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Marta, por los suelos cuando luchaba por las medallas
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ATLETISMO - JJOO DE PEKÍN

Marta, por los suelos cuando luchaba por las medallas

Una fuerte costalada a 200 metros de la meta, cuando se batía por la medalla de plata, echó por tierra las ilusiones de Marta Domínguez en

Foto: Marta, por los suelos cuando luchaba por las medallas
Marta, por los suelos cuando luchaba por las medallas

Una fuerte costalada a 200 metros de la meta, cuando se batía por la medalla de plata, echó por tierra las ilusiones de Marta Domínguez en la primera final olímpica femenina de 3.000 metros obstáculos. La palentina rodó por la pista a media vuelta del final, al tropezar en el obstáculo que precedía a la última ría, cuando luchaba junto a la keniana Eunice Jepkorir y la rusa Yekaterina Volkova por la medalla, una vez que la de oro estaba segura en poder de Gulnara Samitova-Galkina, vencedora con nuevo récord mundial (8:58.81).

En la tercera carrera de su vida en 3.000 metros obstáculos, Marta Domínguez conservó la cabeza fría para no cebarse en el ritmo delirante que impuso desde la salida la plusmarquista mundial y llegó a la última vuelta en la situación que le gusta, con todas las puertas abiertas para ganar una medalla. En tales circunstancias Marta Domínguez nunca ha fallado, de forma que sólo la desgracia ha podido privarle de la única medalla que falta en su historial, la olímpica.

Cuando el 10 de diciembre pasado consiguió el título europeo de cross en Toro (Zamora), Marta Domínguez completó la triple corona continental. Había sido campeona de Europa al aire libre (dos en 5.000) y en pista cubierta (uno en 3.000). Ahora también en cross, pero tenía una espina clavada: los Juegos Olímpicos. En Atlanta'96, con 20 años, cayó en las series de 1.500; en Sydney 2000 una enfermedad la dejó eliminada en primera ronda, y en Atenas 2004 no participó por lesión. Su ferviente deseo de triunfar en una final olímpica le llevó a olvidarse de los Mundiales de cross de Edimburgo e incluso de los Mundiales en pista cubierta de Valencia. Alcanzar picos de forma en diciembre, marzo y agosto era empresa difícil incluso para Marta. Pero la adversidad ha vuelto a perseguirla en su regreso a los Juegos.

"Esto todavía me va a hacer más fuerte"

Marta aseguró que este tropezón le "va a hacer más fuerte para seguir" y que como confía "en los finales felices" igual dentro de cuatro años en Londres se ríe de todos los contratiempos que ha tenido en los Juegos Olímpicos. "No pasa nada, hay que seguir luchando. Soy una persona muy luchadora y esto todavía me va a hacer más fuerte para seguir. La vida es así", resaltó, con una sonrisa, la palentina en la zona mixta del estadio Nacional de Pekín. Domínguez dijo que no sabía cómo se cayó. "He debido dejar la pierna de paso un poquito atrás y no recuerdo más. Quedaban 300 metros y he visto que quedaba el tercer puesto cerquita. He tirado y he besado el suelo, como se suele decir", indicó.

La mejor atleta española de todos los tiempos, quien explicó que cuando se vio en el suelo no sabía dónde estaba, destacó que estaba contenta porque había "dado lo máximo" y es con lo que se queda. "He salido a por todas, sabía que la medalla era muy complicada pero la he luchado con mucha cabeza", comentó Marta Domínguez, quien insistió en que debe "seguir trabajando" y que no sabía si hubiera podido conseguir medalla, pero que incluso un cuarto puesto hubiera sido una "gran plaza". "Son cosas que pasan, hay que seguir trabajando", comentó la atleta española, quien, sobre su mala suerte, en primer lugar, señaló que había dado "un paso más" porque no había cogido ninguna enfermedad, había llegado en forma y había estado en la final.

"Alomejor a la cuarta es la vencida. Me hubiera gustado hacer una buena posición en los Juegos Olímpicos. La verdad es que parece que estoy gafada, pero creo en el destino y quizá sale algún día", dijo. "Tengo una historia para contar de los Juegos Olímpicos, pero confío en los finales felices y quizá dentro de cuatro años puedo reírme de todas estas actuaciones. Hay que seguir trabajando para mejorar y nada más", resaltó.

Consideró que lo mejor que ha hecho en su carrera es pasarse a los obstáculos. "Estoy disfrutando muchísimo, estoy muy cómoda y hay que seguir puliendo cosas. Hubiera sido un éxito rotundo haber conseguido una medalla, pero ha ido todo muy bien, la preparación, todo, he tenido muchísima ayuda por parte de todo el mundo y hay que seguir trabajando", insistió.

Consideró que había sido "una carrera perfecta para ella" y apuntó que tras levantarse y cruzar el estadio quiso ir a la zona de la grada donde estaban sus familiares y amigos para agradecerles su apoyo. Sgregó que no se había dado cuenta de que había perdido la cinta que suele llevar en la cabeza a la que tanto se encomienda.

Una fuerte costalada a 200 metros de la meta, cuando se batía por la medalla de plata, echó por tierra las ilusiones de Marta Domínguez en la primera final olímpica femenina de 3.000 metros obstáculos. La palentina rodó por la pista a media vuelta del final, al tropezar en el obstáculo que precedía a la última ría, cuando luchaba junto a la keniana Eunice Jepkorir y la rusa Yekaterina Volkova por la medalla, una vez que la de oro estaba segura en poder de Gulnara Samitova-Galkina, vencedora con nuevo récord mundial (8:58.81).

Marta Domínguez