El 'proyecto Guardiola' inicia en Yokohama la carrera por su decimotercer título de 16 posibles

Parece como si Guardiola supeditara el reconocimiento de su equipo a la consecución del Mundial de Clubes que se disputa estos días en Yokohama y donde ya se ha asegurado una plaza en la final tras pasar por encima del Al Sadd qatarí (0-4). El técnico azulgrana dijo a su llegada a Japón que el Barcelona “no sería el mejor equipo del mundo hasta que no ganaran”. Una afirmación un tanto cuestionable. Con eso de ‘mejor equipo’ debía referirse a mejorar su posicionamiento comercial, por ejemplo, porque en cuanto a logros deportivos -títulos, estadísticas y espectáculo- poco más se puede pedir al ‘Pep Team’. A día de hoy, la hegemonía del Barça está fuera de toda discusión, con o sin este Mundialito. El Barça de Guardiola ha logrado 12 títulos de 16 posibles en tres temporadas y media, y éste puede ser su decimotercero, lo que significa que solo ha perdido tres. Los números hablan por sí solos.

El campeón de Liga, Champions League, Supercopa de España y Supercopa de Europa superó sin problemas al Al Sadd de Qatar en semifinales y acompañará al Santos brasileño en la final. El propio Neymar, que se salió ante el Kashiwa japonés, da como favorito al Barça y ya le considera eso que Guardiola no cree ser hasta levantar esta copa: “el mejor equipo del mundo”.  Si el conjunto azulgrana no gana el que sería su sexto título de 2011 (en Tokio ya perdió dos Mundiales de Clubes), dejaría de embolsar los cuatro millones de euros que se llevará el campeón, pero no por ello dejaría de ser un año redondo. Sin embargo, éste es el título que más ilusión le hace al técnico por lo que representa disputarlo. Cuando ganó en 2009 incluso lloró.

Sus logros son muchos, están ahí, y el Mundial de Clubes solo puede ser entendido como un paso más allá, nunca como un fracaso. La llegada al aeropuerto de Tokio de los Messi, Iniesta, Xavi y compañía fue toda una revolución, pero sin duda este título ayudaría y mucho a aumentar su peso en el mercado asiático. La marca Barça ha llegado a tener un gran impacto internacional gracias a los triunfos de los últimos años, pero ganar en Yokohama puede aumentar más si cabe la fiebre azulgrana en Asia y en el resto del mundo.

Desde que el técnico de Santpedor se sentó en el banquillo blaugrana en 2008, el Barcelona metió el turbo recuperando el tiempo, y sobre todo los títulos perdidos en épocas pasadas. Hizo historia proclamándose campeón en las seis competiciones en las que participó su equipo en su primera temporada. Y así, hasta llegar a la friolera de doce títulos.  Solo se le han escapado tres: la Champions que terminaría ganando el Inter de Mourinho, la Copa en la que cayó en semis ante el Sevilla y la que le ganó el Real Madrid este año.

Aun así, el Barcelona siempre ha quedado entre los cuatro primeros y su mayor fracaso en estas tres temporadas y media ha sido caer eliminado en una semifinal porque en la última edición de la Copa del Rey fue finalista. Si con estos datos y los innumerables partidos en los que este equipo ha dejado patente su superioridad el jefe del cuerpo técnico aún no se lo cree, debería hacérselo mirar.  

Ganar al jet-lag

Pero Guardiola no sería Guardiola sin sus preocupaciones. Consideraba al Al Sadd un buen equipo, con jugadores fuertes capaces de hacer un juego rápido y sacar contras peligrosas. La supuesta calidad del rival no fue un verdadero problema porque el Barça goleó a un equipo ultradefensivo e inoperante. El otro contratiempo, y el que más inquietaba tanto a él como a la plantilla, fue la falta de adaptación al cambio horario de alguno de los jugadores, pese a llevar ya tres días en Japón. La diferencia de ocho horas y falta de pleno descanso finalmente pasó desapercibida en el campo.