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El americano se rasca el bolsillo: ver la Super Bowl es diez veces más caro que la final de un Mundial
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El americano se rasca el bolsillo: ver la Super Bowl es diez veces más caro que la final de un Mundial

El precio medio de las entradas supera este año los 10.000 dólares, diez veces más que la entrada más cara del Mundial conquistado por Leo Messi con Argentina

Foto: Foto: EFE, Caroline Brehman
Foto: EFE, Caroline Brehman

Ver a Messi levantar el Mundial, 1.600 dólares a pie de pista. Comprar una de las últimas butacas para ver la Super Bowl de 2024, más de 6.000 dólares. Pagar por estar en los principales eventos deportivos sí tiene precio, y no está al alcance de cualquiera. El precio medio de las entradas de la final de la NFL este año supera los 10.000 dólares, la edición más cara de la historia. Que sea la primera vez que se celebra en Las Vegas, que la disputen los Kansas City Chiefs de Mahomes e incluso el efecto Taylor Swift son algunas de las razones del incremento en el precio de las entradas.

Este será el año con el precio medio de las entradas más caro en la historia de la Super Bowl, superando las de 2022. Las diferentes plataformas de venta llegaron a registrar un gasto medio de 12.000 dólares en los últimos días y, a falta de dos días para el evento, la página oficial de la NFL mostraba que la entrada más barata disponible era de 6.500 dólares (6.030 euros). La presencia de los Chiefs y el hecho de que se dispute por primera vez en la historia en Las Vegas ha elevado notablemente el precio que los aficionados estaban dispuestos a pagar.

Foto: El trofeo de la Super Bowl Vince Lombardi (Kirby Lee/USA TODAY Sports).

La realidad es que los precios han dejado en fuera de juego a cualquier aficionado promedio al fútbol americano, incapaz de costear no solo el boleto, sino el viaje hasta Las Vegas, la estancia, y el ocio adherido a estos viajes. En Estados Unidos, donde la cultura es diferente a la europea, no existe la misma tradición de acudir a estadios visitantes para seguir al equipo, por lo que eventos como la Super Bowl, los All Star u otros similares suelen ser la única ventana para ver a cada club fuera de casa.

Los precios se han disparado de tal forma que ir a ver la Super Bowl es incluso diez veces más caro que ver la final del Mundial de fútbol, el otro gran evento deportivo a nivel global. Las entradas por ver a Messi y Argentina levantar el título oscilaron, sin tener en cuenta la reventa, entre 206 dólares y 1.607 dólares (entre 191 y 1.492 euros), en función de la zona del estadio. La media en todo el Mundial se situó en 812 dólares por partido, pulverizando el récord de Rusia 2018.

Aun así, es unas doce veces menos de lo que cuesta la Super Bowl. Tampoco los Juegos Olímpicos de París 2024 rivalizan en cuanto a valor de los tickets. Los precios varían en función del deporte, de la ronda de clasificación… Aun así, asistir a la ceremonia de apertura puede costar entre 700 euros y 2.700 euros.

Las Vegas espera que el impacto económico de la Super Bowl sea de 1.100 millones de dólares (ligeramente por encima de los 1.000 millones de euros), según la Autoridad de Convenciones y Visitantes de la región. Solo en la ciudad habrá un impacto económico de 300 millones de dólares, y los directivos de la institución aseguran que “el aficionado que viene a grandes eventos deportivos suele permanecer más tiempo y gasta más que un turista promedio, como ya vimos con el Gran Premio de Fórmula 1”.

Taylor Swift se ha convertido en un fenómeno gracias a su presencia en los partidos

El impacto económico va en línea con lo que la Super Bowl genera de forma recurrente en cada ciudad donde se disputa. El año pasado, el encuentro en Glendale (Arizona) dejó 1.300 millones de dólares en la economía local, según el estudio conducido por la Universidad de Arizona State. De hecho, datos de American Express, que en Estados Unidos tiene más cuota de mercado que Visa, indican que se gastarán 17.300 millones de dólares este año (16.066 millones de euros), en torno a 86 dólares (80 euros) de media por persona.

Su estudio destaca que en Las Vegas habrá un gasto directo de 500 millones de dólares (464 millones de euros) gracias a los 150.000 visitantes que se esperan ese fin de semana. La previsión es que el gasto en hoteles, comida, bebidas y merchandising sea de 215 millones de dólares (200 millones de euros), a lo que habría que sumar la compra de entradas, vuelos y otros gastos.

Eso, en cuanto al precio de las entradas. Lo que sí parece haberse congelado en cierta forma es el precio de los anuncios publicitarios en televisión. La Super Bowl ha convertido el show musical del descanso, del que Apple Music es su patrocinador principal y del que el rapero Usher será protagonista, en uno de los momentos icónicos del evento. El otro momento es la publicidad en televisión.. Apenas existen 50 minutos dedicados a publicidad, un escaparate único para llegar a una audiencia de más de 100 millones de espectadores cada año.

El precio medio de un spot de 30 segundos se cifra en unos 7 millones de dólares (5,5 millones de euros) y rara vez queda un espacio por vender. Ahí se mezclan marcas que no faltan a la cita cada año, como Bud Light, Verizon, Toyota, State Farm, Pringle’s, Hellman’s, KIA, Doritos o M&M’s, con gigantes como Google, Uber Eats, Booking, BMW o Dove, algunos de ellos de vuelta tras años sin anunciarse. También confluyen casas de apuestas como FanDuel o BetMGM, y nuevas plataformas como E-Trade o el ecommerce Temu. Este año además, desaparecen todas las cripto tras copar los anuncios en los últimos dos años.

*Artículo publicado originalmente en 2Playbook.com

Ver a Messi levantar el Mundial, 1.600 dólares a pie de pista. Comprar una de las últimas butacas para ver la Super Bowl de 2024, más de 6.000 dólares. Pagar por estar en los principales eventos deportivos sí tiene precio, y no está al alcance de cualquiera. El precio medio de las entradas de la final de la NFL este año supera los 10.000 dólares, la edición más cara de la historia. Que sea la primera vez que se celebra en Las Vegas, que la disputen los Kansas City Chiefs de Mahomes e incluso el efecto Taylor Swift son algunas de las razones del incremento en el precio de las entradas.

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