Alto de La Farrapona, las rampas donde Froome opositó a campeón hace tres años

Muy probablemente la Vuelta a España afronte hoy su etapa reina de esta 69 edición.La tercera jornada montañosa consecutiva y la primera que presenta cinco puertos encadenados en su recorrido. Y quéascensiones: LaColladona-una subida de primera categoría con desniveles superiores al 11% prácticamente de salida-, el Cordal -5,5 km y pendiente media del 9%-, la Cobertoria -10 km y un muro del 16% en sus rampas-, San Lorenzo -19 km y 8,3% de pendiente media- y el final en el alto de La Farrapona. Casi nada. Ni un metro llano en 160 kilómetros.

Será la segunda vez que la ronda española sitúe su línea de meta en este alto montañoso. La vez anterior fue en 2011 y ganó Rein Taaramae. Sin embargo, esta dura subida -16 kilómetros con una pendiente media del 6,2% y rampas de hasta el 12,5- no es recordada por la victoria del ciclista estonio sino por lo que pasó detrás de él. En sus rampas se presentó al mundo como futuro ganador de grandes vueltas Chris Froome. Por aquel entonces el ciclista de Sky era más keniano que británico y trabajaba para Bradley Wiggins, que lidiaba con los ataques de Juanjo Cobo y sus compañeros de equipo en el Geox.

El joven Froome, 26 años por entonces, se desesperaba tirando de su jefe de filas, que no era capaz de frenar la sangría de segundos que le caían con respecto a sus rivales ni seguir la rueda del ciclista de orígen keniano. Bradley acabaría salvando el jersey de líder ese día, pero perdió algo más importante: los galones de capitán. Al día siguiente, en el Angliru, Froome acabó por deshacerse de sus ataduras de obediencia y tras su exhibición en la Farrapona comenzó a volar en solitario. Chris cruzó la meta de la subida asturiana con 20 segundos perdidos con Juanjo Cobo. El británico no subió a lo más alto del podio en Madrid por solo 13 segundos. Y si Wiggins perdió su grado en la escala de mando, Froome ganó la nacionalidad britanicapara los medios de su país y el favor de los mandamases del Sky, que se convencieron por quién debían apostar como campeón del futuro.

Ahora, tres años después y con un triunfo en el Tour de Francia en su haber, Chris regresa a la Farrapona dispuesto a ganar el máximo tiempo posible con sus rivales porque, tal y como comprobó en el pasado, cualquier segundo puede valer su peso en oro. Antes, eso sí, habrá que ver cómo responde en las complicadas bajadas de el Cordal, la Cobertoria y San Lorenzo, así como resistir las embestidas de Valverde, 'Purito' y Contador en las exigentes ascensiones de la Colladona y el final en La Farrapona. Eso sí, con su estilo robotizado y de sumisión a los watios que marca su potenciómetro. Guste o no, es su estilo y con él triunfará o fracasará. La Farrapona aguarda para dictar sentencia.