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"Kilian Jornet sentía envidia de las cabras". Las claves de un ser humano poco común
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CHARLA CON UN MÉDICO DEPORTIVO

"Kilian Jornet sentía envidia de las cabras". Las claves de un ser humano poco común

Kilian Jornet tiene las condiciones, la genética y, sobre todo, la actitud necesaria para batir los récords que intenta. Su mentalidad es la gran fortaleza de quien ha hecho historia en el Everest

Foto: Kilian Jornet, en plena ascensión. (FOTO: summitsofmylife.com)
Kilian Jornet, en plena ascensión. (FOTO: summitsofmylife.com)

T= (C+V) x A. La fórmula del talento es una combinación de tres elementos: los conocimientos, los valores y la actitud. El 80% del éxito es la actitud. En los desayunos que ESADE (Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas) organizó en febrero del pasado año, Luis Conde, presidente de una de las principales firmas de 'head hunters' españolas, definía así la fórmula del talento y reflexionaba sobre los retos: “Primero hay que querer hacerlo. Cuando tienes un reto siembras una semilla. Lo importante es el trecho que va de la semilla al fruto. Los retos en la vida son claves”.

El pasado sábado, Kilian Jornet subió de nuevo al Everest. En esta ocasión comenzó desde el Campo Base Avanzado, a 6.400 metros de altitud, y finalmente alcanzó la cumbre 17 horas después. Dos veces en una semana. ¿Por qué volvió a hacerlo?

El Confidencial se ha puesto en contacto con César Canales, médico y corredor de montaña. Nos atendió amablemente tras la comunión de su hijo. El blog que mantiene desde hace años es una referencia para muchos deportistas. César es, además, una suerte de médico de cabecera y consejero del equipo que patrocina Rab España, con alpinistas de élite como Pedro Cifuentes o Bi Zaes, entre otros. En un momento de la conversación, nos manifestó su interés para que los lectores de El Confidencial estén bien informados cuando practican deportes de montaña y hemos quedado comprometidos para escribir algo al respecto, pero esta vez toca hablar de la persona que ha hecho, dos veces en una semana, cumbre en el Everest.

"La montaña le ha elegido"

César conoció a Kilian en 2010, en una prestigiosa carrera de montaña, la Sierre Zinal, que recorre los Alpes valaisannes. Jornet ganó y Canales hizo un buen tiempo.

Cuando Kilian completó, en el mes de septiembre de 2012, la travesía Courmayeur-Chamonix, con cumbre en el Mont Blanc y por una vía muy exigente, la Innominata, en algunos círculos de montaña se le acusó de mentir. César se puso en contacto con él, “le dije que si podía hacerle algunas preguntas y disponer de los datos de su Suunto, que recoge información de frecuencia cardíaca, altitud y velocidad. Él me los proporcionó y escribí el articulo '¿Sistemas energéticos: Cómo consiguió Kilian hacer la Innominata con tan poca comida?'.

“Quería escribir, desde un punto de vista fisiológico, cómo pudo haberlo hecho. En el artículo escribí lo que Kilian tiene de especial”, evoca. Llegados a este punto César se calló, fueron solo unos segundos, pero sentimos el mismo desasosiego que se produce cuando dejan de hablar en la radio. Igual, pero peor, porque iba a desvelar el secreto de una gran deportista.

Echaba carreras contra el bus del instituto

¿Qué tiene de especial? Nada, absolutamente nada. Es una persona que empieza a moverse por montaña con dos años de edad. No solo es esto, por supuesto: “Tiene una genética espectacular, técnicamente domina todas las disciplinas. Cuando era niño le daba la cartera a algún compañero e intentaba llegar al instituto antes que el autobús. Esos juegos le han dotado de una gran adaptabilidad al medio. Creo que sentía envidia de las cabras. La montaña le ha elegido a él”, relata.

Fuerza mental superior

Kilian tiene una capacidad termorreguladora adaptada al frío. Esto supone una gran desventaja y un evidente riesgo cuando compite en climas cálidos. Recuerda César que en La Transvulcania, una dura carrera de montaña que se celebra en la isla de La Palma, hace cuatro años se desmayó hasta en dos ocasiones, pero “después del primer desvanecimiento, tuvo el coraje de situarse en cabeza; tras otro desvanecimiento, quedó en segunda posición. Cuando se enfrenta a un clima muy cálido no es capaz de descender su temperatura temporal como debiera. Baja su rendimiento, suda poco, no está acostumbrado a beber, puede entrar en colapso... Se le salta el termostato. Un altísimo riesgo para el organismo. Por eso no va”.

Cuando el joven Kilian entrenaba en alto rendimiento, bajo la atenta supervisión médica de Daniel Brotons, de la Federación Catalana de Deportes de Invierno (FCEH), había gente con mejores cualidades, pero no con la cabeza de Kilian. Volvemos a la actitud, a la extraordinaria fuerza mental que señalaba Lina Quesada.

Se habla de récord, todos los medios titulamos así, pero Canales cree que la motivación de Kilian no es el registro: “Él busca moverse lo más rápido posible en montaña y disfrutar de buenas sensaciones. Los reconocimientos están en un segundo plano, él persigue emociones. Por eso el primer intento al Everest no lo dejó satisfecho”.

El mal de altura

Desde un punto de vista fisiológico, hay que valorar en sus justos términos lo que ha hecho Kilian. Estamos ante una persona que ha subido, en cinco semanas, a altitudes superiores a los ochomil metros en cuatro ocasiones, dos de estas, el Everest. “Moverse a esas velocidades, en esas altitudes… El enemigo invisible está ahí, el mal de altura...”.

“En mi opinión”, añade César, “creo que no fue un virus la causa de las molestias estomacales en la primera subida. Fue mal de altura. Dijeron que tuvo calambres. Le vi talonear en uno de los vídeos. Eso implica un fallo neuromuscular y es más propio del mal de altura, de una cierta ofuscación cerebral. En mi opinión”.

Compartimos con César que Kilian tuvo la sensación de no haberlo dado todo. Ese mensaje que escribió en la camiseta de Adrian Ballinger era una declaración de intenciones. Después vino el rumor, el silencio y la confusión, pero más allá de la información y los silencios reveladores, había un elemento decisivo: Kilian no estaba satisfecho. En palabras de César, “él se vio débil como consecuencia del mal de altura. La montaña le estaba pudiendo y él quería poder”.

¿Era un riesgo intentarlo de nuevo? ¿Podría desmerecer el esfuerzo anterior? Es posible, pero parece que Kilian no funciona con esas claves. Él no sube porque quiera mejorar una marca: “Claro que hay un punto de insatisfacción. Seguramente él sintió que podía ir más rápido, que había llegado muy fuerte”, dice César. “Mi conclusión”, afirma, “es que él no sube porque hay otro alpinista que ha firmado un tiempo mejor, lo hace por actitud: me siento bien aquí y ahora, vamos para arriba”.

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Durante los días que hemos estado pendiente de la gesta de Kilian, tuvimos la oportunidad de conversar con personas cuya opinión está fundamentada en un sólido conocimiento. En el intercambio de correos con Albert Jorquera, periodista y también corredor de montaña, nos decía estas palabras: “Créeme, la figura de Kilian es mucho más pura y noble de lo que la gente piensa. La mayoría lo admira y le tiene estima, pero también hay una pequeña parte a la que le molesta su éxito y su humildad. Y están esperando para criticarle”.

Creemos que así es, que es una persona noble y un deportista y alpinista excepcional. De Sabadell, Cataluña, La Cerdanya y España. Todo eso y más.

T= (C+V) x A. La fórmula del talento es una combinación de tres elementos: los conocimientos, los valores y la actitud. El 80% del éxito es la actitud. En los desayunos que ESADE (Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas) organizó en febrero del pasado año, Luis Conde, presidente de una de las principales firmas de 'head hunters' españolas, definía así la fórmula del talento y reflexionaba sobre los retos: “Primero hay que querer hacerlo. Cuando tienes un reto siembras una semilla. Lo importante es el trecho que va de la semilla al fruto. Los retos en la vida son claves”.

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