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España, este es Juan Núñez: victoria solvente ante Brasil (78-96) y billete para la siguiente fase del Mundial
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Una victoria contundente

España, este es Juan Núñez: victoria solvente ante Brasil (78-96) y billete para la siguiente fase del Mundial

Los de Sergio Scariolo completaron un partido más serio y menos errático que en el debut, y los debutantes Juan Núñez y Santi Aldama dieron un paso adelante en la rotación

Foto: Juan Núñez penetra a canasta ante Brasil. (EFE/Alberto Nevado/FEB)
Juan Núñez penetra a canasta ante Brasil. (EFE/Alberto Nevado/FEB)

El batacazo de Francia y su eliminación tras caer contra Letonia era un aviso para navegantes, una alerta del error que supone dar por hecha la clasificación. Al mismo tiempo, la importancia de ganar a Brasil, la otra gran rival de grupo en la primera fase, incrementaba con el temprano adiós galo, pues suponía partir con ventaja en segunda fase, sabiendo que ya está fuera uno de los cocos del torneo. No fue un partido tan cómodo como contra los costamarfileños, pero España estuvo por delante gran parte del encuentro y se distanció de forma definitiva en la segunda mitad. El gran hacer del bloque fue determinante para conseguir una amplia ventaja final contra un rival tan serio como la siempre rocosa Brasil (78-96). En un encuentro que sirvió como escaparate para Juan Núñez, el niño que promete alegrías para los años venideros.

Empezó el partido parejo, con un Willy Hernangómez que calcaba su buen hacer en el día del debut y que imponía su poder en la pintura con seis puntos en los primeros cinco minutos. También inició con acierto el joven Juan Núñez, que marcó su primer triple en la competición y que dirigía con maestría las operaciones españolas. Brasil respondía bien en transiciones, jugando con velocidad y con anotación repartida entre sus jugadores. Ante la ausencia de estrellas NBA –quedan ya atrás los carismáticos Anderson Varejao, Nené Hilario o Thiago Splitter– la consistencia del bloque es vital para la suerte de los jugadores entrenados por Gustavo de Conti.

Brasil dio guerra al principio

Son, no obstante, muchos los jugadores destacados de los brasileños: desde el pívot Bruno Caboclo hasta el eléctrico base Yago Santos, ambos compañeros de Núñez en el último curso en las filas del Ratiopharm Ulm, sin olvidar al gran Vítor Benite, un veterano de la ACB que, este curso, defenderá la camiseta del recién ascendido Zunder Palencia. Si España tiene su talón de aquiles en el puesto de uno, tras las bajas de Ricky Rubio y Lorenzo Brown, los iberoamericanos llegaban a Indonesia con tres bases extraordinarios. Al citado Santos se le añaden Marcelinho Huertas, el mítico base de Iberostar Tenerife que, a sus 40 años, disputa su quinto Mundial, y Raul Neto, quien, por desgracia, se lesionó de gravedad en el primer partido del torneo contra la República Islámica de Irán.

El primer cuarto acabó muy igualado, con un 22-21 a favor de Brasil. Era un inicio previsible. Menos esperada fue la aparición decisiva en ataque de uno de los grandes actores secundarios de esta selección, Alberto Díaz, imprescindible en defensa para Scariolo, pero menos generador en ataque. Tres triples suyos fueron vitales para que, transcurridos tres minutos del segundo cuarto, los españoles estableciesen la máxima diferencia del partido hasta el momento (28-34). Un atinado Caboclo, que se fue al descanso con 13 puntos y ocho rebotes, impedía que se distanciase España mucho más, pero la vigente campeona empezó a funcionar y Rudy Fernández se sumó al acierto del base de Unicaja con otras dos grandes canastas desde la línea de 6,75. El ecuador llegó con ventaja para La Familia (42-50), con la sensación de que la ventaja podría haber sido, incluso, mayor. Entre las grandes noticias, además de la gran puntería desde el triple, se ha de señalar el paso adelante claro dado por Juan Núñez, y en el debe, otro día más, el bajo porcentaje desde el tiro libre. Es algo que claramente ha de mejorar la selección para los partidos grandes.

Un gran cuarto final

Tras el paso por los vestuarios, la distancia se mantuvo pareja durante un tiempo. No fue el mejor día en la oficina para Juancho Hernangómez, al que anularon dos canastas seguidas, una por falta al defensor y otra por tocar el aro su hermano Willy antes de que entrase la pelota. Pero a falta de cuatro minutos volvió a entrar Brasil en el partido con los puntos consecutivos de Caboclo, De Paula y Cristiano Felicio. Este último, jugador del Covirán Granada, firmó unos buenos minutos en el tercer cuarto, intimidando con su altura y potencia. El tercer cuarto confirmó los buenos minutos de Brasil con un triplazo sobre la bocina de Leonardo Meindl. ¡Aún cuesta creer que entrase su forzadísimo lanzamiento! La ventaja española se redujo a cinco puntos (59-64).

Todo cambió drásticamente con el inició del último cuarto y la aparición estelar del efervescente Usman Garuba. El de Azuqueca de Henares, que ha anunciado su pretensión de cerrar bocas tras ser recientemente cortado por Oklahoma City Thunder, fue sancionado con una técnica por la desmesurada potencia, a juzgar de los árbitros, que utilizó en un mate. Aunque sea susceptible de ser sancionada, ¿no es espectáculo también lo que necesita este deporte? Fue una decisión difícil de entender, más propia del oficio de aguafiestas que el de árbitro, quizás aplaudida por aquellos que se enojaban cuando Neymar intentaba filigranas o que insultan a Vinicius cuando este hace lo propio para rabia de aficionados tristes que consideran que el comportamiento del deportista en el terreno de juego, sea un estadio o una cancha, ha de ser el mismo que si estuviese en un tanatorio. El árbitro optó por la burocracia sobre el entusiasmo, y ya Frank Kafka advirtió sobre el error en que se incurre cuando lo primero se impone en la toma de decisiones.

placeholder La energía de Garuba bajo aros. (EFE/EPA/Adi Weda)
La energía de Garuba bajo aros. (EFE/EPA/Adi Weda)

Pero a Garuba, la incomprensible decisión le espoleó y siguió a lo suyo como si nada, siendo decisivo, con puntos y robos, para impregnar de entusiasmo a sus compañeros y que España se marchase de forma definitiva en el marcador. Además, llegó el clímax de Juan Núñez, en su primer gran partido con la selección absoluta en competición oficial. El canterano blanco ha mostrado, por vez primera al mundo, lo que puede llegar a ser, y a falta de cinco minutos de juego sumaba doce puntos, siete rebotes y cinco asistencias. No será su última gran actuación al mando de la selección.

España cimentó un gran partido y concluyó su enfrentamiento más complicado de la primera fase con una notable victoria sobre la también bicampeona del Mundo Brasil (78-96), que tendrá que cerrar su clasificación ganando a Costa de Marfil en la última jornada. España, por su parte, se clasifica para la segunda fase con un partido de antelación, pero no conviene relajarse y perder tensión competitiva en el duelo contra los persas, que se celebrará en dos días. Además, debe valorarse el gran hacer colectivo de los de Scariolo, con hasta cuatro jugadores que superaron los diez puntos –Willy (14), Aldama (13), Núñez (13) y Díaz (11)– y otros tres que se quedaron muy cerca –Rudy (8), Garuba (8) y Claver (7)–. Queda mucho torneo, pero La Familia comienza con buenas sensaciones.

El batacazo de Francia y su eliminación tras caer contra Letonia era un aviso para navegantes, una alerta del error que supone dar por hecha la clasificación. Al mismo tiempo, la importancia de ganar a Brasil, la otra gran rival de grupo en la primera fase, incrementaba con el temprano adiós galo, pues suponía partir con ventaja en segunda fase, sabiendo que ya está fuera uno de los cocos del torneo. No fue un partido tan cómodo como contra los costamarfileños, pero España estuvo por delante gran parte del encuentro y se distanció de forma definitiva en la segunda mitad. El gran hacer del bloque fue determinante para conseguir una amplia ventaja final contra un rival tan serio como la siempre rocosa Brasil (78-96). En un encuentro que sirvió como escaparate para Juan Núñez, el niño que promete alegrías para los años venideros.

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