La última oportunidad de Carlos Sainz y Ferrari para el póquer de trofeos rotos en un año

"Un gran comienzo de semana, aunque tal vez no tanto romper el trofeo...". Si romperlos es buena señal en 2023, Carlos Sainz ha comenzado con buen pie el Gran Premio de Las Vegas. Sería el tercero de la temporada en acabar destrozado después del de Lando Norris en Hungría y del de Max Verstappen en Bélgica. Aunque el del piloto español se lograra en un partido de golf…

La anécdota podría justificarse ante las sensaciones que se destilan desde Ferrari y el propio Sainz. Aunque repleto de incógnitas y variables, el nuevo trazado americano se ofrece teóricamente favorable al SF23. Por lo que avanzan sus pilotos, razones tendrán desde el simulador, como por los antecedentes en los que el monoplaza italiano se ha mostrado competitivo 2023. Incluso ganador.

En una Fórmula 1 de geometría variable según el día y el circuito, aventurarse con optimismo no es aconsejable. Sin embargo, Ferrari se atreve a lanzar señales de humo positivas para este fin de semana. Mejor no romper el cuarto si llegara, pero tal y como va el año...

¿Como Monza?

Tipo de asfalto -urbano- y su evolución durante el fin de semana. Superficie del trazado y su nivel de bacheado, tan crucial para determinar la altura del monoplaza. Y, sobre todo, temperatura media más baja del año que puede oscilar en torno a los diez grados, a gestionar con los tres compuestos más blandos de Michelin. Con estos factores habrán de lidiar todos. Luego, cada monoplaza se enfrentará a un singular trazado que acentuará sus virtudes o defectos. Para Ferrari, este circuito de tan anómala configuración podría amplificar los primeros.

"Las Vegas va a ser un buen sitio para nosotros, todas nuestras indicaciones apuntan a que será un circuito de baja carga aerodinámica y, como tal, confiamos en que podemos ser competitivos, aunque todavía tenemos un coche complicado", anticipaba durante la semana Jock Clear, responsable de rendimiento de Ferrari. Luego vendrán los matices, pero Ferrari suele rendir en un trazado de alta velocidad, poca curva, y de aquellas que no se atragantan tanto al SF23.

"Tenemos mejores esperanzas que en las últimas carreras. Es un circuito que parece convenirnos más, con rectas largas como Monza y cerradas como en Monza y Singapur", explicaba Carlos Sainz en la rueda de prensa previa al Gran Premio. "La secuencia de las curvas 1 y 2 puede que no sea adecuada para nosotros, pero el resto del circuito sí lo es, y esperamos que esto nos brinde mejores oportunidades".

Salir pitando desde los libres

La referencia de Monza -donde Sainz logró el mejor tiempo- sirve de esperanza para Ferrari. Quizás el de menos carga aerodinámica del campeonato, con tan solo seis curvas, en el trazado italiano también se aprovechó la frescura de unidades de potencia nuevas, que no es el caso de este fin de semana. Con similitudes a Bakú -Leclerc logró la pole- y a algún sector de Singapur -donde Sainz salió primero y luego logró la victoria- el piloto español husmea otra posibilidad de podio.

Sin embargo, Sainz ofrecía un dato clave para calibrar su potencial en un trazado repleto de incertidumbres. Hay que hacerse uno con la máquina desde el primer minuto, como fue en su caso Monza o Singapur. "Será importante sentirse cómodo con el coche desde el principio, porque sintonizarse con la pista es fundamental cuando se afronta por primera vez un circuito urbano", explicaba Sainz.

"Hay que rodar todo lo posible, acercarse a los muros y familiarizarse con la frenada, que aquí se produce al final de largas rectas y es especialmente traicionera", afirmaba el madrileño. Porque el neumático perderá temperatura durante la larguísima recta, más si cabe con tan bajas temperaturas. "Este viernes tenemos un día intenso por delante que debemos aprovechar al máximo", explicaba Sainz sobre la importancia de las dos primeras sesiones de libres. Si comenzara el viernes como en Monza o Singapur, su cotización empezaría a ganar enteros para el fin de semana.

Las trampas de la carrera

"En los dos entrenamientos libres de este viernes descubriremos muchas cosas, incluso si es cierto que esta pista debería adaptarse mejor a nuestro coche que las últimas en las que hemos corrido", avisaba Leclerc en la misma línea que Sainz y Clear. Porque Las Vegas también oculta una cara oscura que podría traicionar el cauto optimismo de Ferrari.

En principio, la pista se beneficiaría a los monoplazas que más rápidamente generen temperatura de neumático, crucial para el rendimiento a una vuelta. Suele ser el caso del SF23, máxime en un trazado de configuración favorable. Por el contrario, la carrera variará con las oscilaciones de la temperatura, la evolución de la pista y de los compuestos que Pirelli ha traído a este Gran Premio.

Aunque Leclerc y Sainz se aúpen arriba en la parrilla el sábado, aún habría que afrontar una prueba en un trazado de superior capacidad para el adelantamiento. Nada de Singapur, por ejemplo, donde Sainz gestionó el ritmo de carrera, también apoyado por Leclerc. Y sí quizás más como Monza, donde los Red Bull acabaron por comerse a los monoplazas italianos.

De aquí que Clear abriera la ventana a esas incertidumbres. "Aún tenemos un coche delicado, que entra y sale de la ventana (óptima de rendimiento) muy rápidamente, y el problema para nosotros ha sido entender esto". Esa sorprendente vuelta en los clasificatorios de México que valió la primera línea fue un ejemplo extremo.

En Las Vegas, por tanto, la degradación puede ser crítica ante las bajas temperaturas y, si el SF23 empezara a deslizar en carrera, como teme Clear, el neumático pagará el precio. "Será importante sentirse cómodo con el ritmo desde el principio, porque la sintonía con la pista es fundamental cuando se afronta por primera vez un circuito urbano", avanzaba el responsable de rendimiento de Ferrari, en la misma línea que Sainz.

"En carrera no puedes operar en una ventana estrecha porque es larga, las temperaturas cambian, los neumáticos cambian, así que necesitas una ventana un poco más amplia para tener una carrera realmente buena. Aquí es donde está el punto fuerte de Red Bull: su ventana operativa es muy amplia". Si Monza fuera el espejo para Las Vegas, allí Carlos Sainz se llevó un trofeo. Afortunadamente, sigue intacto.