Posiblemente estemos ante la frase más analizada del pensamiento español del siglo XXI: “Yo por mi hija mato”. Lo dice Belén Esteban cada vez que tiene oportunidad, por motivos tan insignificantes como la celebración de una comunión, pero esconde una verdad profunda que no se desgasta con el uso: cualquier amenaza a la integridad de nuestros hijos, por nimia que sea, saca nuestro lado más visceral. Y si la vida de los chavales está en juego, ya ni hablamos. Le toca ahora demostrarlo a Ricardo Darín.
En Séptimo, que se estrena hoy, interpreta a un abogado que tiene que salvar a sus hijos de un secuestro. Ya puestos, Darín deberá salvar también la taquilla del cine español, dado que Séptimo es la penúltima gran apuesta de la industria en este año aciago que toca a su fin.
Me atrajo la idea de que todo pase en unas horas. El juego perverso que trastoca todas las prioridades
El más difícil todavía, en efecto, aunque viendo la reciente trayectoria comercial del actor argentino, se podría decir que puede con esto (reventar las taquillas españolas) y con mucho más (belenestebanizarse para encontrar a sus hijos)."Me atrajo la idea de que todo ocurra enunas horas, la transformación de una persona que lo tiene todo planeado al milímetro y, de pronto, la vida le propone un juego perverso que hace que se trastoquen todas sus prioridades", contóDarín esta semana en la presentación del filme.
La historia es la siguiente. Un padre de familia (Ricardo Darín) juega todas las mañanas con sus dos hijos a ver quién llega antes a la calle, si él en ascensor o ellos trotando por la escalera. Hasta que un buen día gana él...porque los niños han desaparecido mientras bajaban. Como si se los hubiera tragado la tierra. Así arranca una película cuya primera hora transcurre en tiempo real simulado: sesenta minutos de locos en los que un desesperado Darín sube y bajalas escaleras aporreando puertas, hablando por teléfono desencajado, amenazando a todos los vecinos; es decir, belenestebanizandose al grito de: “Yo por mis hijos mato por muy abogado burgués que sea”. O algo así.
El primer asunto en juego, convertir Séptimo en un taquillazo, es factible. Dirige un especialista en un género (el thriller) con tirón comercial: Patxi Amezcua. Coprotagoniza un rostro español de indudable gancho industrial: Belén Rueda (El orfanato, Mar adentro). Y respalda la maquinaria financiera y publicitaria de Telecinco Cinema. La guinda la pone Darín, al que podríamos calificar de “infalible”. Ya se ha convertido en rutina que sus películas llenen los cines españoles y argentinos.Una rutina asombrosa, eso sí, dado el contexto recesivo. Séptimo, que se estrenó en Argentina hace unas semanas, debutó con el mejor arranque de su carrera en su país, por delante de hitos populares comoEl secreto de sus ojosyEl hijo de la novia.
Las imágenes de la películademuestranque Darín, en efecto, es el rey del mambo del cine comercial.El actor argentino chupa plano que da gusto. Aparece en casi todaslas escenas de Séptimo. En tantas que al propio Darín le da la risa floja sólo de pensarlo: “Sí, lo sé, es un abuso. Y para colmo la cámara está siempre muy encima, con mucho plano corto. Me temo que era difícil de escapar dado que se trata de recrear la búsqueda de un padre desesperado sin que la cámara se separe un momento de él”, ha dicho.
El segundo asunto, ver cómo Darín saca la bestia que lleva dentro, está en manos de Patxi Amezcua. El director navarro debutó en 2009 con la estupenda25 kilates,un thriller de bajo presupuestoambientado en el submundo criminal. Ahora repite género, pero sube de estatus. Tanto a nivel industrial, cuenta con dos estrellas en el reparto y un presupuesto mucho más holgado, como temático, al saltar de los bajos fondos a la pesadilla de una pareja burguesa enfrentada a un secuestro y a su propio divorcio.
Amezcua ha habladosobre las ventajas y los inconvenientes de su nueva posición. 1) “Los bajos fondos son muy atractivos cuando uno quiere filmar una intriga o un thriller, que son los géneros que me interesan. Personajes como los matones olos policías corruptos… Aunque Séptimo se mueve en un entorno más de clase media, hay unos cuantos secundarios (el portero, el comisario, el jefe de los abogados) que podrían tener un pie en los bajos fondos”. 2) “Cuando uno rueda un filme independiente y con poco presupuesto tiene más libertad. En Séptimo había muchos más personas opinando. Juegas a contentar a todo el mundo sin que el filme pierda suintegridad”.
Posiblemente estemos ante la frase más analizada del pensamiento español del siglo XXI: “Yo por mi hija mato”. Lo dice Belén Esteban cada vez que tiene oportunidad, por motivos tan insignificantes como la celebración de una comunión, pero esconde una verdad profunda que no se desgasta con el uso: cualquier amenaza a la integridad de nuestros hijos, por nimia que sea, saca nuestro lado más visceral. Y si la vida de los chavales está en juego, ya ni hablamos. Le toca ahora demostrarlo a Ricardo Darín.
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