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Macías a su compañera Nuria Fernández (plata): "Para mí es como una extranjera"
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NURIA DA LAS GRACIAS, ENTRE OTROS, A MANUEL PASCUA

Macías a su compañera Nuria Fernández (plata): "Para mí es como una extranjera"

Nuria Fernández, subcampeona de Europa de 1.500 en pista cubierta, resaltó el valor de la medalla con todo lo que le ha caído encima con la

Foto: Macías a su compañera Nuria Fernández (plata): "Para mí es como una extranjera"
Macías a su compañera Nuria Fernández (plata): "Para mí es como una extranjera"

Nuria Fernández, subcampeona de Europa de 1.500 en pista cubierta, resaltó el valor de la medalla con todo lo que le ha caído encima con la Operación Galgo, y aseguró que no tiene nada contra nadie del equipo español, alguno de cuyos miembros, reveló, se han mostrado hostiles hacia ella. "Estoy muy feliz", afirmó, "y quiero dar las gracias a toda la gente que me ha apoyado, que ha sido mucha: mi familia, mis compañeros que ahora están en Antequera corriendo. Si no hubiera sido por ellos no estaría aquí". Atribuyó parte del mérito de la medalla a todos sus entrenadores: "a Fidel Paredes, a Antonio Postigo, a Soria, donde estuve un año, y a Manuel Pascua (imputado en la Operación Galgo) también".

Una de las muestras de "hostilidad" de las que se queja la madrileña  puede provenir de Isabel Macías, quinta en la final de 1.500, quien felicitó a Nuria por su medalla de plata -"para quitarse el sombrero", pero recriminó que le negara el saludo y aseguró que para ella es "como si fuera una extranjera". "Va por ahí y ni te mira. Para mí, como si fuera una extranjera", afirmó la atleta aragonesa, compañera sentimental del ochocentista Luis Alberto Marco, uno de los que se han postrado más críticos con los atletas relacionados con la operación Galgo.

Macías destacó, no obstante, el mérito de Nuria. "Ser capaz de engancharse a las medallas pese a haber estado preparando el cross, sin tener ese cambio, me sorprende. Me quito el sombrero y la felicito públicamente, ya que en pista no me ha querido aceptar la felicitación. Me giró la cara, como este viernes", reveló la aragonesa.

"Es ella la que a veces no devuelve el saludo"

"Yo no tengo ningún problema con ella", explicó. "Lo que me molesta es que diga a la prensa que no la hablamos cuando es ella la que a veces no devuelve el saludo. Lo digo abiertamente y con mi nombre. Ahora, que no me salude y con razón".

Nuria no esperaba este resultado "ni en el mejor de los sueños" porque sólo había preparado el cross, "pero llevo veinte años en el mundo del deporte", advirtió, "y siempre se te queda algo en las piernas". "Temía una final lenta porque no he entrenado la chispa pero no he tenido mal final", añadió.

La atleta madrileña negó que este viernes negara el saludo a Isabel Macías, que compartió con ella la final. "No me he dado cuenta de lo de Isabel. No sé de lo que me estáis hablando. Estoy en una tesitura un poco rara y cuando me hablan, hablo, pero si no, soy discreta y hago lo que puedo".

Meses duros con el rechazo de la Federación

"Yo no tengo nada personal contra nadie. Estos meses han sido muy duros, me han vetado en la Gala (de la Federación Española) y son ellos los que me rechazan. Son una minoría, porque aquí hay mucha gente que me está apoyando. No tengo ningún problema con nadie. Son ellos los que han ido a por mí", prosiguió.

Atribuyó parte del mérito de la medalla a todos sus entrenadores: "a Fidel Paredes, a Antonio Postigo, a Soria, donde estuve un año, y a Manuel Pascua también". "No os imagináis el valor que tiene esta medalla, con todo lo que me ha caído encima. Gracias a la gente que me apoyó en Lasarte, al público de la San Silvestre. Ver el apoyo del público me ha dado una gran moral, y con la sonrisa de mi hija se te olvidad las cosas. También le agradezco a mi marido Aser Pernil, que me ha levantado en los momentos bajos", pormenorizó.

Nuria saca fuerzas de flaqueza en relación con la Operación Galgo: "Lo que no mata engorda, como dice mi madre. No tengo que demostrar que soy inocente ni nada. Yo he dicho toda la verdad y lo que estoy demostrando es que sé correr. Llevo veinte años haciéndolo y es mi trabajo. Estoy en cuatro sistemas antidopaje: la IAAF, la AMA, el CSD y la Federación Española, y nunca he dado positivo, y tengo que estar localizable una hora al día todo el año".

En cuanto a la carrera, la madrileña se fue en las dos últimas vueltas con las rusas Yelena Arzhakova y Yekaterina Martynova, apretó los dientes y en la recta de meta superó a esta última para colgarse una plata que, en su situación actual, le supo a gloria, casi tanto como el oro en los Europeos al aire libre de Barcelona 2010.

España no pudo colgarse ningún metal

La otra gran opción española de medalla en la jornada sabatina no cuajó. Jesús España, tres veces medallista de bronce, sólo pudo ser quinto en la final de los 3.000 metros con una marca de 7:54.66, después de ir demasiado retrasado toda la carrera, que ganó su eterno adversario el británico Mo Farah con 7:53.00.

En longitud, Luis Felipe Méliz no pudo alcanzar los ocho metros, marca que le hubiera llevado al podio porque los tres que lo hicieron se llevaron medalla: el alemán Sebastian Bayer revalidó el título con 8,16, seguido del francés Kafetien Gomis (8,03) y del danés Morten Jensen (8.00). El español se quedó en 7,90, quinto.

Manuel Olmedo, Diego Ruiz y Juan Carlos Higuero exhibieron tal autoridad en semifinales de 1.500 que la hipótesis del triplete en la final no es descabellada.

En semifinales de 800, Luis Alberto Marco y Kevin López pasaron, con solvencia el primero, con angustia el segundo, a la final, mientras que el balear David Bustos fue eliminado.

Beitia estará en la final tras el suspense

Ruth Beitia, instalada en el podio europeo bajo techo desde 2005, tuvo que esperar el fallo de cuatro de sus rivales para saberse en la final de altura después de haber derribado en 1,94. La cántabra obtuvo el octavo y último puesto de acceso a la final con 1,92. Había llevado a cabo un concurso impecable hasta fracasar en 1,94.

La valenciana Dolores Checa hizo todo el gasto en la primera serie de 3.000 y obtuvo el premio de la final europea como tercera (9:04.06), en tanto que Paula González pasó por tiempos (9:10.37) en la misma carrera y Sonia Bejarano se despidió, en la segunda, con un sexto puesto (9:28.31).

Iván Mocholí, Ángel David Rodríguez y Digna Luz Murillo cayeron en las semifinales de 60 lisos, en los tres casos con el séptimo puesto.

Naroa Agirre, plusmarquista española de pértiga desde hace cuatro años con una marca de 4,56, fue eliminada en la calificación con un registro de 4,15 que la dejó decimocuarta y última. Saltó a la primera 3,90 y 4,15, pero no pudo con los 4,35.

Tampoco pasó a la final Concepción Montaner, que fue subcampeona de Europa hace cuatro años en Birmingham. Su mejor salto fue el tercero y último, de 6,47 metros, curiosamente el registro que hace once años la proclamó campeona mundial júnior en Chile. Para estar en la lucha por las medallas del domingo habría tenido que saltar nueve centímetros más.

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Nuria Fernández, subcampeona de Europa de 1.500 en pista cubierta, resaltó el valor de la medalla con todo lo que le ha caído encima con la Operación Galgo, y aseguró que no tiene nada contra nadie del equipo español, alguno de cuyos miembros, reveló, se han mostrado hostiles hacia ella. "Estoy muy feliz", afirmó, "y quiero dar las gracias a toda la gente que me ha apoyado, que ha sido mucha: mi familia, mis compañeros que ahora están en Antequera corriendo. Si no hubiera sido por ellos no estaría aquí". Atribuyó parte del mérito de la medalla a todos sus entrenadores: "a Fidel Paredes, a Antonio Postigo, a Soria, donde estuve un año, y a Manuel Pascua (imputado en la Operación Galgo) también".