La Operación Galgo divide el atletismo mientras Odriozola sigue al margen

Manuel Olmedo, único oro de España en el Europeo de París, ha pedido unión. Nuestro atletismo está fragmentado debido a la Operación Galgo y el resultado más inmediato ha sido el regreso al año 2000 en cuanto al número de medallas logradas en estos campeonatos de pista cubierta (4). Nuria Fernández es el centro del huracán y, hasta el momento, sólo se conocían algunos de sus enemigos, según el entorno de la madrileña: Jesús España, Chema Martínez, Arturo Casado, Isabel Macías y su chico Luis Alberto Marco. Ahora, tras su plata, comienzan a surgir voces en apoyo de la "inocente hasta que no se demuestre lo contrario" Nuria, como es el caso del propio Olmedo.

El responsable de la Federación, José María Odriozola, permanece cauto y sin mover pieza. El presidente no ocultó su afinidad por la atleta madrileña al repescarla para el Europeo pero tampoco ha hecho públicamente una declaración a favor de Nuria o de la justicia española, como el caso de Olmedo. El atleta sevillano declaró nada más pisar suelo español que no hay que prejuzgar a nadie y que Nuria debía ser tratada como un miembro más.

Sin nadie que ponga orden, la Operación Galgo es quien manda en el atletismo español. No existe unanimidad y la división cada vez es más clara. Habrá una mayor separación conforme los protagonistas se posicionen con sus declaraciones.

Es obvio que el tirón mediático ha incrementado el interés por lo que nuestros atletas hacen. Y la próxima cita será el 20 de marzo en Punta Umbría (Huelva), donde se disputará el Mundial de Cross. Allí, Odriozola mediante, Fernández será una de las bazas españolas.

Recordemos que Nuria, al igual que Reyes Estévez y Eugenio Barrios, acudió al juzgado de Instrucción número 24 de Madrid en calidad de testigo, por haber sido ‘alumna’ de Manuel Pascua, imputado en la Operación Galgo. A raíz de esa relación surgieron las enemistades.