesto, el club no ha cedido y no le ha ofrecido nada más. Su única recompensa es la renovación.

Sin duda, para el Valencia es la mejor alternativa atendiendo a la relación calidad/precio. El club no anda sobrado de fondos y el técnico vasco es un gasto más que asumible que además garantiza, si no un juego regular, sí buenos resultados a final de temporada como demuestra el tercer puesto de la tabla en las últimas dos temporadas. El mercado no ha ofrecido nada mejor y fichar a un nuevo entrenador supondría un desembolso sin la certeza de que el nuevo inquilino del banquillo valencianista cumpla los objetivos marcados.

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