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Los despropósitos de Red Bull con Webber dan lugar a una grotesca teoría de conspiración
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EL AUSTRALIANO SUFRE UN FALLO MECÁNICO CADA DOS CARRERAS

Los despropósitos de Red Bull con Webber dan lugar a una grotesca teoría de conspiración

"Los chicos pensaron que la rueda estaba bien puesta, pero se salió. Hemos tenido algunos problemas este fin de semana; creo que desde nuestra posición de salida podríamos

Foto: Los despropósitos de Red Bull con Webber dan lugar a una grotesca teoría de conspiración
Los despropósitos de Red Bull con Webber dan lugar a una grotesca teoría de conspiración

"Los chicos pensaron que la rueda estaba bien puesta, pero se salió. Hemos tenido algunos problemas este fin de semana; creo que desde nuestra posición de salida podríamos haber conseguido algo, pero no estaba predestinado". Mark Webber fue diplomático, correcto y evitó alimentar de polémica el enésimo error de Red Bull en menos de un año con él. No quiso hacer sangre sobre la falta de profesionalidad de sus compañeros de trabajo, que tanto el sábado como el domingo mermaron cualquier posibilidad de que Webber corriese el GP de China de una manera tranquila. En sus últimas catorce pruebas, el australiano se ha visto perjudicado en siete ocasiones por causas ajenas a él. No es normal y las insinuaciones han sido tan grandes que hasta Christian Horner ha aclarado que "quien piense que hay una conspiración contra algún piloto, no sabe lo que está diciendo. No hay conspiración".

La acumulación de despropósitos aparecieron tras su victoria en el GP de Gran Bretaña 2012, justo cuando ascendió al segundo puesto en la clasificación de pilotos. Ahí tocó techo Webber porque, en la carrera posterior empezaría la cadena de fallos de su equipo. En Alemania tuvo que cambiar la caja de cambios tras la calificación y fue sancionado con cinco puestos en la parrilla de salida (salió octavo en lugar de tercero). En Bélgica, más de lo mismo con la transmisión (partió desde la duodécima plaza). En Valencia sufrió un problema hidráulico en calificación que le impidió afrontar en condiciones la jornada, saliendo en la posición número diecinueve. En Italia se retiró a falta de dos vueltas por problemas de vibraciones en su vehículo. En Estados Unidos, el alternador le obliga a retirarse... Ya este año, en tan sólo dos pruebas, Red Bull le ha metido dos piedras en su mochila: una en Australia, donde no contó con kers en la primera mitad de la carrera (culpa de la centralita 'made in McLaren') y la de China, en el que primero le amargan la calificación por no cargarle con suficiente combustible (fallo en la bomba) -saliendo último-, y posteriormente, en carrera, tuvo que abandonar porque no le colocaron bien una rueda y se le salió. Por no contar el polémico GP de Malasia, donde -sin comerlo ni beberlo- perdió el primer puesto por 'culpa' de su compañero de equipo.

Helmut Marko, asesor de Red Bull, señaló durante este invierno que Webber no sabía gestionar bien los momentos de presión. Indicó que tenía talento y velocidad y dejó caer que el aspecto mental era su mayor debilidad. Recuperando la lista de errores anteriores, Webber tiene argumentos como para explicar que cada vez que se sube al monoplaza no está 100% confiado, y no consigo mismo, precisamente. Por estadística, la carrera en Bahrein tendría que ser tranquila para el aussie... y debería estar preocupado de cara al GP de España.

Una cosa son las órdenes, otra la idea de complot

Estas pifias con las que ha debido convivir últimamente Webber, deben separarse totalmente de las decisiones que ha tomado Red Bull en perjuicio suyo y en beneficio de Vettel, como el cambio de alerón en Gran Bretaña 2010 o el famoso "necesitamos que abras distancia con Vettel" que se escuchó por su radio al año siguiente en ese mismo circuito (por cierto, él sí entendió el mensaje por radio, no como su compañero hace unas semanas). Son de una naturaleza completamente distinta y parece grotesco poner a la misma altura las órdenes de equipo con pegar un disparo en la cabeza de su segundo piloto a través de fallos mecánicos o humanos. Pese al serial de equivocaciones, la idea de un complot o conspiración interna es algo descabellado. ¿Quién sale ganando no apretando la rueda a Webber, con el peligro que ello conlleva?

 

Aunque en menor medida, Vettel también ha sufrido problemas de fiabilidad en su monoplaza. En Valencia y Monza del pasado año se retiró por fallos en su alternador y en Abu Dabi debió salir último por el mismo motivo que Webber este pasado domingo, un problema en la bomba de gasolina. Con el título en juego, tres errores en la segunda mitad de la pasada temporada fueron demasiados, aunque puedan parecer pocos frente a los siete de Webber.

Tienen el mejor coche, pero no el mejor equipo

Red Bull tiene un gran problema de fiabilidad, a lo que en este GP de China se le ha sumado un fallo grave humano -o dos si se considera también el error en la bomba de gasolina-. Un completo desastre que hacen buena la frase que dijo Fernando Alonso la pasada temporada: "No tenemos el mejor coche pero tenemos el mejor equipo". Para colmo, el australiano cometió un error de pilotaje en Shanghai, embistiendo a Vergne y siendo sancionado para Bahrein con tres posiciones en la parrilla de salida.

"En el futuro el equipo me puede favorecer a mí", señaló Webber tras la carrera en Inglaterra en 2010. Nada más lejos de la realidad, la escudería austriaca sigue acumulando favores que salda con Mark a través de la nómina... Quizás, a partir de este año, ya no le compense.

"Los chicos pensaron que la rueda estaba bien puesta, pero se salió. Hemos tenido algunos problemas este fin de semana; creo que desde nuestra posición de salida podríamos haber conseguido algo, pero no estaba predestinado". Mark Webber fue diplomático, correcto y evitó alimentar de polémica el enésimo error de Red Bull en menos de un año con él. No quiso hacer sangre sobre la falta de profesionalidad de sus compañeros de trabajo, que tanto el sábado como el domingo mermaron cualquier posibilidad de que Webber corriese el GP de China de una manera tranquila. En sus últimas catorce pruebas, el australiano se ha visto perjudicado en siete ocasiones por causas ajenas a él. No es normal y las insinuaciones han sido tan grandes que hasta Christian Horner ha aclarado que "quien piense que hay una conspiración contra algún piloto, no sabe lo que está diciendo. No hay conspiración".

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