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Rush, una gran película de Fórmula 1
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el papel de niki lauda, esplÉndido

Rush, una gran película de Fórmula 1

Se ha logrado comprimir el intenso y dramático campeonato de 1976 con magníficas recreaciones que no deberían defraudar al aficionado

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El primer plano recogía la ventana del casco de Niki Lauda. Por el orificio de la balaclava se veían sus ojos. La reproducción de los pliegues resultantes de sus quemaduras, y hasta el perfil de los lacrimales, aparecía esculpido como si un duplicado del verdadero Lauda se tratara. Es uno entre los muchos detalles con los queRush se ha acercado a la Fórmula 1, derrochando verosimilitud, rigor y respeto.

No es una película de puristas, tampoco una banalización de este deportepara el gran público. Rushconsigue un equilibrio no logrado hasta ahora porotras películas del género. Hace concesiones en uno y otro sentido, pero quienes quieran sentir esta espectacular disciplinano se verán defraudados. En este sentido, Rush es una gran película de Fórmula 1.

La atención al detalle

Senna era un documental. Le Mans y Grand Prix quedaban medio camino. Otras películas del género automovilístico no serán nunca recordadas como clásicos representativos. La dificultad de combinar un guión verosímil con la compleja producción y realizaciónque exige estedeporteha sido el gran obstáculo. Las películas antes mencionadasse apoyaban en imágenes reales para el cuerpo principal de la película. El gran mérito de Rush, entre otros, reside en su capacidad recrear la Fórmula 1 con sus propios recursos. Aunque haya que acudir a las técnicas de digitalizaciónpara recrear muchas escenas de acción,por otro parte, onmipresentes hasta en las series de televisión

Vale la pena pararmuchos planos para comprobar hasta qué punto los productores han recuperado infinidad de detalles de la época, evidenciando una granatenciónal detalle y el afán de hacer justicia a la Fórmula 1. Por ejemplo, el extraordinario trabajo que ha supuesto recuperar prácticamente casi todala parrilla de la época, bien a partir de monoplazas originales, bien de costosas reproducciones. Y si bien resulta materialmente imposible reproducir con total fidelidad las decenas de escenarios, circuitos y situaciones reales del campeonato, el esfuerzo de Rush es digno de elogio. En este sentido, por ejemplo, las escenas del Gran Premio de España son magníficas.

Los árboles no deben ocultar el bosque

La grandeza de la Fórmula 1 como disciplina es que ha podido brindarnos episodios épicos como el duelo de Hunt y Lauda en 1976. Con una historia real ya dada, el propio Ron Howard reconocía que podría haber necesitado una serie de varios capítulos para reproducirla. Ha sido necesario pues, engarzar la historia real con elementos de ficción para comprimir en dos horas un torbellino de acción y emociones, desafío del que Howard ha salido más que airoso. Aun así, la película incluso recoge muchas conversaciones reales que tuvieron lugar en momentos clave para sus protagonistas, gracias también al magnífico trabajo de asesoramiento con el que los productores han contado.

Quizás, se podía haber prestado más atención a momentos de extrema intensidad, como las horas previas al Gran Premio de Japón, que hubieran proporcionadoun climax final extraordinario junto alas escenas en pista. También se echa en falta un perfil menos descafeinado de James Hunt, pero este fue condicionado por las exigencias familiares y del propio Niki Lauda, que no quería degradar a quien era uno de sus mejores amigos de la parrilla, ya que la película crea entre ellos una oposición que no era tan acusada como aparece reflejada en el film. En estos y otros detalles, los puristas podrían poner el grito en el cielo, así como en algún otro error histórico deliberado para encajar las piezas de la trama, pero sería mezquino fijarse en algún árbol que otro para no disfrutar de tan magnífico bosque.

Un increíble y espectacularNiki Lauda

Pero si las aristas del perfil de Hunt han sido limadas y falta carácter en este lado del cuadrilátero, el papel de Niki Lauda ha sido mimado hasta el extremo, tanto por los productores, como por el protagonista, Daniel Brühl, quien lleva a cabo una actuación sencillamente memorable. Vale la pena ver la película sólo por seguir con detenimiento los mil y un matices con los que Lauda ha sido recreado. Personalidad, gestos, voz (en inglés) la dramática caracterización en los momentos posteriores al accidente… Salvando algunas pequeñas concesiones, quien no conociera la época y el personaje, pueden tener la seguridad de que se han acercado de manera pasmosa al Niki Lauda de entonces.

Y sí, el riesgo era real, la muerte también, y aquellos pilotos estaban hechos de otra pasta. Rush nos lo vuelve a recordar sin concesiones melodramáticas. En este tema como en otros, Ron Howard se ha acercado con cariño y rigor a un mundo del que, él mismo lo reconoce, se ha quedado enganchado. Y en Rush se nota. Porque es la mejor película de Fórmula 1 que se ha hecho hasta el momento.

El primer plano recogía la ventana del casco de Niki Lauda. Por el orificio de la balaclava se veían sus ojos. La reproducción de los pliegues resultantes de sus quemaduras, y hasta el perfil de los lacrimales, aparecía esculpido como si un duplicado del verdadero Lauda se tratara. Es uno entre los muchos detalles con los queRush se ha acercado a la Fórmula 1, derrochando verosimilitud, rigor y respeto.

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