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Marta Domínguez se refugia en el COE tras la actitud de Odriozola en la Operación Galgo
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EMPRENDERÁ ACCIONES LEGALES POR EL DAÑO MORAL Y FÍSICO SUFRIDO

Marta Domínguez se refugia en el COE tras la actitud de Odriozola en la Operación Galgo

Marta Domínguez buscaba cariño, sentirse cómoda, y por eso se refugió en el Comité Olímpico Español (COE) para dar su primera rueda de prensa desde que

Foto: Marta Domínguez se refugia en el COE tras la actitud de Odriozola en la Operación Galgo
Marta Domínguez se refugia en el COE tras la actitud de Odriozola en la Operación Galgo

Marta Domínguez buscaba cariño, sentirse cómoda, y por eso se refugió en el Comité Olímpico Español (COE) para dar su primera rueda de prensa desde que la llamada Operación Galgo saliera a la luz en el pasado mes de diciembre. Lo lógico es que hubiera acudido a la sede de la Federación Española de Atletismo (RFEA), pero la respuesta del presidente Odriozola no fue la misma que la de Alejandro Blanco, máximo mandatario del COE. Uno la retiró de la vicepresidencia de la RFEA y el otro antepuso su posible inocencia a cualquier juicio paralelo, pese a que millones de españoles sentenciaron antes de tiempo a la atleta palentina, la de la cinta rosa.

 

Ayer quería dar la cara, plantarse ante los medios aunque no quería sufrir otro juicio, algo que no sucedió. Los cincuenta minutos de comparecencia tuvieron momentos muy tensos. Urko, Alberto García, pendientes de platino, aminoácidos... fueron los protagonistas, restando cuota a la inocencia que una y otra vez Marta se empeñaba en afirmar: "No he hecho nada malo en mi vida".

 

La atleta, tras el nacimiento de su hijo, ya ha iniciado el trabajo para recuperar el tono físico necesario para volver a los entrenamientos, al tartán, con la mente puesta en los Juegos de Londres del próximo verano. Sabe que junto a ella siempre estará presente todo lo relacionado con la Operación Galgo. La adopción de medidas legales en contra de los responsables del inicio de la citada operación, así como contra algunos medios de comunicación, no está decidida. Marta quiere que el proceso se cierre por completo, que no exista ninguna ventana abierta, para dar el paso y exigir recompensas por el daño causado, tanto en su imagen como en su faceta más deportiva y en la moral, de ella y de sus familiares.

 

"Los que me quieren me han apoyado, pero han sufrido mucho. Por ellos es por lo que sigo, pero es muy complicado cerrar heridas. En algunos casos no hay manera de hacerlo, aunque yo no voy a negar el saludo a nadie. Soy una persona fuerte y gracias a los valores del deporte he podido salir adelante". Lo cierto es que la idea de presentar denuncias está en la cabeza de la atleta, en especial contra los responsables del caso cerrado el pasado 11 de julio por la juez Mercedes Pérez Barrios.

 

Hay que recordar que al frente del Consejo Superior de Deportes (CSD) se encontraba Jaime Lissavetzky, que ahora remite al actual Secretario de Estado Albert Soler, para valorar la decisión de la jueza. Sacó pecho y ahora no lo muestra, como sucede con Rubalcaba, hoy candidato a presidente del Gobierno y en su día Ministro del Interior, que afirmó estar muy dolido por la actitud de Marta. "No guardo rencor a nadie, pero he tenido que pasar por multitud de juicios paralelos", afirmó la atleta.

 

Respuestas vacías en una rueda de prensa poco preparada

 

"Ha estado un poco borde, ¿no?", se comentaba en círculos ajenos al mundo del deporte. Marta siempre mantiene la distancia, quizás sea hasta un poco seca, pero lo que ayer estaba era tensa, en especial cuando aparecieron las preguntas relacionadas con el proceso judicial. No voy a decir que hubo improvisación, pero sí que la deportista demostró no tener preparado al detalle todos los asuntos que podían aparecer. Antes no era muy partidaria de la prensa y ahora menos aún. Lógico y por eso hay que destacar su presencia en el COE. El primero de los temas no deseados en aparecer fue el de su posible vinculación con la Operación Puerto a través del nombre clave Urko, perro del que hoy es su marido. Ni sí, ni no. Respuestas vacías y sin contenido, lo que da pie a que el debate y la especulación continúen.

 

Una relación que nunca volverá a ser como antes es la que mantenía con José María Odriozola. En estos ocho meses que ha durado el proceso, la comunicación entre el presidente y la que era vicepresidenta ha sido muy fría, a través del hoy en día tan necesario como distante mail. Odriozola se arrepintió de la decisión que tomó de apartar a Marta de la vicepresidencia, pero ya era tarde. "No sé si volveré. Lo único que sé es que el presidente me dijo que esperara a lo que dijera la jueza y ahora me dice que lo que ha dicho va a misa".  El presidente dijo ayer haber recibido una gran alegría por la exculpación de Marta.

 

Amigos o no, nada volverá a ser como antes, de la misma manera que tampoco lo será con sus compañeros de selección, a los que defendió antre la gran cantidad de controles que pasan. "Voy a intentar que todo vuelva a la normalidad. Nada más. Saludaré a todo el mundo pese a lo que han dicho y escrito sobre mí. ¡Qué  dejen en paz a España! Aquí se pasan muchos controles". Y es que la palabra rencor es algo que no desaparecerá de la cabeza de Marta. Al menos, tan fácilmente como ella dijo el viernes.

Marta Domínguez buscaba cariño, sentirse cómoda, y por eso se refugió en el Comité Olímpico Español (COE) para dar su primera rueda de prensa desde que la llamada Operación Galgo saliera a la luz en el pasado mes de diciembre. Lo lógico es que hubiera acudido a la sede de la Federación Española de Atletismo (RFEA), pero la respuesta del presidente Odriozola no fue la misma que la de Alejandro Blanco, máximo mandatario del COE. Uno la retiró de la vicepresidencia de la RFEA y el otro antepuso su posible inocencia a cualquier juicio paralelo, pese a que millones de españoles sentenciaron antes de tiempo a la atleta palentina, la de la cinta rosa.

Marta Domínguez