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La rivalidad entra en boxes
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estreno de 'rush', de ron howard

La rivalidad entra en boxes

El film protagonizado por Chris Hemsworth y Daniel Brühl narra la rivalidad entre los dos pilotos de Fórmula 1 Niki Lauda y James Hunt y su lucha por el campeonato

Foto: Escena de 'Rush'
Escena de 'Rush'

Hay que reconocerlo, cuando uno se entera de que Ron Howard está al frente de una película, de primeras tiembla un poco. Y no tendría que ser así cuando uno lee que este antiguo niño prodigio ha sido el encargado de entregar obras como Willow, Apolo XIII o Frost contra Nixon. Pero claro, uno ve a continuación el resto de su filmografía y como para no desconfiar: El código Da Vinci (y secuela), El Grinch, ¡Qué dilema!... Lo que viene siendo una de cal y otra de arena.

Por eso cuando la eterna rivalidad entre Niki Lauda y James Hunt tornó en proyecto cinematográfico muchos cruzaron los dedos para que Howard no lo llevara a cabo. Ahora todos comprobarán como el realizador ha conseguido una de sus películas más trepidantes y completas.

La conclusión que uno saca es que Ron Howard tendría que trabajar siempre con el guionista Peter Morgan, uno de los más cotizados desde que escribió el libreto de The Queen, y con el que está consiguiendo sus mejores filmes (también escribió Frost contra Nixon). Y es que entre ambos han conseguido que Rush se aleje del eterno biopic de superación personal para centrarse en la rivalidad entre dos personalidades opuestas, pero que suponían las dos caras de la misma moneda, la Fórmula 1. Ellos eran James Hunt, vividor, atrevido e impulsivo y Niki Lauda, metódico, inteligente, siempre escrutando todo. En la pelea que ambos mantuvieron por el título mundial se centran Howard y Morgan, justo el mismo año en que Lauda tuvo el espectacular accidente que casi le cuesta la vida y que marcó su cara de por vida.

La película sabe perfectamente entrar en arena pronto y pasa de absurdos prólogos sobre los protagonistas mostrando sus deseos de querer convertirse de mayores en pilotos… Con una voz en off (Cuánto daño va a hacer el doblaje a la espectacular voz y acento de Daniel Brühl) de Niki Lauda y tras ver su espectacular accidente el filme comienza su historia un poco antes de que ambos comiencen a competir en las categorías inferiores del automovilismo. Con un montaje paralelo alternando las dos historias el espectador va viendo como su rivalidad fue creciendo y como, a su forma, ambos envidiaban lo que el otro poseía.

El ansia por una vida familiar y tranquila de Hunt, y el de Lauda por poder ser la estrella mediática y atractiva que siempre fue el primero. Para que todo esto no supusiera un argumento demasiado denso, Howard se encarga de aderezar todo con una espectacular recreación de época y unas frenéticas carreras que nunca habían sido plasmadas de una forma tan espectacular.

No es Rush un filme que invente la pólvora, pero Morgan y Howard nunca dan un paso en falso y mezclan con acierto el retrato psicológico de los pilotos con el populismo de las carreras para satisfacer a todos. A esto le sumas una efectiva música de Hans Zimmer y dos actores en estado de gracia y tienes un filme dispuesto incluso a colarse en la carrera de premios que comenzará en breve.

El que resulta mejor colocado en todas estas apuestas es, sin duda, Daniel Brühl, su papel como Lauda es complejo y le permite lucirse haciendo que el espectador oscile entre el asco y la ternura hacia él. Su voz y acento son perfectos y nadie puede apartar los ojos de él cuando sale en pantalla.

Con un personaje menos rico Chris Hemsworth sorprende, y mucho, como James Hunt. Derrocha atractivo, sex appeal, todo lo que la figura de Hunt soponía. Ambos mantienen un espectacular duelo que es la esencia del filme y que convierten Rush en algo más que el típico biopic cantando los logros de dos pilotos condenados a entenderse.

Hay que reconocerlo, cuando uno se entera de que Ron Howard está al frente de una película, de primeras tiembla un poco. Y no tendría que ser así cuando uno lee que este antiguo niño prodigio ha sido el encargado de entregar obras como Willow, Apolo XIII o Frost contra Nixon. Pero claro, uno ve a continuación el resto de su filmografía y como para no desconfiar: El código Da Vinci (y secuela), El Grinch, ¡Qué dilema!... Lo que viene siendo una de cal y otra de arena.

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