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Las enfermeras que resucitaron al 'Matador' Thomas después de 40 años desaparecido
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Las enfermeras que resucitaron al 'Matador' Thomas después de 40 años desaparecido

El 27 de febrero, el exbaloncestista estadounidense del Barcelona Norman Carmichael recibió un mensaje que ha revolucionado al baloncesto español. ¿Quién lo mandó y por qué?

Foto: Charles Ray Thomas en su época de jugador del Barcelona y actualmente en la residencia de Amarillo (Veterans Bàsquet FCB / Carlos Thomas)
Charles Ray Thomas en su época de jugador del Barcelona y actualmente en la residencia de Amarillo (Veterans Bàsquet FCB / Carlos Thomas)

No hace falta haber llegado a una cierta edad para sentir un escalofrío al escuchar el nombre de Charles Ray Thomas. Aquellos que lo vieron jugar entre 1968 y 1975, recordarán a un ala-pívot no muy alto (2,01 metros) pero extremadamente atlético, una mezcla perfecta de rabia, talento, goma y dinamita que castigaba el aro con mates como nunca antes se habían visto en España. Durante su apogeo deportivo defendiendo los colores del Barcelona le acompañó en la zona otro estadounidense, un lánguido y altísimo pívot rubio llamado Norman Carmichael.

Hace aproximadamente un mes, Carmichael, hoy con 73 años, viajaba con su hijo en coche cuando recibió un sorprendente mensaje. Charles Thomas quería hablar con él, algo que le sorprendió dado que Thomas había desaparecido de la faz de la Tierra sin dejar rastro cuatro décadas atrás. Desde 1980, todo el mundo le daba por muerto, pero en una de las noticias más sorprendentes del año 'la pantera negra' ha reaparecido en un geriátrico de Amarillo, al noroeste de Texas.

¿Por qué Thomas llamó a su excompañero para anunciar su resurrección en lugar de a alguno de sus dos hijos, que hasta el 27 de febrero seguían pensando que su padre había muerto muchos años atrás? ¿Por qué así, por qué precisamente ahora?

El hombre, la leyenda

Charles Thomas siempre vivió rodeado de una bruma legendaria donde cada episodio de su vida es novelesco. Cuando jugaba, se le recordaba por la anécdota de que era capaz de coger billetes de mil pesetas colocados en lo alto del tablero —es decir, a 3,95 metros de altura— por Josep Brunet, su primer entrenador en España. Otra de las leyendas que le rodeaban era que a los directivos que fueron a captarle a California les ofrecieron a un jugador por un millón de pesetas y a otro por dos. Acabaron optando por Thomas, que era el del millón, sin saber que por dos millones se podrían haber llevado a un jovencito de UCLA llamado Lew Alcindor, más tarde conocido como Kareem Abdul-Jabbar. El californiano llegó a España con 21 años y una joven novia llamada Lynda Bradshaw, una atleta de la Universidad de Pepperdine que invitó a bailar a Thomas cuando su equipo, California State, jugó contra su universidad. Y dice la leyenda de nuevo que se la arrebató a otro contendiente que estaba por la labor: un joven jugador de fútbol americano llamado O.J. Simpson.

En el entorno del equipo de su antigua universidad, los Golden Eagles, no saben absolutamente nada de Thomas pese a que sigue siendo el máximo reboteador histórico con 395 en una sola temporada y 1.025 a lo largo de toda su carrera. "Es como un fantasma", cuenta a este periódico Dean Prator, quien ha estado en contacto con varias generaciones de jugadores porque ha realizado un documental sobre Raymond Lewis, compañero de equipo de Thomas y otro jugador maldito. Ninguna de las personas que coincidieron con él en aquellos años sabía nada de su paradero.

"¿Charles Thomas? Es como un fantasma"

Cuando el baloncestista desapareció, surgieron igualmente varias leyendas tratando de explicar su sino. La prensa de la época especuló con que había sido apuñalado en África o que le tirotearon en un callejón de Nueva York tras un ajuste de cuentas por tráfico de drogas. "La última noticia que tengo de Charles fue a través de Andrew Brody, un exjugador que entrenó alguna vez con Charles y conmigo en el Barça para coger la forma", contó Carmichael al periodista Carlos Jiménez para un gran perfil de Thomas que SoloBasket publicó en 2017. "Andrew me explicó que a principios de los 80, en un viaje a México, se encontró a Charles en el aeropuerto. Dice que tenía muy mal aspecto. Con claros síntomas de haber abusado de las drogas y el alcohol. Se saludaron, Andrew le dio una monedas y ya no lo volvió a ver más. Por otras fuentes, oí más tarde que había muerto por sobredosis pero nunca lo pude contrastar".

Pero varios años antes de eso, y esto sí es contrastable, Charles Thomas fue una de las primeras superestrellas que el baloncesto tuvo en nuestro país. Su primera parada fue un club recién ascendido a la máxima categoría, el San José de Badalona. Pese a que el club siempre flirteaba con el descenso, Thomas acabó siendo el máximo anotador de la competición durante sus dos primeras temporadas en España, 1968-69 y 1969-70. Promedió más de 24 puntos por partido y llegó a encestar 38.

"Todos mis amigos eran millonarios"

En septiembre de 1971 el Barcelona anunció el fichaje del ‘matador’ Thomas, quien a sus 25 años aspiraba a terminar con la hegemonía del Madrid de Clifford Luyk y Wayne Brabender, ganadores del campeonato español durante 14 años, diez de ellos consecutivos. Aquel fue también su apogeo económico. "Teníamos un apartamento en la montaña, otro en la ciudad y otro en la Costa Brava", recordó Lynda al 'Oakland Tribune' muchos años más tarde. "Aprendí sobre el caviar y las delicias epicureas de la vida".

"Tenía una criada, tres coches y podíamos ir donde nos diera la gana. Teníamos un Ford de 1928. Nos vestíamos como en los años 20 y salíamos por la noche", proseguía. "Todos nuestros amigos eran millonarios. Conocimos a Salvador Dalí. Johnny Wooden nos visitó cuando vino a España. Los Harlem Globetrotters se quedaron en mi casa y lo dejaron todo hecho un desastre".

"Mi marido era muy bueno en baloncesto, pero nunca aprendió a ser humilde. No podía manejar el éxito"

"Mi marido era muy bueno en baloncesto, pero nunca aprendió a ser humilde", sentenció. "No podía manejar el éxito".

En aquel entonces ella ya había cambiado totalmente de vida, era policía local en Oakland y se había vuelto a casar con un compañero del cuerpo llamado Leon Drummer. El 20 de noviembre de 1979, Lynda Drummer fue agredida por un delincuente, pero en lugar de sacar la pistola mantuvo la cabeza fría. Su gesto le valió un largo perfil elogioso sobre su figura en el periódico local, donde hizo todas estas declaraciones sobre Charles Thomas. El artículo también decía: "Cuando el matrimonio terminó, él no mostró emoción. Lynda no tiene ni idea de dónde está actualmente. Ha perdido todo contacto con sus dos hijos, Carlos de 12 años y Matson de 10".

Comienza la búsqueda

En el geriátrico The Medical Lodge of Amarillo, antes Country Club Manor, un hombre en silla de ruedas que ingresó hace cuatro años en la residencia entretenía a las enfermeras con muchas anécdotas sobre su pasado como baloncestista en el extranjero. Ellas siempre le habían visto solo, no sabían si tenía familia, no sabían nada de él. Estas trabajadoras, llamadas Tari Cannon y Teresa Hall Block, le seguían el juego al viejo Thomas pidiéndole que les contara batallitas de su pasado como deportista hasta que un día Thomas deslizó el nombre "Norman Carmichael". En aquel momento todo cambió.

placeholder La residencia Medical Lodge de Amarillo, donde vive actualmente Thomas (Google Maps)
La residencia Medical Lodge de Amarillo, donde vive actualmente Thomas (Google Maps)

Se pusieron a hacer lo que ellas llamaban ‘nosey googling’, es decir, meter las narices donde nadie les mandaba y buscar en Google información sobre aquel Carmichael. Encontraron su perfil en Facebook y el 27 de febrero le enviaron un mensaje. Como él mismo contó en su página personal y en varios medios de comunicación españoles, le dijeron que Charles Thomas quería hablar con él y el exbarcelonista reaccionó con estupor, pensando que se trataba de una broma de mal gusto. Más tarde le dijeron “no, él lleva cuatro años con nosotros en esta residencia”.

Además de tirar del hilo que las llevó hasta Carmichael, Tari y Tesa encontraron, imprimieron y recortaron viejas fotos de Charles de su época en activo, cuando era un gladiador de dos metros de alto y no estaba postrado en una silla de ruedas con las piernas mutiladas bajo una manta. Por su parte, lo siguiente que hizo Carmichael fue avisar inmediatamente a Carlos Thomas, el hijo mayor. Hoy en día tiene 53 años y vive con su mujer e hija en Oakland, cerca de su madre Lynda. La última vez que vio a su padre fue en 1976, cuando tenía siete años.

Su caída y desaparición

Una temporada antes, Thomas tocó fondo en lo deportivo, preludio de todo lo que estaba por venir en el resto de órdenes de su vida. El Barça le había hecho un contrato de cinco años, pero una grave lesión de rodilla en 1974, precisamente en un partido contra el Real Madrid, dio con sus huesos en el dique seco y más tarde en el Bàsquet Manresa, donde le cedieron para que recuperara la forma y aliviara una plaga de lesiones entre los manresanos. Para entonces el divorcio con Lynda ya se había consumado y ella había regresado con los niños a Estados Unidos.

El jugador, por entonces de 29 años, estaba desmotivado. En la hemeroteca de 'El Mundo Deportivo' puede leerse un despiece del 15 de octubre de 1975: "En Manresa no están entusiasmados, ni muchísimo menos, con el resultado que les está dando el cedido Charles Thomas. Al aficionado manresano le gustaría verle más animado, con más garra, con más hambre de canasta, para decirlo de forma más gráfica. Nada de eso está exhibiendo el moreno ex-barcelonista. El hombre parece haberse tomado su cesión al Manresa como una prolongación de las vacaciones. Y por ahí no está dispuesto a pasar Antonio Sarre. Así que si Thomas no acaba la temporada en Manresa no se sorprendan..."

Un mes después, el 25 de noviembre de 1975, en el minuto tres de la segunda parte de un partido frente al Joventut, Thomas se negó a saltar de nuevo al parqué y permaneció sentado en el banquillo desobedeciendo a su entrenador. Aquel fue su último partido como profesional.

¿Qué pasó desde entonces? Solo Thomas lo sabe, pero no puede o no quiere recordarlo muy bien. Carmichael difundió la historia a través de medios como Rac 1 y pocos días después, 'El País' enviaba a dos personas desde México DF para encontrarse con Thomas en el geriátrico, una entrevista que se publicó este martes. Sin embargo, su recuerdo de las últimas cuatro décadas es difuso: mucha calle, poca suerte. Frente al relato de las enfermeras de que lleva en la residencia desde hace cuatro años, él afirmaba llevar en la clínica desde 2005, el año en que perdió las piernas. Tampoco cuadra con unos documentos judiciales de 2006 en los que el tribunal de Amarillo le deniega el habeas corpus solicitado tras un caso de indisciplina penitenciaria.

La segunda persona, tras Carmichael, en hablar con él fue su hijo Carlos. Él tampoco creía que la historia pudiera ser cierta. En este caso la versión que manejaba era que su padre había muerto en un callejón neoyorquino. Desde entonces, ha hablado varias veces con él y está tratando de que la pandemia amaine para poder recorrer los 2.300 kilómetros que hay entre Oakland y Amarillo. Para el hijo, el 'shock' que ha supuesto la reaparición de Thomas es difícil de procesar. Por un lado, y pese a ser ya un hombre hecho y derecho, en su mente sigue congelado el Charles Thomas que vio por última vez: un atleta imbatible al que él admiraba, los rivales temían y las masas aclamaban en España. Ha hablado varias veces con él en las últimas semanas, pero solo le veía la cabeza a través del FaceTime. Al ver en 'El País' la fotografía de cuerpo completo del padre solo, sin piernas y postrado en esa silla, Carlos Thomas confiesa que algo dentro de él se ha quebrado.

"Es muy chocante para mí porque en realidad es la primera vez que veo su imagen, me echó como para atrás, estaba acostumbrado a que él fuera grande y fuerte, y verlo así es descorazonador, ¿sabes?", dice el hijo. "Esto es algo sin precedentes, están ocurriendo tantas cosas..."

PREGUNTA: ¿Cómo ha sucedido todo esto?

RESPUESTA: Básicamente lo que pasó es que las enfermeras habían oído a mi padre decir que él había jugado a baloncesto. Al principio su reacción era como 'vale, vale' pero un día escucharon la mención a Norman, vieron aquel perfil que le hicieron a mi padre hace un par de años y así empezaron a buscar en Google. Finalmente encontraron a Norman Carmichael en Facebook y le contactaron.

P: ¿Las enfermeras no sabían si su padre tenía familia?

R: Nadie lo sabía realmente. Para ser honesto, si todo esto hubiera dependido de mi padre, nada de esto habría salido, ¿me entiende? Fueron sus enfermeras las que contactaron a Norman y luego él a mí. Yo también había oído todos esos rumores, de que había sido asesinado en un callejón de Nueva York y todo eso.

Básicamente él me llamó y aquí estamos, supongo que he encontrado a mi padre después de 46 años. Tenía 7 cuando lo vi por última vez, porque mis padres se separaron.

P: Cuando escuchó por primera vez la noticia, le dijo a Carmichael que tenía que verificarlo usted mismo. ¿Cómo lo hizo exactamente?

R: Simplemente le llamé y, bueno, hay ciertas cosas que solo él puede saber. ¿Me explico? Le pregunté quién era yo, cuándo era mi cumpleaños, cómo se llamaban nuestras mascotas... ¿Se acordaba? Sí. Su cabeza parece haber visto mejores días, pero se acordaba de los nombres de los perros, se sabía mi apodo, 'boogie', cosas así.

A partir de entonces le he pasado su contacto a varios amigos que él tenía, de alrededor del mundo, y que le conocieron cuando jugaba. Ellos también tenían cosas que solo él podría contestar, y lo hizo, así que obtuve una confirmación adicional. De todas formas planeo ir a verle, es solo que tengo 53 años y varias cosas que resolver antes.

P: Ha esperado 40 años, así que un par de semanas más no van a suponer mucha diferencia.

R: Exacto, exacto.

P: Una vez confirmada su identidad, ¿qué fue lo primero que le preguntó? ¿Por qué no nos habías dicho que estabas ahí en todo este tiempo?

R: Eeeeh... bueno, no hemos tenido la ocasión de llegar hasta ese punto. De todas formas, si yo tuviera que adivinar, apuesto a que mi mamá... ya sabe, la adoro, pero ya sabe cómo son las relaciones. Después de un divorcio, ella coge y se vuelve a Oakland, California, mi padre estando donde estaba... no es tan sencillo como doy la vuelta a la esquina y te encuentro. Ninguno hizo un esfuerzo.

Y hoy en día vivimos en una era de información, con internet, pero antes... y si realmente no sabes cómo contactar, ya sabe, pero bueno esa es mi suposición. Debería preguntárselo uno de estos días.

P: Probablemente, incluso aunque hubiese querido contactar, no habría sabido por dónde empezar.

R: Básicamente, sí.

P: ¿Cuál fue la reacción de su hermano o de su madre al enterarse?

R: Todo el mundo está totalmente sorprendido, toda la familia. Es muy chocante, todavía estamos tratando de asimilarlo emocionalmente, ¿me entiende? Hay mucho 'shock' de por medio.

P: Puedo empatizar con usted pero no alcanzo a imaginar por lo que debe estar pasando su cabeza. ¿Y las enfermeras? Son ellas las verdaderas heroínas de todo esto, ¿no?

R. Desde luego. Yo a Tari y Teresa las llamo TNT, porque han hecho que todo esto explote.

No hace falta haber llegado a una cierta edad para sentir un escalofrío al escuchar el nombre de Charles Ray Thomas. Aquellos que lo vieron jugar entre 1968 y 1975, recordarán a un ala-pívot no muy alto (2,01 metros) pero extremadamente atlético, una mezcla perfecta de rabia, talento, goma y dinamita que castigaba el aro con mates como nunca antes se habían visto en España. Durante su apogeo deportivo defendiendo los colores del Barcelona le acompañó en la zona otro estadounidense, un lánguido y altísimo pívot rubio llamado Norman Carmichael.