Tres de cada cuatro actores españoles están en paro

Bienvenidos al frustrante mundo de los actores que nunca pisaran la alfombra roja de los Goya. Una imposibilidad relacionada con la falta de oportunidades: tres de cada cuatro intérpretes españoles están en paro estructural, según un estudio de la Fundación AISGE. Y no es que los pocosque sí trabajan estén muchísimo mejor: el 55% de ellos cobra menos del salario mínimo (645 euros mensuales) habitualmente. Y así todo.

El informe Estudio y diagnóstico sobre la situación sociolaboral de actores y bailarines en España se apoya en 1.200 entrevistas a profesionales del sector. El panorama retratado es desolador. Si la situación ya era precaria cuando AISGE publicó su anteriorinforme (2005), ahora es mucho peor.

"Todos los parámetros económicos analizados permiten asegurar que las incertidumbres propias del oficio interpretativo (con ingresos muy discontinuos, por su propia naturaleza) se han agravado sensiblemente con la coyuntura económica que sufre el país. En pocas palabras: los actores tienen menos oportunidades de trabajar y, cuando lo consiguen, suele ser en peores condiciones que en años precedentes", aseguran los creadores del estudio.

Sólo el 27% de los intérpretes ha tenido "suficiente" trabajo en los últimos quince años. Y "suficiente" aquí puede ser sinónimo de precario: dos terceras partes de los que sí trabajan se mueven entre la cola de paro y los empleos temporales y mal pagados (muchos de ellos por debajo del salario mínimo interprofesional). "Sin ingresos de otra índole o alguna forma de apoyo familiar, estos profesionales se encuadrarían por debajo del umbral de la pobreza. Sin ir más lejos, los gastos de vivienda son superiores a los ingresos por sus actividades como artistas en el 21% de los encuestados", concluye AISGE.

Muchos de los profesionales que sí trabajan lo hacen por debajo del umbral de la pobreza

La ley laboral de la selva

Las condiciones laborales tampoco son para tirar cohetes, con un 27% de los actores de televisión que se lamentan de que no se respetan los conveniosy un 13% de los intérpretes que asegura cobrarmenos de lo estipulado legalmente.

La cifra sube a un 23% si hablamos de trabajadores con "problemas habituales" para que las empresas los apunten a la Seguridad Social (un 7% asegura incluso que nunca lo ha conseguido). Resumiendo: la ley de la selva.

No es el único trapicheo laboral detectado por el estudio:"Se extiende la figura de los 'falsos autónomos', aquellos trabajadores por cuenta ajena a los que la empresa les obliga a cotizar como si fueran por cuenta propia. En esta situación se encuentran el 27 % de los consultados en el sector de la publicidad, el 22 % en espectáculos en vivo y el 15 % en doblaje y audiovisual".

Los jubilados lo pasan mal

Los actores jubilados o en vías de jubilación también lo tienen crudo. Sobre todo ellas. La pensión media de las actrices jubiladas es de 778 euros (por 919 euros de los varones).

El 16% de los actores españoles cobra menos de 400 euros mensuales de pensión

El 21% de los intérpretes cobra una jubilación de más de 1.200 euros, el resto lo pasa peor: el 16%se conforma con menos de 400 euros mensuales de pensión.

También hay actores por debajo del radar de las ayudas estatales."De entre las personas que se encontraban en paro en el momento de realizar la consulta, un 28% no recibe ningún tipo de prestación. Es más: el 15% de los profesionales en paro carecen de cualquier ingreso propio, por lo que para la subsistencia dependen íntegramente de la solidaridad de familiares o amigos", afirman tajantes desde AIGSE.

Conclusión de los creadores del informe: "Todos estos datos apuntan enuna misma dirección: la imagen de oropel, alfombra roja y vida desahogada que algunos ciudadanos han ido formándose sobre los profesionales de la interpretación se corresponde, en realidad, con un porcentaje ínfimo (apenas un 2%) de este sector profesional".

Ahora se entiende mejor por qué muchos padres se llevan las manos a la cabeza cuando sus hijos les dicen: "Mamá, quiero ser artista". En efecto, para echarse a temblar.