Frustrado intento de fuga de Pogacar en la victoria de Matthews en la cima de Mende

Michael Matthews fue el ganador de la decimocuarta etapa del Tour de Francia, al culminar la escapada en la meta de Mende. Así sumó su cuarta victoria en la ronda gala. El australiano fue el más fuerte de los 23 ciclistas que se fugaron. De esta manera, certificó su triunfo por delante de Alberto Bettiol, que atacó en la subida al aeródromo de la ciudad francesa. Sin embargo, no concluyó dicho ataquel. El tercero fue Thibaut Pinot, por delante de Marc Soler. En esta etapa, fue donde el ciclismo español logró su última victoria en el Tour, la de Omar Fraile en 2018.

El ciclismo siempre fue un deporte en el que la madurez y la experiencia pesaron bastante. Sin embargo, Tadej Pogacar convirtió las anomalías en situaciones habituales. ¿Cómo explicarlo? El esloveno, que aún no ha cumplido 24 años, ya tiene dos Tour en su palmarés. El día que Miguel Induráin ha cumplido 56 primaveras, el vigente campeón intentó recuperar el liderato del Tour, pero no fue capaz. En su ataque en la recta final, Jonas Vingegaard le aguantó a la perfección.

Las grandes victorias de los ciclistas llegaban cuando rozaban la treintena, o al menos se aproximaban a ella. Induráin, cuyo primer triunfo en Francia fue a los 26, hizo historia al conseguir cinco victorias consecutivas en el Tour (1991-95). Una marca que sólo han conseguido el navarro, Jacques Anquetil, Eddy Merckx y Bernard Hinault. En la previa del torneo, parecía que Pogacar no tendría rival para sumar su tercer título consecutivo a sus 23 años y acercarse a los grandes campeones.

La resistencia de Vingegaard

La buena actuación de Vingegaard, sin embargo, ha alterado todos los planes establecidos, porque aún continúa líder y sin temor al esloveno. Ambos llegaron con más de siete minutos de diferencia con respecto a Michael Matthews, ganador de la etapa. La emoción del australiano junto a su equipo demostró que una victoria en Francia no es equiparable nada.

Sin desmerecer a Matthews, por mucho que él ganara la etapa, los focos no estaban en el australiano, sino en la pelea entre los dos titanes. Pogacar, acostumbrado a sorprender a los rivales con sus cambios de ritmo, lo intentó con Vingegaard. El danés, no obstante, no se asustó en absoluto y la táctica no tuvo el efecto esperado. El viento no siempre sopla a favor de los campeones.

Las sensaciones para Pogacar no son malas, por mucho que tengan un rival enfrente (algo inesperado). Y aunque aún no sea líder en la general. Aún quedan ocho días para que concluya el Tour, tiempo suficiente para que el esloveno tenga algún plan establecido. Los campeones siempre guardan algún conejo en la chistera; el tiempo lo dirá.