¿Están Audi y BMW pugnando por comprar el caramelo inglés de McLaren y entrar en la F1?

McLaren desmintió ayer con rotundidad los rumores de su adquisición por Audi. Sin embargo, parece que al mismo tiempo algo importante viene cociéndose en torno al constructor británico. La noticia publicada por la revista británica 'Autocar', anunciando la adquisición de McLaren por parte de Audi, revolucionó el mundo del motor al dar por hecho que el coloso alemán compraba McLaren en su totalidad, incluyendo en el paquete el equipo de Fórmula 1 y la división de superdeportivos. Autocar es un medio de prestigio. Chocaba una adquisición así porque en un consorcio que cuenta con Porsche, Lamborghini y Bugatti en su portafolio no terminaba de encajar que Audi quisiera incorporar una marca que tendría en ese grupo muchos (quizá demasiados) solapamientos.

No olvidemos además que se trata de Audi y no de la matriz, el Grupo Volkswagen que sería como es lógico quien tendría la última palabra en el asunto. No olvidemos tampoco que el constructor alemán se ha embarcado en una cruzada de electrificación de sus productos a nivel global que chirría un poco con la compra de un fabricante de este tipo. Quizás la publicación británica intentaba tirar del hilo para sondear que hay detrás de todo. McLaren pidió la retirada de la noticia en el mismo día.

¿Informaciones interesadas?

Pero la información aparecía apenas un par de días después que el medio alemán 'Automobilwoche' anunciara las avanzadas conversaciones de BMW con McLaren para adquirir al constructor británico. Este extremo fue desmentido por la propia BMW, pero añadiendo un matiz importante: "No estamos interesados en adquirir McLaren como un ente completo", lo que indicaría un posible interés en adquirir solo la división de superdeportivos. En el caso de la marca bávara es muy destacable que, a diferencia de Audi, sí que existe un encaje perfecto en su portafolio de marcas, y encajaría perfectamente su propio posicionamiento en el mercado junto a MINI y Rolls-Royce.

Sí parece claro, en todo caso, que el McLaren Group está en venta. Pese ese a detentar a través de su holding TAG solamente el 14% de la empresa, el fallecimiento de Mansour Ojieh ha podido ser decisivo. Era la guía y referencia de la empresa para la familia real de Bahrein, accionistas mayoritarios con un 57% a través de su fondo soberano Mumtakalat. Los 'Bahreinies', como son conocidos en el mundillo, tendrían poderosas razones para vender ahora que les falta su gran aliado, por no hablar de las acuciantes necesidades de recapitalización que necesita la empresa.

Solo en el transcurso del último año se ha vendido un tercio del equipo de Fórmula 1 al consorcio estadounidense MSP, un 10% al empresario canadiense Michael Latifi. Se ha vendido también bajo la fórmula de 'sale & leaseback' la imponente sede de Woking por 715 millones de euros. Recaudó 550 millones de libras (738 millones de dólares) de inversores existentes y de la venta de acciones preferentes y garantías de capital con el fondo Ares Management, así como el fondo soberano de Arabia Saudita. También recaudó 620 millones de dólares de una emisión de bonos y una cantidad no revelada por la venta de su división McLaren Applied Technologies. En resumen, hablamos de unas inyecciones de capital descomunales que daría una idea de lo crítica que podría ser hasta estos momentos la tesorería de la prestigiosa marca británica.

Una marca en claro ascenso

La cuestión es que tanto el equipo de Fórmula 1 como la división de automóviles superdeportivos van ambos claramente al alza, cumpliendo y cuando no sobrepasando objetivos de crecimiento. Gracias a esta progresión y buenas perspectivas del negocio, McLaren se presenta como un caramelo muy apetecible para ser comprado por alguno de los grandes grupos automovilísticos. Pero a BMW solamente le interesa en principio la parte de coches de calle, y Audi únicamente muestra interés por el equipo de Fórmula 1. En Ingolstadt son muy conscientes que sería su plataforma ideal para pelear desde el inicio con su gran rival, Mercedes, cuando entre en vigor la nueva reglamentación.

¿Y cuál es el interés de McLaren para vender la empresa? Básicamente, venderse como una única entidad. No tanto por cuestiones románticas, sino porque en la posible venta, Mumtakalat y TAG, (que combinados representan alrededor del 70% de la empresa) querrían vender su paquete accionarial. Realizada la venta y sus posibles beneficios, dejan el comprador la siempre difícil lidia con el resto de inversores dispersos entre equipo de competición y división automovilística.

Pero no parece que se vaya a repetir la batalla entre Volkswagen y BMW en aquella turbulenta adquisición de Rolls-Royce, donde después de un largo litigio, los segundos se quedaron con los derechos de la marca y los primeros se quedaron con la fábrica y la filial Bentley. McLaren, a falta de una oferta completa que satisfaga a sus propietarios, busca un socio tecnológico poderoso, algo que pueden proporcionar tanto BMW como Audi. BMW ya suministró en su día motores a McLaren en el mítico modelo F1 de Gordon Murray, y Audi (que viene a ser lo mismo que decir Porsche) y tiene dentro de la empresa a dos ex-Porsche como son Andreas Seidl y Michael Macht, quienes lideran el apartado técnico de las dos divisiones de la casa de Woking.

Desmentido, pero con matices

McLaren se apresuró horas después de que se publicara la noticia a desmentir tajantemente la información, admitiendo no obstante que su "estrategia tecnológica siempre ha implicado conversaciones continuas y colaboración con socios y proveedores relevantes, incluidos otros fabricantes de automóviles". Parece claro que está en marcha un juego a varias bandas, donde cada cual utiliza sus armas incluyendo quizá las filtraciones interesadas a medios, como parece ser el caso tanto de BMW como de Audi.

Como se dice vulgarmente, "aquí nos conocemos todos". Si BMW fue artífice de que McLaren entrara por la puerta grande de los superdeportivos y de paso triunfar en las 24 horas de Le Mans de 1995, Porsche (Grupo VW-Audi) fue artífice de la ascensión al estrellato de McLaren con aquel motor turbo financiado por TAG, que dio tres títulos mundiales consecutivos con Niki Lauda y Alain Prost en 1984, 85 y 86. A la hora de pugnar por el caramelo, tanto uno como otro tienen sólidos argumentos para seducir. ¿Quién se llevará finalmente el gato al agua?