Fernando Alonso in living Las Vegas

La capital del pecado ha sido el destino elegido por Fernando Alonso para disfrutar del last Saturday night fever. El piloto asturiano se hospedó en el Hotel Bellagio, conocido mundialmente por películas tan célebres como Ocean´s Eleven. Llegó el jueves escoltado por guardaespaldas, enfundado en mega gafas, vaqueros y camiseta. Por la noche probó suerte en las mesas de blackjack, sin grandes despilfarros, 'al ser fin de mes' sólo apostó con fichas de diez dólares (el mínimo permitido).

La movida de cualquier turista en Las Vegas incluye, asimismo, una visita obligada a los espectáculos nocturnos. La veterana cantante Cher actuó en el Caesars Palace el sábado, David Coperfield ilusionó al personal en el MGM Grand y el Cirque du Soleil triunfó con sus fabulosos montajes en distintos hoteles de la ciudad. Entre tanto, los más pecadores disfrutaron con shows eróticos de alto standing. ¿Qué teatro elegiría Fernando?

Sea cual fuere la elección, tras la enigmática velada se retiró sin su Raquel del Rosario a sus aposentos en el Bellagio, donde las villas de la tercera planta se cotizan a 8.000 dólares la noche, un capricho con piscina privada y máxima discreción. Además de los espectáculos de fuentes danzantes al son de la música, el cinco estrellas cuenta con los restaurantes de más renombre en la ciudad; en el Picasso se puede disfrutar de una excelente carne rodeado de obras originales del pintor.

What happens in Las Vegas stays in Vegas, reza el dicho americano. Pero tratándose de un ídolo como Alonso resulta complicado viajar de incógnito con colegas italianos. Al mismo tiempo, lo que jamás de los jamases imaginaba el campeón es que coincidiría en el hotelazo con un grupo de 360 españoles (empresarios y comerciales) que celebraban el 15 aniversario de Euromadi. Más de un congresista se quedó boquiabierto al tropezarse por el casino con Fernando y exclamó: What small world! (El mundo es un pañuelo).

Así las cosas, el piloto se convirtió en presa de caza autógrafos, fotos de souvenirs y objetivo de reporteros sin fronteras. Para más INRI, tuvo que enfrentarse en medio del desierto de Mojave (estado de Nevada) con una epidemia vírica. Cientos de turistas sufrieron problemillas gastrointestinales; según los cuchicheos médicos las cifras podrían superar los 1.200 afectados. Pese a todo, Fernando mostró su rostro más amable, sonrió y charló distendido con sus incondicionales; y aunque todos le desearon suerte en las carreras, dejó entrever que se encuentra descontento con su máquina de Fórmula 1. Tal vez la racha de mala fortuna torne en victoria en el circuito del Gran Premio de Canadá y el embrujo de Las Vegas alce al podium al campeón.