Un artista denuncia al MoMA por agresión sexual en una performance en la que actuó desnudo

Hace catorce años, el artista John Bonafede llevó a cabo la performance Imponderabilia en el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (MoMA). Formaba parte de la retrospectiva dedicada a Marina Abramovic, The artist is present, y en ella estaba completamente desnudo frente a otro artista. Ambos quietos y en silencio. Cualquier visitante del museo podía pasar entre ellos. No era una pieza nueva: Abramovic ya la había estrenado en la Galleria Comunale d’Arte Moderna de Bolonia en 1977.

Esta vez hubo cinco hombres que se extralimitaron, según ha denunciado esta semana el artista, que ha presentado una demanda contra el museo por no ampararle y protegerle frente a las agresiones que cita. Bonafede, según han informado los medios anglosajones estos días, ha alegado que fue agredido sexualmente por cinco miembros del público, hombres mayores, mientras actuaba. De hecho, el artista ha destacado que uno de los agresores fue un trabajador del museo (que habría sido expulsado después de su trabajo).

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Tal y como ha señalado el artista, durante las últimas semanas de la performance otro asistente tocó sin consentimiento sus genitales hasta tres veces antes de que finalmente fuera detenido por los miembros de seguridad. Bonafede denunció a cuatro de los individuos ante el personal del museo inmediatamente, según la demanda. Incluso el quinto agresor fue presenciado personalmente por la propia seguridad.

Falta de protección

Los artistas se mostraron preocupados antes de la performance por lo que pudiera pasar. De hecho, en las negociaciones contractuales se expuso que pudieran llegar a ser objeto de acoso (esto se reseña ahora en la denuncia). Es más, en el artículo que The New York Times escribió sobre la performance ya se informaba de que había ciertos comportamientos inapropiados con los artistas.

Pese a ello, continúa la demanda, el museo no tomó ninguna medida para protegerles ni tampoco alertaba de que no podían ser tocados (tal y como se hace muchas veces con las piezas expuestas). Solo un mes después de la exposición, el museo sí creó un manual con protocolos para que los artistas puedan denunciar posibles agresiones ante el personal de seguridad.

En la denuncia, Bonafede también alega que entonces decidió continuar con su actuación porque había que “resistir", pero también señala que sufrió durante años angustia emocional y su salud mental y física resultaron dañadas. Y ahora, catorce años después ha decidido denunciar al museo. Por cierto, Marina Abramovic no forma parte de la acusación.