Una niña de 11 años ve 'La mosca' de David Cronenberg y escribe esta reseña sobre ella

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La casa del diablo, Los crímenes del museo de cera, Satanás, El resplandor, Halloween o La cosa son solo unos pocos títulos del amplio catálogo de películas de terror que existe en la actualidad. Estas películas no suelen estar recomendadas para menores de edad, y mucho menos para niños, dado su alto contenido en violencia, sangre o puro terror.

Pero puede darse la situación en la que un niño acceda a este tipo de películas, generando miedos y traumas que le acompañarán de adulto. Este fue el caso de la hija de 11 años de Amanda Mancino-Williams, una usuaria de la red social X, antes Twitter, que contó una anécdota en la que su pequeña llegó a ver la película de terror La mosca (1986), de David Cronenberg. Tanto le impactó su visionado que la niña se atrevió a escribir una reseña, para advertir a otros niños y recomendarles que “no la vean”.

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Marina León Manovel

Amanda explicó que su hijo de 15 años, no sabe bien cómo, convenció a su hija de 11 de ver la película de La Mosca. Se trata de una película de ciencia ficción y terror en la que un científico se utiliza a sí mismo en sus experimentos de teletransportación, con tan mala suerte que su cuerpo comienza a cambiar al mezclarse a nivel molecular con una mosca que se coló en el laboratorio.

“Estoy muy traumatizada”

Su hija escribe una reseña de la película con todo lujo de detalles. “Tengo 11 años y me dijeron que viera esta película”, comienza su crítica para poner en contexto al lector. “Normalmente, no escribo críticas, pero lo he hecho porque estoy muy traumatizada por esta película”, confesó en las primeras líneas.

“Todo en esta película es repugnante: la mandíbula arrancada, las uñas que se desprenden de los dedos y el vómito”, detalló con suma precisión. “Yo diría que debes tener al menos 21 años para ver esto, de lo contrario quedarás traumatizado”, advirtió a cualquier lector interesado en su reseña. “Si tienes menos de 21 años y todavía vives con tus padres, simplemente pide permiso. Hay una mujer desnuda y un hombre desnudo, están haciendo el ‘método sentado’. Lloré”, finalizó su reseña, visiblemente traumatizada.

Su propia madre, en otra publicación, confesó que de pequeña le dejaron ver “Candyman cuando tenía la misma edad" y nunca se recuperó. “Mi hija se escondió detrás del sofá para ver la primera película de Chucky. Eso no termino bien. Ahora tiene 31 años y todavía le aterrorizan las muñecas”, contó otra usuaria. Y es que, como se decide por los comentarios con vivencias parecidas, parece que hay una tradición no escrita en la que algunos progenitores y hermanos mayores emplean las películas de terror “como armas” para traumatizar a los más pequeños.