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El día en que la Fórmula 1 se quedó sin argumentos para defender el Gran Premio de Mónaco
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URGE UNA REFLEXIÓN SEVERA

El día en que la Fórmula 1 se quedó sin argumentos para defender el Gran Premio de Mónaco

La carrera de Fernando Alonso en el Principado de Mónaco resume todas las incongruencias de un circuito que es la antítesis de lo que puede esperarse de la cumbre del automovilismo

Foto: El español, durante el domingo. (EFE/Anna Szilagyi)
El español, durante el domingo. (EFE/Anna Szilagyi)

Desde hace ya muchos años es evidente que el Gran Premio de Mónaco se juega el sábado en la sesión clasificatoria, pero en ninguna edición quizá haya quedado tan al descubierto lo incompatible que es el trazado actual del Principado de Mónaco con la Fórmula 1. Fernando Alonso acabó undécimo sin poder adelantar a nadie y con la única misión de frenar a los pilotos que le perseguían para permitir a su compañero de equipo Lance Stroll parar a cambiar neumáticos y no verse superado. Nula gloria en una de las citas que se supone clave del calendario.

Nada hay que reprochar al piloto español por hacerlo. En mayor o menor medida, así es el juego que hacen todos los equipos para proteger su posición en pista; sabedores de la casi imposibilidad de recuperar compitiendo lo que pudiera perderse en una parada en boxes. De hecho, ya es incluso doblemente irritante, que después de sacrificar una carrera para una misión tan triste, Stroll pinchara un neumático al rozar un guardarraíl y no sirviera para nada el intento.

El Gran Premio ya se había echado a perder el sábado al encontrar tráfico en el momento decisivo de la clasificación, pero si había una mínima posibilidad de provocar una sorpresa con el apartado estratégico, esta se arruinó en el mismo momento de la salida con el accidente de Checo Pérez y Kevin Magnussen. La acción provocó la bandera roja. Cuando se dio la nueva salida con los coches supervivientes, la mayoría había hecho ya sus cambios de neumáticos. Esto significaba que a menos que entrara un coche de seguridad, ni por estrategia iban a poder hacerse cambios.

placeholder El español, en acción. (EFE/Anna Szilagyi)
El español, en acción. (EFE/Anna Szilagyi)

Un despropósito

Y es que resulta ridículo que Fernando ruede del orden de dos a tres segundos más lento de lo que sería capaz y que Daniel Ricciardo, que era el piloto que le perseguía, no tuviera ninguna opción. A fin de cuentas era algo muy parecido a lo que iba ocurriendo en cabeza de carrera para evitar que McLaren pudiera sorprender a Ferrari. Pero más ridículo resulta aún, no solamente que pueda completarse un Gran Premio completo con un juego neumáticos duros, sino que pueda hacerse también con neumáticos de compuesto medio, como fue el caso de Fernando.

"Intentamos todo lo que teníamos a mano para sumar algún punto", explicaba un decepcionado Fernando. "Iba a ser difícil, así que intentamos hacer la parada con Lance (Stroll) para tener neumáticos frescos para intentar atacar a Gasly, pero tampoco pudimos hacerlo". El sabor se hizo más amargo aún cuando a través de la radio le comunicaron al piloto asturiano que no era décimo como él creía, sino undécimo. Un fin de semana para olvidar en definitiva.

Una estrategia fallida

El propio piloto de Aston Martin reconocía que si ya de por sí iba a ser difícil tener oportunidades de lograr un buen resultado, el hecho de arrancar con duros buscando el milagro jugó en su contra. La idea de planear una parada a cambiar neumáticos muy tardía era buena, pero cuando el resto de la parrilla que había partido con medios ponía duros, se acabó la fiesta. "Es casi un suicidio ir hasta el final de carrera con medios porque tienen que durarte 71 vueltas", sentenció el bicampeón mundial-.

Mónaco desde luego se ha quedado fuera de lugar en la Fórmula 1 actual, pero no es culpa de Mónaco que la propia competición no tenga previsto un sistema y un tipo de neumáticos que evite el absurdo de no necesitar cambiar neumáticos a lo largo de toda una carrera. "Hemos hablado muchas veces de cambiar esa regla", argumentaba el ovetense. "E igual vuelve este tema a salir a la palestra. Si hay una bandera roja no debería permitirse cambiar los neumáticos para que la carrera siga viva. A veces te beneficia, otras te perjudicará, pero hoy saliendo desde atrás no ha pasado nada y hemos tenido una carrera muy aburrida".

Foto: Fernando Alonso con los mecanicos de McLaren en el pasado Gran Premio de Miami. (Europa Press)

Y efectivamente, como recordaba Fernando, la carrera fue aburridísima. No es aceptable que las posiciones de final de carrera de los pilotos fueran básicamente las mismas que las de la parrilla de salida una vez descontados los pilotos accidentados. Es mala cosa cuando la emoción la haces depender de la aparición de un coche de seguridad, pero si ni siquiera ocurre eso, las vergüenzas de Mónaco quedaron, este fin de semana pasado, más en evidencia que nunca.

El problema de la Fórmula 1

Al comienzo del fin de semana, Christian Horner, el jefe del equipo Red Bull, con no poca razón, advertía que solamente hay dos formas de mejorar la competición en Mónaco y es o bien haciendo los coches más pequeños o ampliando el circuito. El manager británico admitía que es muy difícil por motivos variados que los coches reduzcan mucho su tamaño, por lo que las opciones para seguir justificando la presencia del Principado en el calendario pasan por ampliar el circuito. Como en casi todo en la vida, en este tipo de situaciones todo se reduce a tener voluntad y poner dinero y parece que en este caso no hay ni lo uno ni lo otro.

Foto: Verstappen y Horner, durante el último Gran Premio de China. (Reuters/Edgar Su)

En las negociaciones que hay entre Liberty Media y el Automóvil Club de Mónaco, el punto principal de la discusión gira siempre alrededor de incrementar el canon anual que paga el Principado al promotor de la Fórmula 1. Y esto es un profundo error. Mónaco por su historia merece más que nadie su lugar en la competición, pero más que pedir dinero, lo que tiene que hacer Liberty es exigir soluciones. Estas no van a ser baratas, pero el dinero debe de ir a tratar de mantener una carrera única, no a incrementar la cuenta corriente del propietario comercial del campeonato.

Una de las figuras principales del deporte, como es Fernando Alonso, no puede verse relegado a desempeñar un papel tan triste como el realizado ayer domingo. Ojo, esto no quita que Aston Martin deba reaccionar de forma urgente y como el propio Fernando advertía, Imola y Mónaco son dos toques de atención importantes para sentar las bases de un buen futuro.

Si nos vamos al otro extremo del nivel competitivo, como puede ser el caso actual de McLaren, ni Oscar Piastri, ni Lando Norris tuvieron opción alguna de superar a Charles Leclerc y Carlos Sainz, respectivamente. Mónaco tiene que cambiar. Y Aston Martin, también. Hay días donde las situaciones llegan a un punto inaceptable y ayer domingo fue uno de esos días.

Desde hace ya muchos años es evidente que el Gran Premio de Mónaco se juega el sábado en la sesión clasificatoria, pero en ninguna edición quizá haya quedado tan al descubierto lo incompatible que es el trazado actual del Principado de Mónaco con la Fórmula 1. Fernando Alonso acabó undécimo sin poder adelantar a nadie y con la única misión de frenar a los pilotos que le perseguían para permitir a su compañero de equipo Lance Stroll parar a cambiar neumáticos y no verse superado. Nula gloria en una de las citas que se supone clave del calendario.

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