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El Espanyol conquista su cuarta Copa del Rey por goleada
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El Espanyol conquista su cuarta Copa del Rey por goleada

El RCD Espanyol explotó al máximo sus virtudes, sacó petróleo del talento de Iván de la Peña, el carisma de Raúl Tamudo y el gol de

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El Espanyol conquista su cuarta Copa del Rey por goleada

El RCD Espanyol explotó al máximo sus virtudes, sacó petróleo del talento de Iván de la Peña, el carisma de Raúl Tamudo y el gol de Luis García para rematar al contragolpe al Real Zaragoza, que partía como favorito. El Espanyol ganó el título con autoridad y sumó así su cuatro trofeo de Copa al palmarés del club. El primer tiempo fue eléctrico. El lógico de una final de Copa. Ni clásicos, ni derbis. La final de Copa es el partido más hermoso del año. Repleto de entusiasmo en la grada, animado en las horas previas por las calles de Madrid. Todo un escaparate para presumir de equipo y de ciudad en un Bernabéu, donde Raúl Tamudo e Iván de la Peña pusieron la diferencia. Escoltados por un Luis García encomiable.

El Espanyol respiró enseguida. Al minuto de juego, una falta de libro lanzada por el maestro De la Peña, se estrelló en el larguero y el rechace lo cabeceó Tamudo a la red. Que Tamudo es la bandera y el escudo del Espanyol no hay duda. Es más, Tamudo es un futbolista hecho para triunfar en su club y se hace difícil verle con otra camiseta. La lió en la final de Valencia en 2000 a Toni, entonces portero el Atlético de Madrid. Toni, lo que es la vida, vio el triunfo del Espanyol en la grada del Bernabéu como empleado del club de Montjuic. Y no paró de hacerse fotos a la entrada del estadio.

Al Zaragoza le costó llevar la iniciativa. El gol tan madrugador dejó al equipo de Víctor Muñoz repleto de dudas. No hubo gran fútbol. Normal en este tipo de escenarios. Hubo tensión ilimitada. Eso sí. En cambio, el Espanyol explotó los dos o tres detalles que tiene con inteligencia. El 'trivote' -Ito, Costa, Fredson- dejó vivir a De la Peña en una posición de enganche donde él es feliz. El Espanyol, en cambio, sufrió en los balones que debían ser territorio de Kameni. Capaz de lo mejor y de lo peor, Kameni dejó que Ewerthon apareciera para empatar (1-1). Cinco minutos sólo le duró la alegría al cuadro aragonés. Porque enseguida Iván buscó desmarques de ruptura de Tamudo, que llevó el caos al Zaragoza cuando se echó al costado izquierdo. En uno de ellos, Tamudo puso un balón de manual a Luis García, que de perfecto cabezazo hizo el 2-1. Un gol perfecto. Máxima eficacia en ambos clubes. Tres remates serios, tres goles.

Atrás, el Espanyol rebañó todo lo que pudo con Jarque al frente. El Zaragoza se encomendó a Cani, el único futbolista diferente. Curiosamente entró mejor cuando abandonó la banda. Enfrente, Zabaleta mantuvo el tipo. Tras el descanso, Ewerthon tuvo enseguida la igualada, pero mandó un balón claro arriba. Víctor Muñoz movió sus piezas. Sacó a Savio por Óscar. Y quiso revolucionar las bandas. Cani se echó a la derecha y Savio ocupó su sitio natural en la izquierda. Pero sin definición arriba.

Savio le puso otra velocidad al Zaragoza. Cani apareció y Zapater se dejó el alma y le puso fuelle y calidad al partido, que comenzó a ser un vendaval contra el marco de Kameni. El camerunés es 'palomitero'. Físicamente, el Espanyol bajó un peldaño. Lotina lo advirtió y puso oxígeno con Coro y Moisés. Y el Zaragoza, ya con Movilla en el campo, dio un nuevo arreón, pero con demasiadas prisas. Zapater y Cani sostuvieron al Zaragoza ante un Espanyol que sólo pensaba a la contra.

El Zaragoza tuvo la posesión, con Cani al límite. Tiene muy buena pinta Cani. Premiado esta semana por Luis Aragonés con su cita en la selección, demostró que le gusta asumir riesgos. No le asusta la responsabilidad.

Sin embargo, a Miguel Ángel Lotina le salió bordado el partido. Coro 'mató' la final con una contra letal. Cuando el Zaragoza más agobiaba, De la Peña trazó un pase magistral al hueco y Coro fulminó a César. Era el 3-1, con poco más de un cuarto de hora para el final.

La impotencia de César

El RCD Espanyol explotó al máximo sus virtudes, sacó petróleo del talento de Iván de la Peña, el carisma de Raúl Tamudo y el gol de Luis García para rematar al contragolpe al Real Zaragoza, que partía como favorito. El Espanyol ganó el título con autoridad y sumó así su cuatro trofeo de Copa al palmarés del club. El primer tiempo fue eléctrico. El lógico de una final de Copa. Ni clásicos, ni derbis. La final de Copa es el partido más hermoso del año. Repleto de entusiasmo en la grada, animado en las horas previas por las calles de Madrid. Todo un escaparate para presumir de equipo y de ciudad en un Bernabéu, donde Raúl Tamudo e Iván de la Peña pusieron la diferencia. Escoltados por un Luis García encomiable.