"Romper el juguete" a Mercedes y Ferrari, presunto objetivo de la FIA... y de Red Bull

“La FIA sospecha que algunos equipos y fabricantes están encontrando un camino alternativo para ‘saltarse’ el reglamento, aumentando el flujo de combustible -100 kg/h-en otras áreas donde no está el medidor de flujo de la FIA. De esta manera se otorgado una potencia extra -500 bares- sin que dicho medidor de flujo refleje anomalía alguna. Por ello, a partir del GP de China los comisarios medirán la presión del combustible en más partes del sistema de alimentación, no sólo en las cercanías del medidor. Presuntamente, los beneficiados de esta ‘alternativa’ son los motores Mercedes, Ferrari y Honda (quien no puede todavía obtener un supuesto beneficio de ello), en detrimento de Renault, que ofrece una potencia de 250 bares”.

Otra vez el espíritu de la norma puesto en duda. La noticia la dio esta semana el portal italiano Omnicorse y, al margen de que se confirme oficialmente la información, sería una medida fiscal que encaja dentro de la filosofía de la Fórmula 1. El caudalímetro, como ya pasó en el GP de Australia de 2014 (descalificación de Daniel Ricciardo), vuelve a entrar en escena. En aquella ocasión perjudicó a Red Bull y hasta Mateschitz entró en escena para proponer de manera indirecta un cambio en las normasque podrían llegar ahora. El Confidencial ya lo sugirió en forma de titular: "Los temores de Mercedes: ojo que viene el lobo de Red Bull".

“Nos han roto el juguete. Ya no tenemos ventaja”, comentó Adrian Newey, “ya no tenemos la superioridad que teníamos el año pasado por los cambios técnicos que fueron introducidos deliberadamente contra Red Bull”, explicó Helmut Marko. Ambas declaraciones tuvieron lugar por el cambio en la normativa de cara a 2012 con la prohibición del difusor soplado que les había mostrado intratables en 2011… salvo en el GP de Gran Bretaña, cuando se prohibió eventualmente (se vio como un experimento por parte de la FIA) y Fernando Alonso aprovechó con su Ferrari para ganar. La temporada 2014 se puede comparar con aquella de 2011 en cuanto al apabullante dominio de un equipo. Si cabe, el W05 resultó superior al RB7.

Si los equipos no son capaces de dar caza a Mercedes, la FIA –quien pone las reglas del juego- se ‘unirá’ a ellos. La Federación ya prohibió para esta temporada el sistema de suspensión hidráulica FRIC, el cual conectaba el eje delantero con el trasero y el lado izquierdo con el lado derecho para hacer al monoplaza lo más estable posible. Supuestamente Mercedes era quien más desarrollado tenía el sistema pero, como apuntó Niki Lauda hace un año, “esta eliminación del FRIC no cambiará mucho”. Sin embargo, lanzó la siguiente reflexión: “Tenemos que preguntarnos por qué un sistema que era legal hace un año y medio de repente se prohíbe”. Helmut Marko, debido a que Red Bull también utilizaba dicho sistema, también cuestionó la prohibición: “En los últimos años, a menudo hemos tenido que volver a hacer algo que ya ha había sido declarado legal”.

¿Esta sospecha de la FIA sobre el control del flujo y su posible actuación cambiarían el panorama de la actual F1? ¿En cuántas décimas por vuelta se podría traducir? Parece descabellado pensar que Mercedes perdería su corona, pero quizás equipos como Williams o Ferrari fueran más accesibles para Red Bull y Toro Rosso, por ejemplo. Especulaciones, en cualquier caso, que de cumplirse alegrarían la cara a Renault y a su máximo exponente en F1, Cyril Abiteboul: “No vamos a tener este año un motor ganador”, reconoció este martes a Autosport.

Las modificaciones en el reglamento ha sido una práctica común en esta competición y 2013 fue también un ejemplo de ello cuando cambiaron los neumáticos por “motivos de seguridad”, explicó la FIA. En un abrir y cerrar de ojos la ligera ventaja que tenía Ferrari desapareció en favor de un incontestable dominio de Red Bull. Anterior fue la erradicación del doble difusor que ‘sufrió’ Ross Brawn, el mass damper de Renault… El objetivo de estas variaciones: crear una competición sin un dominador que ponga en jaque el espectáculo. Difícil compromiso, en este caso.