Y tú, ¿cuánto tiempo eres capaz de aguantar el ritmo del récord del mundo de maratón?

Son las 10:30 del sábado y el plusmarquista mundial de maratón, Eliud Kipchoge, calienta en la antigua pista de ceniza de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En unos minutos se medirá a un grupo de atletas aficionados que han aceptado el reto de correr contra él. Pero no verán al keniano porque no está allí. El reto tiene trampa: Kipchoge esta vez va a pedales. Es un ciclista que rodará a un ritmo constante: los 2'53'' el kilómetro que le dieron el récord del mundo de maratón hace mes y medio en Berlín.

En el reto, organizado como un acto promocional de la San Silvestre Vallecana, el objetivo era aguantar el máximo tiempo sin ser alcanzado por el fantasma sobre ruedas de Kipchoge, que rodaba a 20,8 km/h. Los atletas salieron en grupos de doce. El ciclista, con una bicicleta eléctrica equipada con un velocímetro que le permite controlar el ritmo, se adelantaba para alcanzar la velocidad adecuada. A su paso por la contrameta se daba la salida a los corredores, que partían con media vuelta de ventaja, unos 150 metros.

Los tres primeros de cada una de las cuatro series (en este caso los tres últimos que quedan sin ser atrapados) pasaron a la final. Los más lentos fueron atrapados en apenas dos vueltas, pero el ganador, Borja Aragoneses, aguantó 14, 4,2 km. Unos se daban por vencidos cuando la bicicleta se les acercaba, otros esprintaban para retrasar lo máximo posible su eliminación. Cuando ese momento llegaba, estaban obligados a apartarse hacia el interior para evitar un posible accidente. Los atletas corrían por la cuerda, mientras que la bicicleta rodaba en mitad de la pista.

El tiempo acompañó, pero de los 200 apuntados apenas se acercaron 50 hasta el Complejo Deportivo Zona Sur de la UCM. Páginas importantes del atletismo español se escribieron en esa pista de ceniza de 300 metros, que en los últimos meses está recobrando algo de vida. En mayo se inauguró una estatua de Miguel de la Quadra-Salcedo, que antes de reportero, divulgador y explorador fue uno de los mejores atletas españoles.

Una iniciativa de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo, apoyada por la universidad Complutense y la aportación de 350 donantes permitió erigir la estatua, que ahora preside la pista. De la Quadra-Salcedo observaba este sábado a un grupo de atletas corriendo delante de una bicicleta.