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Valero Rivera, a sus 'críticos': "Llevo una coraza desde que comencé a jugar al balonmano"
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SALIÓ DE ESPAÑA PARA SER VALORADO Y FUE "LA MEJOR DECISIÓN"

Valero Rivera, a sus 'críticos': "Llevo una coraza desde que comencé a jugar al balonmano"

Su rostro es incapaz de ocular que la vida le sonríe. Valero Rivera Folch despide un aroma a campeón del mundo que se multiplica al cruzar

Foto: Valero Rivera, a sus 'críticos': "Llevo una coraza desde que comencé a jugar al balonmano"
Valero Rivera, a sus 'críticos': "Llevo una coraza desde que comencé a jugar al balonmano"

Su rostro es incapaz de ocular que la vida le sonríe. Valero Rivera Folch despide un aroma a campeón del mundo que se multiplica al cruzar la frontera y rodearse de sus compañeros de trabajo en Francia. "Es una sensación increíble. Magnífica. Nunca había sentido algo así porque es la primera vez que gano un trofeo. Estoy inmensamente feliz". El balonmanista del Nantes saborea el oro del Mundial junto a una exquisita paella antes de atender a El Confidencial durante un acto el pasado lunes en Madrid. Que aproveche, entre las pocas cosas que echa de menos de España están "el clima, la forma de vivir… y la comida".

Para un historiador, la Liberación de Francia tiene lugar en 1944 en el marco de la Segunda Guerra Mundial, para Rivera Folch en 2010, cuando abandonó la ASOBAL y cruzó los Pirineos hasta llegar al noroeste galo. "En Francia estoy muy bien. Me restan tres años de contrato y es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Me tratan muy bien y estoy contentísimo".

Creció en su 'natal' FC Barcelona, de donde pasó al BM Aragón, Algeciras, Guadalajara y Octavio Vigo. Por mucho que saliera del entorno de su padre, Valero Rivera, una maleta de prejuicios le perseguía. "Críticas siempre ha habido. Creo que llevo una coraza desde que comencé a jugar al balonmano. Es difícil recibir críticas por nada cuando eres más joven, cuando eres un niño. Pero es verdad que ahora mismo ya estoy acostumbrado y no me importa para nada".

Salir de su país, para triunfar en su país

Su 'pecado' en la infancia fue jugar al deporte en el que su padre era una autoridad dentro del FC Barcelona (seis Copas de Europa, cinco Recopas, doce ligas ASOBAL y diez Copas del Rey, entre otros logros, como entrenador… más tres ligas y otras tantas copas como jugador). Y como otros deportistas –e incluso artistas o profesionales- ha debido salir de España para obtener el reconocimiento en su propio país.

El declarado mejor extremo zurdo, mejor jugador y segundo máximo goleador de la pasada LNH francesa, fue llamado por el seleccionador -su padre y representante- para el Mundial que acaban de conquistar. Más suspicacias y comentarios en esta convocatoria… "Siempre habrá gente que no esté de acuerdo pero yo estoy contento con lo que he hecho. He dado un buen nivel y hemos ganado, que es lo más importante".

El oro de Montjuic tiene, quizás, un significado diferente para él que para otros miembros del equipo. Ya no sólo por haber dado una patada a la mencionada maleta de prejuicios, sino porque la familia Rivera Folch ha 'puntuado' doble en esta victoria. "Siempre he dicho que es difícil ganar un mundial, pero ganarlo con tu padre es aún más difícil. Creo que los dos nos merecemos este oro porque hemos sufrido mucho".

"Como si no fuera mi padre"

Sentimentalismos aparte, con el balón en la mano no diferenció entre su papá o cualquier otro técnico. "Entrenaba a tope, como si no fuera mi padre. Para mí es el entrenador, no es mi padre y hago lo mismo que haría con otro técnico: darlo todo y aprovechar los minutos que me dé".

Este es el modus operandi de cualquier jugador de equipo y a Rivera Folch, en Francia, le está dando resultado con un promedio goleador de un 75%, lleva 97 tantos en esta temporada. Junto a los Hispanos Alberto Entrerríos y Jorge Maqueda, su rendimiento sobre el parquet está acompañado por una competición cuya atmósfera es envidiable. "La Liga allí, en temas de márketing está mejor que en España, el económico también –da mucha seguridad y no hay problema para nada-, todos los pabellones están llenos… es la segunda liga después de la alemana. Y eso que allí el balonmano también es el tercer deporte de colectivos tras el rugby y el fútbol (en España el balompié y el baloncesto)".

"Un ejemplo que hace afición es que a la semana retransmiten por televisión dos partidos de liga, uno en Canal Plus Deporte y otro en Sport Plus. Y, aparte, suelen emitir también bastante de 'Champions League', tanto si juega un equipo francés como si no. La verdad es que hay mucha afición al balonmano". Por su tono de voz, Valero evidenció cierta envidia 'balonmanista' en su actual país de residencia… algo que se cura viendo la medalla que lleva colgada en el pecho.

Enhorabuena y ahora, como dijo el lunes el presidente de la Federación, Juan de Dios Román, a por los Juegos de Río 2016, "eso sería la leche".

Su rostro es incapaz de ocular que la vida le sonríe. Valero Rivera Folch despide un aroma a campeón del mundo que se multiplica al cruzar la frontera y rodearse de sus compañeros de trabajo en Francia. "Es una sensación increíble. Magnífica. Nunca había sentido algo así porque es la primera vez que gano un trofeo. Estoy inmensamente feliz". El balonmanista del Nantes saborea el oro del Mundial junto a una exquisita paella antes de atender a El Confidencial durante un acto el pasado lunes en Madrid. Que aproveche, entre las pocas cosas que echa de menos de España están "el clima, la forma de vivir… y la comida".

Valero Rivera