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La venganza de Purito, el desdichado
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tiene relación de amor-odio con las grandes

La venganza de Purito, el desdichado

El de Parets ha terminado diez veces entre los siete primeros clasificados en las grandes, pero nunca ha podido dar el paso de subirse a lo más alto del podio en ninguna de ellas

Foto: Joaquim se vistió de lunares en Huy (Reuters).
Joaquim se vistió de lunares en Huy (Reuters).

El último día del Giro de Italia de 2012 no se le olvidará en la vida a Joaquim Rodríguez. El 27 de mayo, Purito tuvo su gran oportunidad, por fin, de unirse al gran club de los españoles que han escrito su nombre entre los ganadores de una gran vuelta por etapas. Pero nada salió bien ese día, aunque era verdaderamente complicado que así fuese porque, como dijo el propio Joaquim, hacía “falta un milagro” para que pudiese hacerse la foto con el Duomo della Madonnina vestido de rosa. Purito nunca se da por vencido, pero la edad se le echa encima. A sus 36 años, ha vuelto al Tour y en tres días ha saboreado ya todo lo bueno y todo lo malo.

Joaquim no se quiso arriesgar a volver a intentar el asalto a la corsa rosa. El Giro 2015 no tenía grandes favoritos, tenía uno claro y algún que otro outsider que esperaba que el gran candidato tuviese un pinchazo, una caída o un par de malos días. No fue así, Contador se impuso como todos esperaban y no dejó muchas migajas para recoger. No era la carrera para que Purito pudiese por fin reivindicarse dentro del pelotón. Esa es el Tour, la grande, la que de verdad cuenta en la historia del ciclismo. Ganar una grande es un reto sensacional, ganar el Tour es escribir el nombre propio en el Olimpo.

El de Parets sabe mejor que nadie que no está en la mente de casi nadie para ganar esta Grande Boucle. Sería una sorpresa mayúscula que así fuera, porque los cuatro mosqueteros que tienen entre ceja y ceja la victoria probablemente se la lleven. Si no es uno, es otro, porque las alternativas son amplias. Además, Purito no es el único que está en esa terna de alternativas factibles. Valverde y Pinot (muy perjudicado tras Huy) aprovecharán cualquier resquicio para ir robando segundos. Y eso mismo hará Joaquim. Mientras le quede margen de maniobra y piernas para pedalear, estará ahí.

Pero lo de Joaquim con las grandes vueltas empieza a ser de locura. Siempre está cerca, a veces, como ese día de mayo en Milán, lo tocó con los dedos pero no lo pudo agarrar. Se ha acostumbrado al casi, al quiero y no puedo que le merman tanto física como mentalmente. Desde que en 2008 obtuviese su primer buen resultado en la Vuelta a España, acabándola en sexto lugar, Purito ha enlazado buenas actuaciones en casi todas sus participaciones. Hasta diez veces se ha encontrado entre los siete primeros clasificados en la tabla general, subiendo hasta cuatro veces al podio (dos en la Vuelta y otro en Tour y Giro). Pero nunca ha dado ese paso definitivo que le corone.

Su victoria en Huy es una nueva muestra de su enorme potencial y de su continuo afán de superación, de su ambición. La segunda etapa fue nefasta para él. Una etapa llana, sin demasiadas complicaciones teóricamente le puso el Tour cuesta arriba. Se le pinchó una rueda y se fue al suelo para perder más de dos minutos con el grupo de los favoritos. Dos minutos perdidos con tanto buen ciclista es muy peligroso. Pero sin embargo se recupera rápidamente, deja de sentir durante algo menos de tres horas ese dolor en el brazo izquierdo y ante Froome, el nuevo maillot jeune, triunfa en la cima del muro.

Ganó en un lugar donde ya había ganado, en la Flecha Valona en aquel año 2012 que fue tan bueno pero que tan mal sabor le dejó. Pero aún no ha llegado ese momento en el que Purito se demuestra tan o más poderoso que cualquiera. Este Tour, si algo tiene, es alta montaña. Los Pirineos y los Alpes son un lugar incluso más propicio que el Muro de Huy para sacarse de dentro todo lo que le quede después de catorce años como profesional. El fin de su carrera se acerca, pero Joaquim todavía tiene tiempo para fumarse otro purito en los ascensos franceses.

El último día del Giro de Italia de 2012 no se le olvidará en la vida a Joaquim Rodríguez. El 27 de mayo, Purito tuvo su gran oportunidad, por fin, de unirse al gran club de los españoles que han escrito su nombre entre los ganadores de una gran vuelta por etapas. Pero nada salió bien ese día, aunque era verdaderamente complicado que así fuese porque, como dijo el propio Joaquim, hacía “falta un milagro” para que pudiese hacerse la foto con el Duomo della Madonnina vestido de rosa. Purito nunca se da por vencido, pero la edad se le echa encima. A sus 36 años, ha vuelto al Tour y en tres días ha saboreado ya todo lo bueno y todo lo malo.

Tour de Francia Chris Froome
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