El expresidente del remo falseó gastos y se autoconcedió un despido sin consultarlo

Fernando Climent y Luis María Lasúrtegui son las dos figuras centrales del remo en España. Ellos lograron la primera, y por el momento única, medalla olímpica de la disciplina, una plata en los Juegos de Los Ángeles en 1984. Su fama dentro del deporte fue suficiente para que, al dejar la competición, encontrasen con facilidad acceso a los cargos directivos de la Federación Española. Climent llegó al cargo de presidente en 1993 y se mantuvo como máximo mandatario hasta que fue derrotado en las elecciones de diciembre de 2016.

Ahora, una denuncia tramitada por el juzgado 26 de Madrid pone en duda la gestión económica del mandato del subcampeón olímpico, siempre escoltado en su carrera como dirigente deportivo por quien fuese su compañero de bote en Los Ángeles. Y es que en 2016, cuando entró un nuevo equipo gestor a la federación, se percataron de que las cuentas no cuadraban y existían ciertos agujeros en sus años de gobierno. El Tribunal Administrativo del Deporte también tiene el caso sobre la mesa, pues todos los procesos relacionados con las federaciones son tramitados por el CSD hasta ese órgano.

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Climent, de hecho, no esperaba perder aquellos comicios. Los presidentes suelen tener cierto control sobre el proceso electoral, la confección de la Asamblea, el voto por correo... ese es uno de los motivos, el principal de hecho, por el que no sea nada extraño ver a mandatarios deportivos eternizarse en sus cargos. En este caso no era diferente pero, por una vez, falló. Encontró una oposición efectiva que fue capaz de quitarle el sillón. Lo inesperado del resultado llevó a que los nuevos gestores se encontrasen ciertos documentos que ahora están en poder de la fiscalía. Fernando Climent fue contactado por este periódico y desechó la opción de explicar su versión por consejo profesional.

Duró poco la oposición en la presidencia. Luis Miguel Oliver, el elegido como alternativa, resultó ser un presidente con poquísima capacidad y al ser incapaz siquiera de sacar un presupuesto adelante, terminó dimitiendo. En las elecciones siguientes, con la misma Asamblea, ya no se presentó Climent, pero terminó ganando alguien de su cuerda. Para ese momento, en todo caso, el aparato judicial ya estaba activado.

Los billetes duplicados

La denuncia, que el Ministerio Fiscal ha ampliado, explica una serie de presuntas irregularidades vistas en la gestión de Climent. Un ejemplo de ello tiene que ver con los constantes viajes de Madrid a Sevilla, donde se encuentra el centro de tecnificación y el epicentro del remo nacional. La federación española realizó varias provisiones de fondos, la más cuantiosa de 20.000 euros en El Corte Inglés para ir gestionando gastos del día día, especialmente en lo relativo a transportes e instancias. Esta operación se realizó en una sede de la compañía en Sevilla, a pesar de que la federación está situada en la madrileña calle de Ferraz.

Cuando El Corte Inglés fue preguntado por el nuevo equipo federativo sobre en qué se gastó esa provisión realizada, la mayor parte de los movimientos estaba destinada a la compra de billetes de AVE para Climent. Hasta ahí correcto si no fuese porque se han encontrado también hojas de gastos expedidas por ambos con los mismos billetes, tanto por números de referencia como por cantidades. Es decir, presuntamente Climent estuvo pasando como gastos unos billetes que ya habían sido comprados por la propia federación española de remo.

Entre los gastos hechos con esas provisiones de gastos hay también una tarjeta regalo por valor de 2.936 euros de la que no consta su uso final.

Dentro de las irregularidades enviadas al Ministerio Fiscal también hay ciertos gastos realizados que no cuadran con las fechas de las distintas salidas de los mandatarios de sus puestos federativos. Luis María Lasúrtegui dimitió de la FER el 4 de octubre de 2016 y Fernando Climent lo hizo el 28 de noviembre de ese mismo año. Eso no fue óbice para que con posterioridad a esas fechas ambos tuviesen billetes de tren costeados por la federación, aunque en su condición de candidatos, no de directivos, eso no debería ser así. Concretamente hay pagados tres billetes de hotel, nueve de avión y seis cargos en hoteles para ambos usuarios cuando ya habían dejado sus puesto. El importe total de esas facturas asciende a 2.609,28 euros.

La indemnización autoliquidada

Otro informe realizado en la auditoría de gestión posterior al cambio de la gerencia apunta a una indemnización a Fernando Climent que no cuadra ni en forma ni en fondo con lo establecido por los estatutos de la federación o por el real decreto sobre federaciones deportivas. Según los papeles que obran en mano del juzgado, Climent cobró 10.976,46 euros a su salida de la presidencia. Teniendo en cuenta que el expresidente abandonó voluntariamente su cargo con el objetivo de ser reelegido, no tiene sentido una indemnización por despido, y desde el punto de vista laboral una baja voluntaria no conlleva un finiquito en ese concepto.

Ese gasto, en todo caso, debería haber sido aprobado por la Asamblea General de la federación, pues no puede ser el propio saliente quien se otorgue a sí mismo un pago de una indemnización sin pasar antes esa propuesta por el órgano de decisión del ente. Los propios estatutos señalan que cualquier retribución al presidente debe ser aprobada por mayoría absoluta en el órgano. En ningún momento fue planteado en las reuniones.

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Además, ese pago fue autorizado por el propio Climent y por Lasúrtegui, a pesar de que ambos se encontraban ya, en teoría, dimitidos de todas sus funciones. La Junta Gestora, que en todo caso tendría que haber sido la encargada de autorizar cualquier gasto.

La denuncia está tramitada en el juzgado número 26 de Madrid, pero no es del todo seguro que los afectados, en este caso la Federación Española de Remo, se personen en la misma. La nueva directiva, que lleva solo unas pocas semanas y está configurada por gente que perteneció en su día a la junta directiva de Climent y a Lasúrtegui, duda si rubricar la misma, como sería procedente ya que no deja de ser la posible dañada en todo este proceso. Lo es, además, con dinero público, pues la federación de remo, como otras tantas en España, no cuenta con recursos propios y depende completamente de la subvención del Consejo Superior de Deportes.

Existe un requerimiento de directivos territoriales solicitando a la federación que se persone en la causa, pero eso es algo que, también, está aún pendiente de resolución.