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Sir Jack Brabham: 'Black Jack', o "cuando empieza la carrera, se acaba la m..."
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tricampeon, y ganador con su propio coche

Sir Jack Brabham: 'Black Jack', o "cuando empieza la carrera, se acaba la m..."

Desde Australia, y a pecho descubierto, Jack Brabham dejó su nombre en la historia del automovilismo a través de una aventura personal y deportiva única

Foto: Jack Brabham (imago sportfoto)
Jack Brabham (imago sportfoto)

“No había reglas o unmanual paraJack. Lo hizo todoporsí mismo.” ¿Qué personalidad fue capaz, desde las pistas de tierra de Nueva Gales del Sur, de lograr tres títulos en Fórmula 1, y ser el único piloto en la historia en ganar con su propio coche y equipo? Ese cuajo lo tenía dentro Sir Jack Brabham, tan amplio comoel ‘outback” de sus tierra natal."Fue un pionero, tomó el camino más duro".

En un mundode talentos adolescentes,‘managers’, ‘coaches’, contratos desde la infancia,‘escaleras de talento’ y demás moderneces, la trayectoria de Jack Brabham se antojaba como una exploración por el salvaje Amazonas. Su condición de piloto fue solo una de las caras del poliedro. “Cuando pienso en Jack, pienso en un individuo tenaz, el trabajador absoluto, lo hizo a su manera, y lo logró”. Mark Webber sabe de lo que habla, su padre siguió muy de cerca al tricampeón australiano, y él recibió siempre su ayuda y consejo.

Una dura escuela

Hijo de un repartidor de verduras, Brabham sabía ya conducir a los doce años la furgoneta de su padre. Pero su pasión no eraconducir los coches, sino destriparlos. Y este gen le acompañó decisivamente toda su vida. Cuando dejó el colegio, solo quería ser mecánico. Con veinteun emigrante americano, John Schomberg, le pidió que cuidara de su coche de competición. El joven Brabham lo hizo a conciencia hasta que el jefe se retiró. Sin saber qué hacer con la montura el mecánico decidió pilotarlo de un día para otro. Terminó cuarto en su primera carrera y segundo en la siguiente.

Pasó siete años compitiendo en las pistas de tierra de Nueva Gales, exprimiendo con sus manos los motores que luego usaba en la pista. Aquel fue un duro aprendizaje, muy diferente al de las estrellas de Fórmula 1 a las que se enfrentaría más tarde. Fueron años que marcaron su carácter, y su trayectoria posterior fue una proyección de aquella escuela vital. Siempre con la desdoblada mente del piloto y el amante profundo de la mecánica.

“No les gustaba mi enfoque de las cosas”

A mediados de la década de los 50 dejó esposa e hijo en Australia para emigrar a Europa. No había otra. Como aquel emigrante irlandés que llegaba desconcertado a la Ellis Island neoyorquina, el australiano se encontró en medio la selva automovilística británica. Con tenacidad, errores y fracasos, y algunos contactos que adquirió en la pelea, con la actitud de ese Cortés que quemaba sus naves para ganar o morir, Brabham salió adelante. A mitad de 1958 ya debutó en la Fórmula 1.Su olfato mecánico le permitió aprovechar una revolución en marcha.

En 1959 tenía en sus manos un Cooper con motor Convetry Climax, que iba situado detrás del piloto. La Fórmula 1 cambiaba radicalmente con aquel esquema.En Mónaco, su tercera carrera de la temporada, logró su primer triunfo. Mientras tanto, su carácter determinado, serio, poco sociable con rivales y prensa, también empezó a destacar. “No les gustaba mi enfoque de plantear las cosas”.

El primer título, empujando el coche

"Le odiábamos cuando llegó”, diría de él Granham Hill.“Era muy serio, con total determinación para ganar, trajo un nivel de intensidad que no había existido hasta el momento”. Le apodaron ‘Black Jack’ por su dureza a la hora de defender su posición en la pista. “Crecí en una escuela diferente a otros pilotos”, contestaba el australiano. El remate de su primer título encajaba perfectamente con su personalidad y vida.

Gran Premio de Estados Unidos, en Sebring. Brabham, Moss y Brooks se jugaban el título. Tras diferentes carambolas, el australiano se encontró en cabeza, camino del título. A falta de una vuelta, sacaba otra al segundo clasificado. Cuando, de repente, se quedó sin gasolina a cuatrocientos metros de la meta. El coche tenía suficiente inercia para seguir, con la bandera a cuadros a la vista…hasta que se paró a cincuenta metros de la meta. Brabham se bajó del coche y empujó y empujó como un loco. Con un golpe final de riñón consiguió entrar en meta, y cayó exhausto al suelo. Vaya manera de conseguir un título.

Ferrari, el eternoenemigo

“Me apoyó y aconsejó siempre y fue un confidente cercano, incluso en los dos últimos años, tras escuchar los rumores de que podría ir a Ferrari, me dijo que estaría muy decepcionado si lo hubiera hecho, porque para él era una absoluta traición, ya que ellos eran su motivación, a los únicos que quería batir en su día”, señalaba Mark Webberal recordar la memoria de Brabham. Porque, efectivamente, el australiano pusoa la Scuderia en el centro de su personal e inamovible diana.

Jack Brabham y Mark Webber. (Mark Webber)“Me encantaba ganar a Ferrari, era la mayor satisfacción”. En 1960, tras batir a los monoplazas italianos en Reims, incluso Enzo Ferrari le llamó a Maranello para negociar su fichaje. “No fui nunca, no estaba interesado, solo lo estaba en ganarles, no en unirme a ello. Ferrari era el rival, y había que tratarle como tal”. ¿Cuántos pilotos en la historia se permitieron decir ‘no’ al Comendattore? Jack Brabham ni siquiera se dignó a ello. Siempre, con sus propias reglas.

“Pilotábamos para relajarnos”

Brabham logró su segundo título en 1960. Al año siguiente creaba con Ron Tauranac la empresa Motor Racing Developmentsy comenzó a construir chasis para clientes. Ferrari había copiado ya el concepto de motor trasero en 1961 con el que ganó el título aquel año, y Brabham decidió montar su equipo al año siguiente. Todo y todos eran australianos. Con los motores 1.5 no pudo hacer nada, pero cuando llegaron en 1966 los motores de tres litros,con su agudeza y experiencia mecánica,decidió encargar un motor de 3 litros a Repco, la empresa que conoció en su época de mecánico del ejército de aviación australiano. Entró en una espiral de locura.

“Pasábamos el día y la noche construyendo los coches, y pilotábamos para relajarnos”. Cuando se publicó un libro de memorias sobre el australiano, se tituló “When the flag drops.” Brabham quería que se incorporara todo el famoso refrán,“When the flag drops, the bullshit stops” (“Cuando comienzala carrera, se para la m….”) porque, decía, “cuando estabas al volante y empezaba la prueba estabas ya solo, en tu mundo, concentrado solo en ganar la carrera, todo lo demás quedaba olvidado, y eso me encantaba”.

“Probablemente perdí treinta amigos en el tiempo que competí”

En 1966 disfrutó de verdaddentro del coche. Pero tenía entonces 40 años, y loscomentarios sobre una excesiva ‘veteranía’le tocaban la fibra. En el Gran Premio de Holanda de aquel año llegó a la parrilla con una gran barba postizay cojeando,apoyado en un bastón. Primero, la comedia. Luego, la victoria dos horas después.Afinal de año se convirtió en el únicopiloto que ha ganado un título con su propio equipo. Hasta hoy. Bruce McLaren y Dan Gurney, pilotos suyos, imitaron su ejemplo y crearon sus equipos. Ron Dennis comenzó a destacar conBrabham como mecánico. Hoy dirige el equipo que fundaríael primero.

'Black Jack’ siguió en activo hasta 1970. Pudo ganar su cuarto título entonces, pero la suerte no le acompañó en momentos clave. Perdió la victoria en la última vuelta de la famosa carrera deMónaco frente a Jochen Rindt. Otro tanto le ocurrión en Gran Bretaña. En el Jarama iba camino del triunfo cuando su motor se rompió. Su mujer, Bette, y su padre, le venían presionando para que se retirara. Pensó más en ellos que en sí mismo, porque aún se sentía vivo para la competición, como luego reconocería. “Probablemente perdí treinta amigos en el tiempo que competí”. Incluido Jochen Rindt, amigo personalque también pilotó para él.“Tenías que convivir con ello, porque ocurría regularmente”, recordaría al respecto.

Tres hijos, tres pilotos

Un vez retirado, pasó su equipo a Ron Tauranac, quiena su vez lo vendió a Bernie Ecclestone.Volvió a Australia como una leyenda, pero quería pasar siempre desapercibido y siempre huíadelos reconocimientos públicos. Alain Jones y Mark Webber llevaron dentro parte de su estigma,de su espíritu duro y directo. Medio sordo por los motores que tanto amaba, se dedicó a su enorme granja y creó varios negocios. Sus tres hijos fueron también pilotos y les apoyó tanto como duro era también con ellos. David llegó hasta la Fórmula 1, hoy sigue en activo, y ganó las 24 Horas de Le Mans en dos ocasiones, una de ellas con el español Antonio García, cuando ambos corrían con Aston Martin.

Aún en el presente, incluso para los profanos, decir'Brabham' traslada inmediatamente al mundo de la competición. Hasta lafonética de su apellido acompañaba su pasión por los motores.'Black Jack’ lo hizo absolutamente todo en las carreras, hastasobrevivir en un mundo y una época apasionantes, pero igualmente crueles. Y murió dulcemente, sin sufrir. Como nos recordaba su pupilo Mark Webber, también hasta para marcharse,"hizo las reglas parasí mismo”.

“No había reglas o unmanual paraJack. Lo hizo todoporsí mismo.” ¿Qué personalidad fue capaz, desde las pistas de tierra de Nueva Gales del Sur, de lograr tres títulos en Fórmula 1, y ser el único piloto en la historia en ganar con su propio coche y equipo? Ese cuajo lo tenía dentro Sir Jack Brabham, tan amplio comoel ‘outback” de sus tierra natal."Fue un pionero, tomó el camino más duro".

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