Luis Enrique, preso de la caótica situación que vive la Roma

Luis Enrique se convertirá en los próximos días en entrenador de la Roma, pero el asturiano se encuentra preso de la extraña y delicada situación por la que atraviesa la entidad italiana. En el pasado mes de abril la familia Sensi, acosada por las deudas, tuvo que deshacerse del club que le hizo famoso en toda Italia. El nuevo dueño pasó a ser Thomas Di Benedetto, empresario norteamericano, que tras dos visitas a la ciudad eterna continúa sin poner un euro, por lo que el club no se encuentra en una situación especial, sin viejos ni nuevos dueños. No hay que olvidar que la Roma cotiza en bolsa y todos sus movimientos son controlados al detalle y por el momento todos sus movimientos están en suspenso. Y este es el principal obstáculo que se ha encontrado Luis Enrique para poder firmar su nuevo contrato como entrenador de la Roma. El asturiano se ha comprometido con Walter Sabatini, que será nuevo director deportivo con Franco Baldini en la sombra, pero su firma carece de valor alguno.

A nivel operativo, y hasta que el juez designe a un abogado para que de forma a las operaciones, la entidad está presa, sin capacidad de decisión. El traspaso de poderes de la familia Sensi a Di Benedetto no se producirá hasta los primeros días de junio, siempre y cuando aparezca el dinero y cumpla con los compromisos ya firmados, algo que todavía no se ha producido. Esta situación ha llevado a que continúen figurando los antiguos dirigentes, como es el caso de Daniele Prade, director deportivo durante los últimos años de la Roma, pero que todavía no ha recibido finiquito alguno. Sabatini no puede oficializar acuerdo alguno. Le sucede con Luis Enrique y con otros jugadores que están pendientes de que se desbloquee la situación.

El acuerdo del todavía entrenador del Barcelona B y los nuevos dirigentes de la Roma es total y salvo que el juez diga lo contrario y no acepte los pactos suscritos por la familia Sensi, Unicredit (entidad bancaria auténtica dueña del club y que ha dado el ok a la venta) y Di Benedetto. La operación estaba valorada en 100 millones de euros antes de la aparición de viejas deudas de épocas pasadas como una que todavía mantenían con el delantero argentino Batistuta. La preocupación radica en saldar las deudas con la actual plantilla, ya que en caso contrario el club ni podría fichar y podría perder la categoría.

En las últimas horas se han filtrado problemas entre Luis Enrique y los que serán nuevos dueños y dirigentes de la Roma en cuando al número de ayudantes que desembarcarán con él (De la Peña será su segundo), pero los verdaderos problemas para que el asturiano viaje ya a la capital italiana son de índole legal y está en manos del juez de instrucción del caso. Franco Baldini, uno de los directores deportivos más reputados del mundo del fútbol, es el encargado de dar forma a todo. El que fuera secretario técnico del Real Madrid es en la actual director deportivo de la selección inglesa y hasta el mes de octubre continuará en el cargo, pero ha sido él el que ha elegido a Luis Enrique para suceder a Montella, que ocupó el puesto tras la renuncia de Ranieri.

Meses atrás, Miguel Ángel Gil habló con él para ofrecerle el banquillo del Atlético, pero la estructura que montó el Consejero Delegado rojiblanco se vino abajo y el técnico del Barcelona B se decantó por la propuesta italiana. En el Atlético cambió todo y se impuso la teoría de Enrique Cerezo, presidente, que quería ver a Joaquín Caparrós como entrenador. El ex del Athletic firmará esta semana si solventa los flecos del contrato que tiene sobre la mesa.