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Rechazó la Primera y doblar su salario por unos colores
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MICHU, UN EXTRAÑO CASO DE FUTBOLISTA

Rechazó la Primera y doblar su salario por unos colores

Tuvo la oportunidad de debutar en Primera pero renunció a ello con tal de no traicionar sus orígenes y los colores de su intocable Oviedo, donde

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Rechazó la Primera y doblar su salario por unos colores

Tuvo la oportunidad de debutar en Primera pero renunció a ello con tal de no traicionar sus orígenes y los colores de su intocable Oviedo, donde nació y creció como futbolista. Michu, actual jugador del Celta, recibió este invierno una suculenta oferta del Sporting de Gijón para jugar en la Liga BBVA, pero el jugador, después de recibir constates amenazas por parte de los Ultras del Oviedo y también del Sporting, y de escuchar lo que su corazón le dictaba, declinó la grandiosa oferta del conjunto rojiblanco, quedándose en el Celta, renunciando a debutar en Primera y despreciando una oferta que le duplicaba su sueldo como profesional.

 

Michu vivió los siete días más largos de su vida. Quizás se enfrentó a la decisión más difícil a la que se ha enfrentado hasta ahora. Sobre la mesa tenía dos opciones. La primera, consistía en fichar por el acérrimo rival (el Sporting) de su querido Real Oviedo. De esta forma, jugaría por primera vez en Primera División y duplicaría sus ingresos hasta alcanzar los 2,5 millones de euros.

La segunda, se basaba en rechazar la oferta del Sporting, quedarse con el Celta en Segunda División, renunciar a ganar más dinero y dejar pasar el tren de la Primera. A cambio, se sentiría tranquilo y en paz por no haber traicionado a sus amigos oviedistas, el club que le dio la oportunidad de incursionar en el mundo del balompié y mantener en calma a los Ultras del conjunto azul, con los que se reúne en el Tartiere cada vez que puede acudir a ver al Oviedo.

Michu se decantó por la segunda. Ahora tiene la conciencia tranquila. Demostró ser un futbolista forofo, de esos que ya están en extinción y se cuentan con los dedos de las manos. El tren de la Primera División pudo habérsele escapado, pero Michu está en paz. El jugador asegura que su decisión de quedarse en el Celta no se debió a las amenazas de los Ultras de ambos equipos, por el contrario, ahora resulta que no recibió ninguna amenaza por parte de nadie, a pesar de que su hermano y abogado ha dicho lo contrario a algunos medios.

Durante esa semana Michu permaneció en absoluto silencio. No hizo ninguna declaración al respecto, Dejó a su padre y representante, José Luis Pérez, negociar con el Sporting. Sólo quería acertar en su decisión y no arrepentirse. Según el periódico La Nueva España, Manuel Preciado habló con él para transmitirle confianza y serenidad. Pero no hubo forma alguna para convencer a Miguel Pérez Cuesta ‘Michu’ de que la opción de ir al Sporting le cambiaría la vida.

De cualquier forma, Michu no podía quedar bien con ambos bandos. Los aficionados del Sporting están dolidos con el jugador por declinar la opción de jugar en El Molinón. El pasado fin de semana en el Vicente Calderón, durante el partido entre el Atlético y el Sporting, El Confidencial pudo comprobar como los aficionados rojiblancos le dedicaron al futbolista del Celta algunos pirópos: "Michu muérete, Michu muérete, Mi-chu mué-re-te".

Michu seguirá jugando en Segunda con el Celta. Su amor por el Oviedo seguirá al rojo vivo. Ni la Primera, ni el dinero, son suficientes para Michu como para cambiar de aires. Al jugador se le podrá recriminar muchas cosas, pero nunca su fiel sentimiento azulado. Miguel Pérez Cuesta ‘Michu’ nació el 21 de marzo de 1986 en Oviedo, es centrocampista y lleva el dorsal número 5 del Celta de Vigo.

Tuvo la oportunidad de debutar en Primera pero renunció a ello con tal de no traicionar sus orígenes y los colores de su intocable Oviedo, donde nació y creció como futbolista. Michu, actual jugador del Celta, recibió este invierno una suculenta oferta del Sporting de Gijón para jugar en la Liga BBVA, pero el jugador, después de recibir constates amenazas por parte de los Ultras del Oviedo y también del Sporting, y de escuchar lo que su corazón le dictaba, declinó la grandiosa oferta del conjunto rojiblanco, quedándose en el Celta, renunciando a debutar en Primera y despreciando una oferta que le duplicaba su sueldo como profesional.

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