Pirelli: además de cornudo, apaleado

Esta es la Fórmula 1 que ha construido la FIA. Quizás el caótico GP de Gran Bretaña no estaba entre sus planes, pero ha resultado ser una consecuencia de la competición que están dibujando los que rigen y escriben las normas de la competición. Los cuatro ‘reventones’ de neumáticos que hubo en plena carrera han fijado los límites a la actual Fórmula 1, una competición en la que se quiso dar protagonismo a los neumáticos y, ciertamente, lo han logrado. El problema es que el asunto se le ha ido de las manos dejando a un socio -como es Pirelli- en una mala posición: criticada y maniatada.

¿Qué hubiera pasado si en el reventón de Sergio Pérez hubiera estado Fernando Alonso unos centímetros más pegado a él? Esta pregunta se puede trasladar a cada uno de los pinchazos vividos este fin de semana y la posibilidad de que la llanta, una cuchilla girando, hubiera entrado en contacto con otros monoplazas. Algo que estadísticamente debía significar una posibilidad entre un millón se ha convertido en una realidad en la actual Fórmula 1. Numerosos pilotos han firmado una carta en la que muestran las preocupaciones por los problemas vistos en Inglaterra.

El GP de Gran Bretaña no fue seguro, un aspecto de máxima preocupación para FIA y FOM. Precisamente el argumento de la "seguridad" se utilizó para motivar intereses fuera de la pista para cambiar el compuesto. Mercedes y Red Bull, los equipos más perjudicados por la degradación de los neumáticos de este 2013, presionaron apoyados en los pinchazos de Lewis Hamilton y Felipe Massa en Baréin, y de Adrian Sutil en Barcelona. Ahora el problema es distinto Paul Hembery, máximo responsable de Pirelli, y no tiene nada que ver con un desgaste excesivo.

"Unos cambios internos" con una venda en los ojos

El GP de España, a mediados de mayo, supuso un punto de inflexión en este capítulo: por una parte Red Bull puso el grito en el cielo a través del dueño del equipo, Dietrich Mateschitz (algo no visto hasta entonces); y por otra, Mercedes, justo después de esa carrera, hizo la guerra por su cuenta en el famoso test privado sobre Montmeló.

Tres carreras después, la Fórmula 1 ha atravesado por un ‘Pirelligate’ y una modificación de las gomas que no estaba prevista en el inicio de la temporada. "Tenemos algunos cambios en las especificaciones internas (no en el compuesto externo) que creemos que van por el camino correcto para evitar la deslaminación que hemos visto. Eso significa que los equipos trabajarán con el mismo neumático que comenzaron el año", aseguró Hembery.

Silverstone, por unos motivos o por otros, ha confirmado que Mercedes y Red Bull –en una pista con similitudes a la de Barcelona, donde estaban perdidos- han superado los problemas que tenían con los neumáticos, y que la manipulación en los compuestos (aunque sea interna) de la noche a la mañana y con una venda en los ojos –sin test para probar- tiene sus riesgos, como que haya cuatro o cinco pinchazos en una carrera.

Dos de tres para Mercedes desde su test

"Esto ha ocurrido porque no le hemos dado la oportunidad a Pirelli". Ross Brawn entiende que los test con las gomas son fundamentales. Curioso que lo diga el jefe de equipo de quien se saltó las normas para, precisamente, realizar un test privado con las gomas. Parece que fueron insuficientes para Pirelli… aunque suficiente para Mercedes, que ha ganado dos pruebas (de tres disputadas) desde que realizaron unos test en Montmeló en los que “no se aprendió nada”, según el propio Brawn.

Pirelli, con su nombre e imagen en juego, aceptó saltarse las normas junto a Mercedes previendo que podía pasar algo parecido a lo de Inglaterra. Tal vez la FIA, autores de las reglas que prohíben los test privados, consideraron que fabricar o endurecer unas gomas se podía hacer sin necesidad de un ‘ensayo-error’. Confiaban que Pirelli lo hiciera bien a la primera y con los ojos tapados. Un quick out of the box en gomas.

Viendo el espectáculo de Silverstone se ha comprobado que es necesario asegurar el tiro con algún ensayo previo. Por la "seguridad" que tanto persigue la FIA y por la imagen de Pirelli, una marca que ha confiado en la Fórmula 1. Este domingo, los comentarios referentes a la marca italiana en las redes sociales fueron numerosos… algunos con guasa ("menos mal que Pirelli no fabrica preservativos"). Lo malo para ellos es que no tienen la capacidad suficiente como para atajar el problema de golpe, con unos test. Encima de cornudo, apaleado.

Coches iguales, neumáticos diferentes

A Pirelli le han dado unas instrucciones que se ha limitado a seguir: desde el tipo de compuesto a la manera de obtenerlo. Si le hubieran dicho que fabricase unos neumáticos indestructibles, Pirelli lo hubiera hecho, pero le pidieron unos que degradasen para que los equipos tuvieran nuevos retos en una temporada con unos monoplazas que son evoluciones de los coches de 2012.

El toque a la imagen de Pirelli, la carta firmada por los pilotos, unido a la inseguridad que provocaron los pinchazos de Hamilton, Massa, Vergne y Pérez tal vez haga reconsiderar la situación. "Esto es inaceptable; estamos arriesgando la vida", dijo por su parte Pérez. "Sólo cuando alguien se lastime se hará algo", reclamó Hamilton. Esperemos, en este caso, que Hamilton no lleve razón. Aunque, por lo pronto, en el GP de Alemania de esta misma semana puede deparar una carrera similar porque no hay tiempo material para una reacción… salvo que se dé un paso atrás a los primeros compuestos del año. Más vale malo conocido que bueno por conocer. De momento, la FIA ha rectificado en su filosofía actual y ha dado luz verde a unos test para Pirelli... le ha quitado la venda.