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La "extranjera" Nuria Fernández pide su libertad dedicando la plata a Manuel Pascua
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LA MADRILEÑA ES SUBCAMPEONA DE EUROPA EN PARÍS

La "extranjera" Nuria Fernández pide su libertad dedicando la plata a Manuel Pascua

Nuria Fernández prolongó en París su año de gloria con una medalla, la primera del equipo español en los Europeos en sala, que le redime de

Foto: La "extranjera" Nuria Fernández pide su libertad dedicando la plata a Manuel Pascua
La "extranjera" Nuria Fernández pide su libertad dedicando la plata a Manuel Pascua

Nuria Fernández prolongó en París su año de gloria con una medalla, la primera del equipo español en los Europeos en sala, que le redime de los sinsabores que le está acarreando su vinculación a Manuel Pascua, uno de los entrenadores imputados en la Operación Galgo. Este sábado, entre las personas a las que dio sus agradecimientos, estaba Pascua. La madrileña esgrime su nueva presea, un año después del oro en los Europeos al aire libre de Barcelona, como prueba de que es capaz de correr bien con Pascua y sin él, porque es lo que lleva haciendo desde hace veinte años.

Eso sí, recibió muestras de hostilidad de las que se queja la madrileña  desde Isabel Macías, quinta en la final de 1.500, quien felicitó a Nuria por su medalla de plata -"para quitarse el sombrero", pero recriminó que le negara el saludo y aseguró que para ella es "como si fuera una extranjera".

Nacida hace 34 años en Lucerna (Suiza), donde residían sus padres emigrantes, alcanzó la cima de su carrera deportiva el 1 de agosto pasado, cuando se proclamó campeona de Europa de 1.500 en Barcelona, cuatro años después de plantearse la retirada. "Fue el mejor día de mi carrera. Llevaba toda la vida soñando con algo así, fue un momento mágico e inolvidable", relataba a Efe. De Barcelona, al cielo, y del cielo al infierno sólo cuatro meses después. El año se le torció el 9 de diciembre pasado, cuando estalló la Operación Galgo. Su entrenador, Manuel Pascua permaneció tres días en los calabozos de la Guardia Civil y está imputado en la causa.

El nombre de Nuria salió a colación en las filtraciones del sumario por supuestas prácticas de dopaje y tuvo que negarlo por escrito para que la Federación Española le permitiera competir, el 12 de diciembre, en los Europeos de cross de Albufeira (Portugal). "Ni en la peor de mis pesadillas imaginaba que pudiera sucederme esto", comentó. La amenaza de boicot por parte de algunos atletas (Jesus España, Chema Martínez y Arturo Casado, según su entorno) le impidió asistir, en enero, a la Gala de la Federación en la que debía recoger su trofeo como mejor atleta española del año.

Vuelta a antiguas tradiciones

Pero regresó con su entrenador de toda la vida, Antonio Postigo, y ha tirado para adelante, cuajando una gran temporada de cross que remató el domingo pasado con el título nacional en Haro. Ese mismo día el presidente de la Federación Española, José María Odriozola, le pidió que se sumara al equipo de París pese a que no había hecho una sola carrera en pista.

Nuria dio en 2009 un salto cualitativo en su carrera cuando arrebató a su amiga Marta Domínguez (imputada en la operación Galgo) el récord de España de 1.500 en pista cubierta con la décima mejor marca mundial de todos los tiempos (4:01.77). Y sin embargo, sólo cuatro años antes, después de los Mundiales de Helsinki '95, en los que cayó en series, Fernández llegó a plantearse el abandono de un deporte que no le había dado ninguna satisfacción plena. En Juegos Olímpicos nunca llegó a una final, y en Mundiales sólo en 2001, y para ser última.

Quince meses después de dar a luz a su hija Candela, la atleta madrileña se transfiguró deportivamente, siguiendo una trayectoria ascendente que ya apuntó a finales del 2008 pese a que afinara demasiado tarde para incorporarse al equipo olímpico de Pekín.

Entrenó hasta dos meses antes de dar a luz

Estando embarazada continuó entrenándose hasta dos meses antes de dar a luz, y dos meses después ya estaba otra vez corriendo. Su recuperación fue rápida en 2008. En la reunión de Montecarlo se quedó a dos segundos de la mínima olímpica en 1.500, pero aprovechó después su buena forma para batir el récord de España de la milla (4:21.13) y hacer su mejor marca en 800 (2:00.35).

Nuria, ochocentista en sus primeros tiempos (ha sido dos veces campeona de España al aire libre y otras dos bajo techo en 800), ha conseguido sus mejores éxitos tras subir de distancia. Además del título europeo, fue cuarta en los Mundiales de Berlín 2009 y tiene dos títulos nacionales de 1.500 en sala (1998 y 2000) y uno al aire libre (2006).

Las horas de gimnasio, la mejora de la potencia, el alargamiento de la zancada, la resistencia ganada en el cross, y series más rápidas en los entrenamientos (por ejemplo, de 400 en un minuto) han convertido a Nuria Fernández en una atleta temible en el último 500, ya que no tiene un esprint corto excepcional.

Nuria se considera "prejuzgada" en la operación Galgo. "Llevo 20 años haciendo atletismo, he estado en dos Juegos Olímpicos y cinco Mundiales; con 16 años ya hice 2:05 en 800 y todavía tengo que leer de algún periodista que soy una atleta mediocre", se lamenta.

Postigo le ha propuesto viejos objetivos: "Después de diez días de entrenamiento ya me está diciendo que voy a bajar de 4 minutos en 1.500. ¡Lo mismo que ya me decía en el 2003!", recuerda Nuria, que en Barcelona ganó el título europeo con su mejor marca hasta hoy (4:00.20).

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Nuria Fernández prolongó en París su año de gloria con una medalla, la primera del equipo español en los Europeos en sala, que le redime de los sinsabores que le está acarreando su vinculación a Manuel Pascua, uno de los entrenadores imputados en la Operación Galgo. Este sábado, entre las personas a las que dio sus agradecimientos, estaba Pascua. La madrileña esgrime su nueva presea, un año después del oro en los Europeos al aire libre de Barcelona, como prueba de que es capaz de correr bien con Pascua y sin él, porque es lo que lleva haciendo desde hace veinte años.