El autógrafo que emocionó a Fernando Alonso

"Os habéis pasado, esto es demasiado... Este va directo para casa". Fernando Alonso cogió el regalo en el pasado GP de España y lo guardó con un cariño especial. Esa maqueta, compuesta por su coche y el de José Froilán González para conmemorar el sesenta aniversario de la primera victoria de Ferrari, llevaba la firma y una dedicatoria especial para el asturiano de parte del piloto argentino. Cosas de la vida, el que tiene en posesión Alonso, sería uno de los últimos autógrafos que haría el nonagenario argentino, quien falleció el pasado sábado, apenas un mes después de que el asturiano se llevase a casa el preciado obsequio.

María José y Juan, una pareja de trabajadores del Circuit de Catalunya y compatriotas de Froilán González, viajaron este año a Buenos Aires y aprovecharon para preparar una sorpresa a Alonso (con quien mantienen una relación amistosa desde que era un chaval) durante el GP de España. "Cuando vio que tenía dedicatoria de Froilán reaccionó con la misma ilusión de un niño", contó María José a El Confidencial con ciertos tintes de emoción. A cambio de este regalo, la pareja pidió al asturiano que le dedicase otra maqueta para tratar de hacérsela llegar al 'Cabezón'. El intercambio no ha podido completarse por la reciente defunción del piloto, "pero se la daremos a su nieto", quien ha heredado esta pasión por el motor y se ocupa de los asuntos que rodean a su abuelo y el automovilismo.

El modelo con los dos monoplazas se trata de una pieza de coleccionista en el que se conmemora el sesenta aniversario de la victoria de José Froilán, que coincidió con la única de Fernando en 2011. Una sincronía mágica que tuvo en Silverstone el escenario donde sucedieron los hechos y cuyo guión daba la sensación de haberlo escrito el mismísimo Enzo Ferrari. Porque si él fue el principal causante de que Froilán cruzase primero la línea de meta en 1951, en el caso de Alonso parecía que empujaba desde arriba para que pasaran cosas tan anormales como la prohibición para esa carrera del principal arma de Red Bull –el difusor soplado- y el hecho de que los austriacos cometieran un error en boxes en cada uno de sus pilotos. Circunstancias inauditas en un año en el que Red Bull -con 12 victorias en 19 carreras- arrasó y Ferrari –tercero en el Mundial de Constructores y cuarto con Alonso en el de Pilotos- tuvo su mayor (¿única?) alegría en esa prueba.

"Pasión y amor"

"Hoy he tenido el privilegio de conducir (antes de la driver parade) el primer Ferrari que ganó aquí hace 60 años su primer gran premio, y hoy hemos vuelto a vencer con la misma pasión y amor que Ferrari tiene por esta competición", señaló el asturiano tras conducir ambos monoplazas aquella tarde de julio de 2011 (por cierto, que el Ferrari 375 F1 de 1951 es propiedad de Bernie Ecclestone y no le gustó que Alonso diera dos giros en lugar de uno).

Sesenta años antes de esas palabras, José Froilán había viajado a Maranello para hablar con Enzo Ferrari sobre esa primera victoria del Cavallino Rampante y para darle las gracias. El italiano le correspondió, a lo que el ‘Cabezón’ volvió a contestar: "De ninguna manera señor Ferrari. Soy yo quien debe dar las gracias. Créame usted si le digo que Ferrari será un gran equipo y se escribirán libros enteros contando su historia, enumerando triunfos y más triunfos. Yo sólo seré Pepe González, el piloto argentino que ocupará la primera línea de esa lista de victorias". Esta conversación tuvo lugar en su despacho y momentos después de ver una fotografía de él con su coche atravesando la meta de Silverstone. En esa charla, Enzo rompió el contrato que había firmado sólo unos días atrás con el piloto (de 150.000 liras anuales) para redactar otro de 6 millones de liras.

Sin ordenadores, túneles de viento, aerodinámica ni tanta influencia de la tecnología, aquella carrera se ganó, como señaló Alonso, con la "pasión y amor" de sus protagonistas: Enzo Ferrari, Pepe González y Alberto Ascari. Éste último, primer piloto del equipo, tras romper su Ferrari 375 F1 rechazó el ofrecimiento del argentino a que continuase con el suyo, como ya había sucedido en Reims dos semanas antes. "Esta te la mereces tú", debió decirle el piloto italiano al Cabezón. En aquella época tan rudimentaria, por no existir, parecía que no se había ni inventado el ego que ahora suele caracterizar a un piloto. Al menos en esa ocasión, la "pasión y el amor" superó al interés personal… hasta Enzo sufrió un amago de remordimiento de conciencia por haber batido a Alfa Romeo, empresa donde aprendió todo lo que sabía sobre los coches: "Experimenté la sensación de haber matado a mi madre". Este pensamiento no le impidió soltar alguna lágrima al ver ese primer triunfo.

Primera carrera sin un ferrarista "importante"

En dos semanas el Gran Circo volverá a pisar el circuito que surgió a partir de un aeródromo de la Segunda Guerra Mundial. Será la primera carrera de Fórmula 1 sin un ferrarista de excepción, con el que Alonso cerró un doble círculo: el primero en julio de 2011 y el segundo, más íntimo y personal, hace poco más de un mes con la dedicatoria y el autógrafo en la maqueta de su Ferrari 375 F1 con el número 12.

Un par de semanas antes de ganar en Silverstone aquella prueba, Alonso apuntó que "para un piloto es más importante conducir para Ferrari que ganar un campeonato del mundo". Desde luego, por lo que respecta al Cabezón, sin haber ganado ningún Mundial se ha marchado con la "importancia" de un número uno.

PD: Don Pepe, sin cinturón como en sus tiempos de las carreras, narra en su propio 'carro' su victoria de 1951.