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¿Por qué deseamos ser un personaje de Wes Anderson?
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las claves del director de 'El gran hotel budapest'

¿Por qué deseamos ser un personaje de Wes Anderson?

El director ha estrenado este viernes su última película, 'El gran hotel Budapest'. Una nueva muestra de su peculiar universo en el que todos quieren vivir

Foto: Tony Revolori y Saoirse Ronan en 'El gran hotel Budapest' (20th Century Fox)
Tony Revolori y Saoirse Ronan en 'El gran hotel Budapest' (20th Century Fox)

Algo tiene el cine de Wes Anderson (Houston, Texas, 1969)para que guste a (casi) todos. Entrar a ver una película del director significa verse arrastrado a un universo del que uno no quieresalir. Vivir por siempre en un lugar en el que Bill Murray podría ser tu padre, Anjelica Huston tu madre, y pudieras ir a tomar un vaso de sidra con la familiazorro del fantástico señor Fox.

Un mundo idealizado, a medio camino entre el teatro y los recuerdos, que suele fascinar al espectador. Hasta un filme de terror sería atractivo en las manos del director:

Pero, ¿por qué todo el mundo quiere ser un personaje de Wes Anderson si siempre son seres solitarios y atormentados?

Porque el diferente no es un bicho raro

"Cuando un hombre, por la razón que sea, tiene la oportunidad de llevar una vida excepcional, no tiene derecho a guardársela para sí mismo”, decía Max Fisher,protagonista de Academia Rushmore (1998).

En el mundo de Wes Anderson todossondiferentes a lo consideradocomo “normal”. La sociedad le presiona para que seacomoden a sus normas, pero ellos luchan por defender su identidad. Anderson quiere a sus personajes, precisamente, por ser distintos. No les trata como bichos raros, y es así comonos identificamos con ellos: la dignidad del diferente

Como nadie esdel todo normal, muchosdisimulamos nuestrasdiferencias para encajar, peroen el mundo de Wes Anderson eso no ocurre. Da igual que seas un zorro sin cola, un científico con un hijo bastardo en busca de un tiburón o tengas la cara destrozada y cubierta de vendas. En la patria del cine de Wes Andersonestarás a gusto.

Porque su mundo es mejor que el nuestro

En el mundo real los días son grises, las calles feas y en cualquier esquina te puedes encontrar un edificio de Calatrava a punto de caer. En el mundo de Wes Anderson todo está en su sitio, colocado con un orden milimétrico y hasta geométrico. Las casas son coloridas y originales.Los colores no se apagan ni se difuminan, todo es brillante. Hasta el tren más cochambroso que atraviesa la India parece más acogedor que cualquier AVE.

Naif e irreal, Wes Anderson se encarga de enfatizar el componente mágico de su universo gracias a sus planos a cámara lenta, sus eternos travellings y su gusto por la simetría.

El propio realizador ha confesado que a él le hubiera encantado dirigir teatro, y que por ello recurre a los planos largos y a una puesta en escena artificial.

Porque tener una familia disfuncional es lo normal

No existe la familia perfecta. Wes Anderson lo sabe y su mundo se caracteriza por los núcleos desestructurados.La figura del padre ausente (como ocurre con Pixar) es una constante en sus películas: Los Tenenbaums, una familia de genios (2001), Viaje a Darjeeling(2007), Fantastico Sr. Fox(2009)…

Cabezas familiares que hacen reflexionar sobre lo que nos une a aquellosque no hemos podido elegir, perocon los que estamos atados de por vida. También son un clásico de su universo los hijosque repudian a sus padres, aunque en el fondo solo piden un poco de atención (AcademiaRushmore o Fantástico Mr. Fox).

El espectador agradece ver familias que, dentro de sus peculiaridades, son mucho más reconociblesque la típica estampa del cine americano en el que todos los parientes se reúnen para cenar y ser felices alrededor del pavo de acción de gracias.

Porque siempre cuenta con sus amigos

Aparte de su peculiar estilo visual existe otroelemento que hace identificables suspelícula: sureparto. El director ha creado una pandilla de amigos que se reúnen para rodar películas y entre los que siempre encontramos a Bill Murray presidiendo la función. Aunque sea en un papel pequeño, el ‘Cazafantasmas’ tiene que estar presente. Lo mismo ocurre con otros de sus actores fetiche: Anjelica Huston, Owen Wilson o Jason Schwartzman.

Según van pasando las películas, muchos otros actores se han ido uniendo a los repartos, como Tilda Swinton, Wlliem Dafoe o Adrien Brody.

En el campo técnico, el cineastatambién cuenta con fieles colaboradores, como el director de fotografía Robert David Yeoman. En el grupotambién ha habido divorcios (como en sus historias). Hasta Viaje a Darjeeling, donde utilizó música de filmes clásicos de Satyajit Ray, el compositor de sus bandas sonoras había sido Mark Mothersbaugh. A partir de Fantástico Sr. Fox Wes,se puso en manosde Alexandre Desplat,autor también de la música deMoonrise Kingdom (2013) y El Gran Hotel Budapest (2014)

Porque nos enfrenta a nuestras miserias

¿Nos reímos con los personajes del universo de Wes Anderson o nos reímos de nosotros mismos? Las risas en las películas del director no son a mandíbula batiente. Más bien unarisa nerviosa e incómoda al vernosreflejados en algo que se sale de la norma.

Esa mueca congelada que salta alpercatarnos deque las miserias de suspersonajes solitariose inadaptadosson también las nuestras. Con su tono de cuento y su universo naif Anderson saca a relucir nuestras vergüenzas.

En el mundo de sus películas los personajes acaban exorcizando sus demonios, pero en la vida real no es tan fácil. Por eso queremos quedarnos a vivir allí.

Algo tiene el cine de Wes Anderson (Houston, Texas, 1969)para que guste a (casi) todos. Entrar a ver una película del director significa verse arrastrado a un universo del que uno no quieresalir. Vivir por siempre en un lugar en el que Bill Murray podría ser tu padre, Anjelica Huston tu madre, y pudieras ir a tomar un vaso de sidra con la familiazorro del fantástico señor Fox.

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