¿Tongo o incompetencia de los comisarios? Así recibió Ferrari por todos lados en Mónaco

No parece que los cambios en la dirección de carrera introducidos esta temporada por la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) hayan mejorado la situación, más bien parece que se haya dado un paso atrás. Si hemos visto numerosas inconsistencias desde la primera prueba en Bahrein, en Mónaco los errores fueron numerosos y variados, y Ferrari fue uno de los perjudicados. Tanto, que hasta tuvieron su influencia en el devenir del Gran Premio y en su resultado final.

Ningún mérito que restar a Checo Pérez en su victoria, y las discutibles decisiones de los comisarios deportivos no deben ensombrecer su triunfo . Sin embargo, eso no quita que unas muy discutibles decisiones (o inacciones más bien) de los comisarios pongan en entredicho no sólo la competencia sino hasta la neutralidad de la dirección de carrera.

Esteban Ocon, cuestionó precisamente esa neutralidad sin pelos en la lengua cuando vació toda su rabia acusando de favoritismo hacia Lewis Hamilton por parte de los comisarios. Fernando Alonso también tuvo sus más y sus menos con el cuerpo arbitral, al tacharles de incompetentes después de la sanción que recibió en Miami, Pero quizá, las mayores inconsistencias o dobles varas de medir se vivieron en Monaco, donde la dirección de carrera no se ha cubierto precisamente de gloria.

Un doble rasero inaceptable

Resulta muy difícil entender cómo puede sancionarse a Carlos Sainz con 25.000 € el sábado por molestar a Stroll durante los entrenamientos y que, sin embargo, Nicolas Latifi escapara impune por bloquear al ser doblado al propio Sainz, no una curva sino más de media vuelta. Es decir, dirección de carrera se pronuncia duramente en unos entrenamientos, y en el momento más decisivo de la carrera no dice absolutamente nada. ¿Alguien lo entiende? Más sonrrojante resulta intentar justificar la decisión aduciendo que molestar a un piloto en entrenamientos y no respetar las banderas azules son faltas al reglamento distinto. Es el típico razonamiento del soberbio que, incapaz de admitir un clamoroso fallo, se queda en la anécdota y no va al fondo de la cuestión.

Si es grave molestar a un piloto en entrenamientos, mucho más grave es aún molestarlo en carrera, ¡con el agravante de hacerlo con el líder de la prueba!. Pero por si fuera pequeña la metedura de pata de tal inacción por parte de los comisarios, qué decir sobre que los dos pilotos de RedBull escaparan también impunes por haber superado la raya que limita el carril de salida de Boxes. Christian Horner el jefe de RedBull intentó justificar que Checo pisó la raya pero no la superó, pero si en ese caso podría haber dudas, la infracción de Verstappen fue clarísima como pudo verse en las imágenes de televisión.

Carlos Sainz, tremendamente frustrado como es lógico, hablaba de ello en la conferencia de prensa al terminar la prueba: "No puedo ni contar la de veces que me estorbaron en Mónaco durante este fin de semana, a veces de forma peligrosa y otras no tanto: Lo que no puedo entender es como nos sancionan con 25.000 euros como equipo por lo que hice, acepté la culpa, me disculpé con Lance, y luego resulta que otros casos no se investigan y otros pilotos no son multados exactamente por lo mismo".

Mattia Binotto advirtió además que no fueron uno sino los dos pilotos de Williams, Nicholas Latifi y Alex Albon, los que se negaron a moverse fuera del camino y molestaron a sus pilotos a pesar de ser doblados, a lo que Sainz apostilló: "Nos costó la carrera y no hubo ninguna acción. Y eso sí que fue un impedimento de verdad el que nos hicieron. Aquí es donde queremos más claridad. Y queremos más coherencia. Es tan simple como eso"-concluyó el piloto madrileño-.

Haciendo bueno a Masi

No es descartable que parte de todas estas incoherencias surjan del hecho de existir una dirección bicéfala de carrera entre Eduardo Freitas y Niels Wittich, de los que se dice que tuvieron una fuerte discrepancia en la más que cuestionable decisión de retrasar una hora el Gran Premio por la presencia de lluvia. A tenor de la trayectoria profesional de ambos y de las decisiones que han ido tomando a lo largo de la temporada, quizás Niels Wittich será el que va a acabe haciendo bueno a Michael Masi.

El alemán está demostrando los peores vicios de los malos árbitros de fútbol, los rigurosos en lo irrelevante y miedosos en lo flagrante. El tono de sus explicaciones a menudo exuda cierta soberbia del que habla pagado de sí mismo para que todo el mundo sepa que quien manda es él. Pues tan malo es el excesivo colegueo que tenía Michael Masi con los jefes de equipo durante la carrera como ponerse puntilloso en la literalidad de un reglamento sin atender al sentido común en su interpretación.

Se suponía, además ,que los cambios que introducía la FIA en la forma en la que se iban a dirigir las carreras buscaban la consistencia y, de forma especial, la agilidad en la toma de decisiones. Pero ahí está la sanción a Esteban Ocon de cinco segundos para demostrarlo, porque ni era coherente con acciones similares vistas en otras carreras, ni se le comunicó rápidamente al equipo, sino sólo después de muchas vueltas. Para este viaje no hacía falta tanta alforja, habría que decirle a Mohammed Ben Sulayem, el presidente de la FIA que lejos de resolver el problema arbitral parece haberse incluso empeorado.

Una cosa son errores en cuestiones sujetas a interpretación, y otra bien distinta no sancionar, por ejemplo a Max Verstappen, por una infracción clara al reglamento como fue sobrepasar la raya del carril de salida de boxes. Si Carlos hubiera hecho lo mismo que Verstappen, Latifi no se habría interpuesto en su camino y el madrileño habría acabado ganado el Gran Premio. Al final, el que en carrera (cuando de verdad cuenta) respeta las normas se vuelve a casa sin triunfo y con una multa de 25.000 euros, mientras que los infractores se van de rositas sin multa alguna.