Un Atleta de Cristo para evitar que Neymar sea 'un Ronaldinho'

Las últimas andanzas de Ronaldinho aún resuenan en el vestuario del Barcelona. Sus largas noches y plácidas mañana de camilla y masaje eclipsaron su estrella sobre el césped. Demasiada samba. Una “oveja negra”, como lo calificó su compatriota y compañero Edmilson. La ecuación que Sandro Rosell espera que no se cumpla con Neymar, tan brasileño, tan estrella y tan amante de las fiestas –bien entendidas- como ‘El Gaucho’…

Mejor prevenir que curar, han pensado en Can Barça. Antes de que haya puesto un pie en el Camp Nou, Neymar sabe que tendrá dos ángeles de la guarda que le guíen en su salto a Europa y a una ciudad de ‘tentaciones’ como Barcelona. Rosell ha querido que el propio Edmilson –en su día fichado por el ahora presidente- y Adriano sean los custodios de la carrera del joven crack brasileño. Acreditados profesionales, no responden al estereotipo de futbolista díscolo que tanto abunda entre los brasileños.

Lo suyo es la familia y las enseñanzas religiosas –evangelistas- que hablan de disciplina, constancia, sacrificio… Todo alejado del mundanal ruido de las fiestas que seducen a otros y que esperan no lleguen a oídos de Neymar. Al menos esa es la esperanza de Rosell, que hasta tal punto está obsesionado con ello que uno de los motivos que le han llevado a renovar a Adriano ha sido su ascendencia sobre Neymar. El presidente no quiere que nada se le tuerza después de pagar casi 100 millones de euros.

El ejemplo de Edmilson

Claro que Edmilson es como un padre para el joven Neymar. Amigo personal de la familia del jugador y su representante, el ex futbolista del Barcelona hará las veces de tutor del jugador en su llegada a España. La familia de Neymar sabe que no habrá mejor guía para su hijo. Edmilson sabe bien cuáles son las tentaciones y peligros de un futbolista joven y con talento. No en vano, lo vivió y sufrió en primera persona…

El segundo hijo de una familia humilde de la pequeña ciudad de Taguarintinga (a 350 kilómetros de Sao Paulo), Edmilson se crió entre entrenamientos y el duro trabajo de la plantación de naranjos que explotaba su familia. Y sólo con 11 años. Una infancia que desembocó en una dura adolescencia: “Bebía mucho, caí en las drogas, las muchas mujeres…”. Para su suerte, de esta mala vida le rescató un compañero que le abrió los ojos y le ‘reclutó’ para los Atletas de Cristo. Ahí cambió de manera radical su vida: “Si no hubiera sido por la religión hoy en día estaría preso o muerto”, ha confesado más de una vez Edmilson. El fútbol ha sido su vida, un sueño cumplido que espera que sea también el de Neymar, del que será su sombra hasta que se asiente en Barcelona. El próximo lunes, según ha confirmado la Confederación Brasileña, tendrán oportunidad de estar juntos por primera vez en el Camp Nou. Será en su presentación oficial.