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El 'crash' de los patrocinios de criptomonedas o cuando la Fórmula 1 juega con fuego
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UNA CONTROVERSIA QUE CRECE

El 'crash' de los patrocinios de criptomonedas o cuando la Fórmula 1 juega con fuego

Apenas un año ha durado la revolución crypto, donde después de multimillonarios acuerdos, prácticamente todas las marcas del sector se han batido en retirada por distintos problemas

Foto: Podium del Gran Premio de Miami. (EFE/EPA/GREG NASH)
Podium del Gran Premio de Miami. (EFE/EPA/GREG NASH)

Hace apenas unos días el equipo Sauber anunciaba un importante acuerdo de patrocinio con Stake.com, una empresa australiana de casino en criptomonedas. El anuncio ha sido sorprendente no sólo por la abultada cuantía, (100 millones de euros repartidos en tres años) sino por ocurrir en un momento que la reputación y presencia del sector en la Fórmula 1 está en horas bajas. Audi ha aceptado un sponsor cuando menos controvertido, para que el equipo esté bien financiado en el tiempo de transición hasta que tome las riendas de forma oficial en 2026. Pero hay riesgos en la decisión. Muchos riesgos.

No es casual el hecho que el acuerdo dure exactamente el período que transcurre desde que comienza el proceso de absorción integración del equipo suizo por la marca de los cuatro aros. A pesar de ello, no deja de ser un riesgo reputacional muy alto para Audi estar vinculado con una empresa del sector de las criptomonedas. Hay razones sobradas para el recelo general que existe en la actualidad.

El colapso catastrófico del patrocinador del equipo Mercedes, FTX, encendió la sirena para que inmediatamente saltaran todas las alarmas hacia el sector de las criptomonedas. Mercedes, con la caída en desgracia de Samuel Bankman-Fried, el dueño de la empresa, ha sufrido mucho más a nivel reputacional que por la pérdida de los 27 millones de euros que, al parecer, FTX aportaba a las arcas del equipo. Cuando se descubrió el pastel de la inflación fraudulenta de su valor y la absoluta temeridad e incluso ilegalidad de muchas de sus operaciones comerciales, el daño para la imagen del equipo ya estaba hecho.

placeholder El Sauber en un acto promocional con su nuevo sponsor (Sauber)
El Sauber en un acto promocional con su nuevo sponsor (Sauber)

Un daño irreparable

De nada servía, que una vez que estallara el escándalo, el jefe de equipo Toto Wolff diera orden de eliminar con efecto inmediato los logotipos de FTX, en las carrocerías de los monoplazas. Cuando hay miles de inversores y ahorradores arruinados ante un fraude que huele totalmente a estafa piramidal, es inevitable que pongan en cuestión tu buen nombre. Mercedes aunque obrara de buena fe, hizo publicidad involuntaria de un fraude y apalancado en su buena imagen, contribuyó a proyectar solidez a un proyecto empresarial de lo más turbio.

Los patrocinadores que aprovechan el espectacular escaparate que proporciona la Fórmula 1, para dar buena apariencia a negocios oscuros, no son nada nuevo. En un deporte donde la necesidad de dinero para mantenerse siempre ha resultado acuciante, a menudo no se han hecho las due dilligence de la seriedad de la empresa en cuestión, con la debida diligencia valga la redundancia. Hubo casos sonados hace muchos años como el de la empresa Moneytron, que llegó incluso a tener equipo propio pero que apenas duró un año en competición. El tiempo justo para que la justicia belga pusiera el cerco a su extravagante dueño Jean Pierre Van Rossem. Pero, la cuestión es que acuerdos rimbombantes de patrocinio, que al poco tiempo se descubre que detrás de la fanfarria no hay más que humo, son incontables.

En la pasada temporada nueve de los diez equipos presentes en la parrilla tenía un acuerdo con una empresa del sector de las criptomonedas y apenas un año después no queda apenas nada. La propia Fórmula 1 entre sus patrocinadores oficiales cuenta con crypto.com una de las firmas más conocidas del sector que incluso a día de hoy sigue siendo el patrocinador oficial del Gran Premio de Miami. Veremos a ver en qué queda todo, pero el tsunami ha sido devastador. Se puede argumentar, que el nuevo patrocinador de Sauber, no es exactamente comparable, porque es un operador del sector de apuestas más que una empresa al estilo de las comentadas, pero tampoco invita mucho a la confianza este dato, porque tampoco el sector de las apuestas deportivas pasa por sus mejores momentos a nivel reputacional.

placeholder  Ferrari no ha sido ajeno al derrumbe de los patrocinios del sector 'cripto'. (REUTERS/Ricardo Arduengo)
Ferrari no ha sido ajeno al derrumbe de los patrocinios del sector 'cripto'. (REUTERS/Ricardo Arduengo)

El caso Ferrari

Cuando se debatía acerca del fenómeno de las monedas virtuales encriptadas y sus derivados como los NFT (Activos no fungibles) muchos eran los que veían humo o cuando menos a castillos de naipes dispuestos a desmoronarse. Pero el discurso era tan seductor como poderoso: O te sumabas al ‘futuro’ o te quedabas atrás. Y hasta los equipos más exquisitos a la hora de seleccionar sus patrocinadores, como es el caso de Ferrari, cayeron en sus redes. El socio criptográfico del equipo italiano, la empresa suiza Velas, no es un lugar de intercambio de criptomonedas sino una tecnología blockchain, pero el derrumbe del sector les ha afectado a ellos de igual manera.

Cuando Ferrari anunció el acuerdo con Velas a principios del año pasado, la empresa valía 0.39 dólares pagables en criptomonedas. El acuerdo con la mítica marca italiana hizo que su valor rápidamente se disparara hasta un máximo histórico de 0.55 pero hoy día cotiza a apenas 0.03 dólares. Es una situación que ejemplifica con toda claridad lo mucho (e inmediato) que puede hacer un buen patrocinio de Fórmula 1 por una marca, pero al mismo tiempo el daño reputacional que puede hacer a un equipo un patrocinio con una empresa fallida o cuando menos controvertida. Ni un año ha durado el acuerdo multimillonario de más de 40 millones anuales que unía a Velas con Ferrari. Otro aviso a navegantes como el de Mercedes y FTX terrible.

El asunto tiene mucho más calado del que a priori parece, porque es inevitable que la audiencia mil millonaria de la Fórmula 1, muchos se pregunten por qué deberían de confiar, por ejemplo, en los patrocinadores del sector del gran consumo, cuando les acaban de tomar el pelo. Hablamos de un grupo bien conocido de empresas vinculadas a este deporte que se han llevado por delante, ahorros de millones de familias e inversores de buena fe. Si todos pensaron que esas compañías se podían asociar a empresas tan reputadas como Mercedes, Ferrari o Red Bull porque eran negocios fiables, es inevitable que surjan recelos y como consecuencia, una bajada inevitable del valor de un patrocinio. Son los peligros de jugar con fuego. Aunque venga encriptado.

Hace apenas unos días el equipo Sauber anunciaba un importante acuerdo de patrocinio con Stake.com, una empresa australiana de casino en criptomonedas. El anuncio ha sido sorprendente no sólo por la abultada cuantía, (100 millones de euros repartidos en tres años) sino por ocurrir en un momento que la reputación y presencia del sector en la Fórmula 1 está en horas bajas. Audi ha aceptado un sponsor cuando menos controvertido, para que el equipo esté bien financiado en el tiempo de transición hasta que tome las riendas de forma oficial en 2026. Pero hay riesgos en la decisión. Muchos riesgos.

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