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Con Mirotic ausente, el Real Madrid demuestra que también es un equipo
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victoria ante el barça (87-78) y 1-1 en la serie

Con Mirotic ausente, el Real Madrid demuestra que también es un equipo

Victoria en el Palacio y 1-1 en la serie. Los de Laso salieron a morder desde el principio y desarticularon a un Barcelona que se limitó a hacer la goma (87-78)

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Además de la exuberancia ofensivaque define su esencia, en el segundo asalto de la final ACB el Real Madriddemostró que puede agachar el culo en defensa y morder hasta destripar al rival.Con los ojos inyectados en sangrey dolidos en un orgullo herido por las dudas cimentadastras la derrota del jueves, los blancos reaccionaron ante el abismo de un 0-2 que nadie ha sido capaz de voltear. Un paso al frente para nivelar la balanza (1-1) frente el Barça (87-78) antes de afrontar los dos duelos (martes y jueves) en elPalau Blaugrana.Poco importó otra gris actuación de unNikola Miroticque repitió colapso(4 puntos y 2 rebotes en 13minutos)ante una de sus víctimas favoritas. El Madrid volvió a recuperar el brillo perdido en las últimas semanas para cuajar una completa actuación coral.

La inspiración de un Rudy (17 puntos) mermado físicamente que entró en ebullición en el tercer cuarto, la brega de un juego interior que secó el caudal ofensivo del Barça en la pintura, el compromiso de Darden (12 puntos) en ambos lados de la cancha ylos chispazos de magia en la dirección del Chacho (12 puntos y 8 asistencias) dieron forma a una altruitsta hoja de servicios que acabó con seis jugadores por encima delos diez puntos.La consigna de Laso era clara: antes de ejecutar en ataquehabía que cortar el riego y estrangular en defensa. Y desde la defensa se impuso el Madrid a un oponente que nunca figuró por delante en el marcador. Un cuerpo a cuerpo sin tregua que desbordó a un Barcelona incapaz de desplegar tanto corazón sobre el parqué.Castigaban los de Laso la catarata de errores iniciales azulgrana (5 pérdidas en el primer cuarto).Las secuelas de la agresividad prontó quedaban reflejadas en las dos personales que acumularon Tomic, Llull y Rudy, tres piezas clave en el roster de amboscontendientes. Bourousis quiso acallar las indiscretas voces que le señalaron como un lastre y atacaba con decisión en la pintura.

En su duodécima final, Navarro se presentaba en el Palacio con dos triples solitarios que le servían para convertirse en el máximo anotador de la historia de la final ACB. El único punto de luz en un grupo fundido a negro, sobrepasado por la asfixiante defensa blanca. Un primer acto cargado de esperanza y buenas sensaciones que Salah Mejri, a quien Laso impidió crecer en un primer partido donde el tunecino compareció inspirado el rato que estuvo en pista, culminó con un tiro acrobático que desataba la locura en la entregada plaza madrileña (24-14, minuto 10). Cuando la soga aprieta, el tunecino, con un papel marginal durante el curso, sigue reivindicando su valía. Que se lo piensen dos veces antes de matarle.

El Barcelona ya había estado en esta situación en el quinto partido de la serie de ante el Valencia. Pascual agitó el banco, tratando de buscar soluciones y ese punto de chispa de la que adolecía el choque. Pero el descaro lo puso Mejri, un gigante desbocado que taponaba, reboteaba y machacaba con un ímpetu incontrolable. Por desgracia para sus intereses, el fondo de armario azulgrana no daba señales de vida. Sólo Oleson y Abrines se asomaron tímidamente al parqué con cierto criterio (28-22, minuto 15). Los reproches entre los jugadores azulgrana evidenciaban la ansiedad y el atoramiento colectivo. Desde la banda, el técnico azulgranase desgañitaba para contener los fogonazos individuales que trataban de hacer la guerra por su cuenta. El Madrid dominaba con holgura el rebote, sobre todo el ofensivo, neutralizando sus errores en el tiro.

En medio del torbellino, Navarro, único hombre con cierto brío del Barcelona, tiró de astucia para forzar los primeros tiros libres del encuentro para el Barcelona. Un dato que habla de la languidez y el cortocircuito de su ataque tras los 30 que lanzaron el jueves. Agonizando el segundo acto, Rudy cortaba el aliento de la parroquia merengue tras recibir un golpe en la zona del codo que nos brindó una imagen perteneciente a otra época: Draper vestido de corto, algo que no ocurría desde el primer partido de la serie de cuartos de final de Euroliga ante Olympiacos (40-30, minuto 20).

Con los exteriores e interiores calcando su producción (20 puntos cada bando), el Madrid había conseguido equilibrar una balanza que viene con tara de fábrica. La aparición de Mejri intimidó a los rivales y abría una vía de acceso tapiada hasta la fecha. Peor no podían marchar las cosas. A la vuelta de la caseta, Rudy asumió con insultante naturalidad el rol de macho alfa de la manada. los arreones de Rudy (12 puntos casi consecutivos) abrieron en canal la desangelada propuesta zonal de Xavi Pascual. Con el propio Rudy en el banco aquejado de un pisotón, el Barcelona apeló a la clase de la ‘vieja guardia’ para espolear y levantar el mentón de la flemática plantilla azulgrana. Entre Marcelinho, Lorbek y Navarro lideraron un parcial de 6-14 que apretaba el partido antes del asalto final (58-51, minuto 30). En estas, Tomic y Nachbar seguían enredados en una desigual lucha contra sus propios complejos,

Anteponiendo el mérito a los galones, la política de empresa propuesta por un comedido Laso dio sus frutos. En pista, quienes mejor lo habían hecho. Brad Oleson entró en fuego y junto a Navarro se embaucaron en una guerra desigual. Queriéndolo o no, habían aceptado el arduo reto del ‘cógeme si puedes’ que planteó el Madrid. Con las cartas boca arriba y las muñecas funcionando a pleno rendimiento, al Barcelona le faltó un poco más de colmillo afilado. “Calmao”, espetaba Laso a Felipe en el tiempo muerto que trataba de frenar el último aliento del Barça (80-74, minuto 39). En medio de la excitaciónquizá no era el mejor momento para enfrascarse en un intercambio de pareceres del todo estéril. Y ahí, en el momento crítico del partido, un silencioso obrero llamadoTremmell Dardenllenó de aliviomadridismo con un triple desde la esquina que abría de par en par las puertas del triunfo. Más ante el haraquiri propuesto por Pascual. Siete abajo e inmersosen el último minuto,el Barcelona optó por defender y evitar la personal, una moneda al aire que salió cruz.

El Palacio responde a la llamada

Pese a que algunos focos volvieron a fundirse, el Palacio lució de un blanco radiante, agitando con fuerza sus banderas y vestiendo con orgullo las camisetas conmemorativas diseñadas exclusivamente para la ocasión. Solventado con mano de hierro el episodio racista del desalmando que pagó sus frustraciones con Joey Dorsey durante el primer partido (al socio madridista se le ha retirado abono), la grada respondió con civismo a la llamada de un Pablo Laso obligado a ver el partido sentado en una silla tras su lesión en el talón de Aquiles. El técnico vitoriano pasará por el quirófano este mismo domingo. Quiere acortar al máximo los plazos para poder viajar con la expedición blanca a Barcelona el lunes, donde un día después (martes,19,15 horas, TVE) tendrá lugar el tercer asalto de unaserie que promete emociones fuertes.

Ficha técnica

87 - Real Madrid (24+16+18+29): Rudy Fernández (17), Mirotic (4), Darden (12), Llull (4) y Bourousis (12) -equipo inicial-, Carroll (5), Rodríguez (12), Slaughter, Mejri (11), Díez, Draper y Reyes (10).

78 - Barcelona (14+16+21+27): Marcelinho (11), Papanikolau (2), Navarro (15), Nachbar (7) y Tomic (4) -equipo inicial-, Dorsey (5), Sada (6), Abrines (2), Oleson (17), Lorbek (7), y Lampe (2).

Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Juan C. García y Carlos Peruga. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente al segundo encuentro de la final por el título, al mejor de cinco partidos, disputado en el Palacio de Deportes de Madrid, ante 11.871 espectadores.​

Además de la exuberancia ofensivaque define su esencia, en el segundo asalto de la final ACB el Real Madriddemostró que puede agachar el culo en defensa y morder hasta destripar al rival.Con los ojos inyectados en sangrey dolidos en un orgullo herido por las dudas cimentadastras la derrota del jueves, los blancos reaccionaron ante el abismo de un 0-2 que nadie ha sido capaz de voltear. Un paso al frente para nivelar la balanza (1-1) frente el Barça (87-78) antes de afrontar los dos duelos (martes y jueves) en elPalau Blaugrana.Poco importó otra gris actuación de unNikola Miroticque repitió colapso(4 puntos y 2 rebotes en 13minutos)ante una de sus víctimas favoritas. El Madrid volvió a recuperar el brillo perdido en las últimas semanas para cuajar una completa actuación coral.