España y el fiasco del Mundial de atletismo: peor que Uganda, Burundi, Siria, Tanzania...
La selección nacional se despidió de los campeonatos de Londres cosechando el peor resultado de su historia, al no lograr una sola medalla y sólo cinco puestos de finalista
Los Mundiales de Atletismo de Londres 2017 han llegado a a su fin y, ahora, llega el momento de la reflexión. Y no sólo por ser los últimos campeonatos en lo que hemos podido ver a Usain Bolt -pese a su bronce en los 100 metros y su posterior lesión en el relevo- sino, sobre todo, por ser una cita aciaga para el deporte español, que se marchó de vacío de la capital británica, en lo que es el peor resultado de las 16 ediciones de la competición.
No es menos cierto que la selección española se encuentra en un claro proceso de cambio y que, para muchos atletas, esta ha sido la primera toma de contacto con unos Mundiales. E incluso, ha habido meritorias actuaciones, como ha sido el caso de Adel Mechaal en los 1.500 metros -se quedó a 18 centésimas del bronce- o del 4x400 masculino, que acabó quinto en la final y con récord de España. Pero, en líneas generales, los resultados no han sido positivos.
Y es que éste es el peor resultado de España en la historia de los Mundiales: sin una medalla por primera vez en toda su historia, tan sólo se han logrado cinco puestos de finalista, en lo que ha supuesto un importante revés para nuestro equipo. Y no sólo por lo logros obtenidos, sino sobre todo por el volumen, pues el combinado nacional contaba con la sexta expedición con más atletas. Sin embargo, las medallas se han quedado muy lejos.
En pleno cambio generacional, no es menos cierto que muchos de estos atletas han hecho marcas personales y han mejorado en Londres sus propios registros o incluso los nacionales, pero insuficientes como para meterse entre los 'top' del mundo. Y, por si fuera poco, los problemas físicos han terminado de lastras las únicas opciones reales de medalla, como era el caso de la saltadora Ruth Beitia o del marchador Miguel Ángel López.
Pero, sea como fuere, la realidad es dolorosa: España ha acabado los Mundiales sin sumar una sola presea. Es más, en el medallero se pueden ver un buen puñado de países que nunca imaginaríamos que podrían acabar por delante del nuestro, no sólo por historia, sino también por infraestructuras para conseguir formar a deportistas de elite: Uganda, Burundi, Siria, Tanzania o Kazajistán son un claro ejemplo de ello.
Joshua Kiprui Cheptegei (Uganda, plata en 10.000 metros); Francine Niyonsaba (Burundi, plata en los 800 metros); Majd Eddin Ghazal (Siria, bronce en salto de longitud); Alphonce Felix Simbu (Tanzania, bronce en Maratón); o Olga Rypakova (Kazajistán, bronce en triple salto) son algunos de los ejemplos de atletas que han logrado medallas para sus países, deportistas que han conseguido llevar a su país a la gloria en Londres.
Pese a los malos resultados españoles, los Mundiales nos dejan con esperanzas para el futuro, donde hemos visto brotes verdes entre jóvenes que pueden convertirse en las referencias de nuestro atletismo en un futuro no muy lejano. Eso sí, mientras tanto, los resultados del último campeonato no han sido los esperados de un deporte que, tradicionalmente, siempre se ha encargado de llenar de alegría y orgullo a nuestro país.
Los Mundiales de Atletismo de Londres 2017 han llegado a a su fin y, ahora, llega el momento de la reflexión. Y no sólo por ser los últimos campeonatos en lo que hemos podido ver a Usain Bolt -pese a su bronce en los 100 metros y su posterior lesión en el relevo- sino, sobre todo, por ser una cita aciaga para el deporte español, que se marchó de vacío de la capital británica, en lo que es el peor resultado de las 16 ediciones de la competición.