Sesenta segundos de tensión y locura para que el Laboral Kutxa logre un triunfo vital

El Laboral Kutxa sufrió para vencer al Olympiacos (74-73) y enfilar las tres jornadas finales del Top 16 con todas las posibilidades de entrar en cuartos. Pudo caer la victoria para cualquier bando. Tillie erró la canasta para haber espantado el sufrimiento, pero con su error dejó la opción a los griegos con una postrera acción. Lafayette también falló el lanzamiento triple para dar paso al delirio de las gradas del Buesa Arena. El Laboral Kutxa afrontó un duelo determinante y sin margen de error ante Olympiacos.

Los helenos no acusaron en el periodo inicial la ausencia de su estrella Spanoulis y con el bloqueo y, a continuación, pusieron en aprietos a un Baskonia demasiado contemplativo debajo de su aro. Salvo el acierto en el perímetro, los locales estuvieron a remolque de su rival. No encontró el cuadro vitoriano cómo superar el juego ordenado y eficaz del Olympiacos que hizo daño desde el perímetro y bajo el aro. Intentó acercarse el Baskonia, pero los de El Pireo demostraron su oficio y veteranía para no ponerse nerviosos. Mike James asumió el mando anotador, pero sus puntos para cerrar el primer tiempo no posibilitaron que el Baskonia se hiciera con el mando en el intermedio.

Los vitorianos salieron con un nivel más de intensidad dispuestos a terminar con el juego ordenado y pausado de los griegos. Causeur se convirtió en la mejor referencia ofensiva vitoriana, pero Olympiacos también puso toda su artillería para contener la embestida y exhibió las razones que le llevan a tener una de las mejores defensas de la Euroliga. Todo se decidió en los diez minutos finales pero los griegos aplicaron su repertorio de veteranía para no descomponerse, mientras el Baskonia encontró de nuevo en el triple el recurso para no salirse del partido.

James asumió el timón y los galones para rescatar al Baskonia y enfilarle hacia un triunfo trascendental. Nueve puntos del estadounidense fueron el flotador local al que se agarró el Baskonia como único recurso para entrar con ventaja en el minuto y medio final. Tras un error del base, Bertans anotó una canasta que amarró el triunfo. Vivió el partido un minuto final repleto de locura y tensión en el que el triunfo pudo caer de cualquier lado. Tillie falló la canasta que pudo certificar un marcador algo más amplio, pero Lafayette erró la última posesión y dejó la victoria en el bando local.