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Messi frente a Heinze, ¿un duelo equilibrado?
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ARGENTINOS, AMIGOS, Y RIVALES DENTRO DEL CAMPO

Messi frente a Heinze, ¿un duelo equilibrado?

No será la primera vez que Messi y Heinze se vean en el campo como rivales. Tampoco será la primera vez que dejen de ser amigos

Foto: Messi frente a Heinze, ¿un duelo equilibrado?
Messi frente a Heinze, ¿un duelo equilibrado?

No será la primera vez que Messi y Heinze se vean en el campo como rivales. Tampoco será la primera vez que dejen de ser amigos durante noventa minutos. Este sábado uno perseguirá al otro. Heinze intentará frenar, obstaculizar, detener, apagar y ausentar al mejor futbolista en tiempos actuales. Messi, por su parte, intentará escapar, esquivar, driblar, adelantar y engañar al lateral izquierdo del Madrid. Ambos tienen objetivos diferentes. El primero tiene la misión de anular al segundo, mientras que el segundo tiene la obligación de generar el mayor peligro posible en puerta rival.

 

Lo complejo de ese cara a cara se reflejará en el marcador. Si Messi sale inspirado, es probable que Heinze vea la primera tarjeta amarilla antes de que todos los asistentes al Bernabéu estén sentados, con lo cual, el defensa argentino comenzaría con una desventaja importante en la lucha cuerpo a cuerpo. Si Messi sale inspirado y Henize también, lo más probable es que el delantero del Barça gane el duelo con complicaciones. Si Messi no sale inspirado, Heinze no debe despreocuparse por completo, porque aún así, Messi puede aparecer un minuto y generar un caos, un huracán y un terremoto convertidos en gol.

 

Heinze lleva siete tarjetas amarillas y dos rojas en lo que va del campeonato liguero. Ha jugado 21 partidos, ha hecho 30 faltas y ha cometido dos penaltis, mientras que Messi ha disputado 29 encuentros ligueros, ha recibido 76 faltas, ha provocado 14 tarjetas amarillas, una roja y ha marcado 21 goles. En definitiva son dos realidades distintas a partir de dos demarcaciones distintas. Uno defiende y el otro ataca, de ahí que el sábado será un cara a cara entre dos argentinos, dos rivales, dos futbolistas, con un objetivo en común: ganar la Liga.

 

En el primer enfrentamiento de esta temporada entre Barça y Madrid, Heinze no jugó. Ni fue convocado por lesión. En su posición estuvo Sergio Ramos, que intentó frenar a Messi, pero en el último minuto del partido el argentino sentenció el encuentro al marcar el 2-0. En ese 14 de diciembre del 2008, el Madrid acudía al Camp Nou sin sus mejores soldados y en el peor escenario posible. El Barça estaba intratable, dejaba a la vista de todos destellos de grandeza. Ahora las cosas han cambiado.

 

El Madrid llega con la esperanza como tarjeta de presentación, y el Barça con el agotamiento acumulado de pelear por el título en tres competiciones diferentes. Heinze, en detrimento de Pepe, que por la inexplicable agresión a Albín y a Casquero le supuso la sanción de 10 partidos, llegará al clásico con doble motivación, mientras que Messi seguirá con su objetivo de conquistar estadios y recibir ovaciones en campos ajenos.

 

No será la primera vez que Messi y Heinze se vean en el campo como rivales. Tampoco será la primera vez que dejen de ser amigos durante noventa minutos. Este sábado uno perseguirá al otro. Heinze intentará frenar, obstaculizar, detener, apagar y ausentar al mejor futbolista en tiempos actuales. Messi, por su parte, intentará escapar, esquivar, driblar, adelantar y engañar al lateral izquierdo del Madrid. Ambos tienen objetivos diferentes. El primero tiene la misión de anular al segundo, mientras que el segundo tiene la obligación de generar el mayor peligro posible en puerta rival.

Leo Messi