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Rodrigo Cuevas: "El premio da visibilidad a los que no queremos cambiar de lengua"
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Entrevista

Rodrigo Cuevas: "El premio da visibilidad a los que no queremos cambiar de lengua"

El músico, defensor de la "oficialidá" del asturiano, recibió ayer el Nacional de Músicas Actuales otorgado por Cultura y acaba de lanzar su disco 'Manual de romería'. De ello habla con El Confidencial

Foto: El músico asturiano Rodrigo Cuevas. (Material de promoción)
El músico asturiano Rodrigo Cuevas. (Material de promoción)

Poniendo lavadoras. De esta guisa pilló la secretaria del Ministro de Cultura y Deportes a Rodrigo Cuevas cuando descolgó el teléfono para pasarle a Miquel Iceta. “Lo primero que pensé es: ‘Rodrigo a ver qué has liado’, y luego ya se puso el ministro y me dio la enhorabuena”, dice el flamante Premio Nacional de Músicas Actuales 2023.

El reconocimiento llega, en palabras del jurado, "por la singularidad de su obra con una propuesta trascendente que une música tradicional folclórica y música popular contemporánea". Se ha valorado, además, que “su proyecto artístico aporta un fuerte compromiso por la diversidad” y han destacado “la intensidad de su música en directo y su imaginario sumamente personal”. Entre los premiados en ediciones anteriores se encuentran Sílvia Pérez Cruz (2022), Rozalén (2021), Chano Domínguez (2020), María Rodríguez Mala Rodríguez (2019) y Christina Rosenvinge (2018).

Foto: El artista asturiano Rodrigo Cuevas (EFE)

Cuevas es uno de esos músicos que hace fácil lo difícil. También cuando se habla con él, todo parece sencillo, le quita importancia a un trabajo que es de una belleza extrema. La obra de este asturiano, nacido hace 37 años en Oviedo, es de esas que transitan cómodamente el folklore y la experimentación. Una situación que aún da más valor a su trabajo, que bucea a pulmón la tradición y la modernidad, el pasado y el presente, la fiesta y el deseo.

Todo ello con una corriente, que podríamos llamar también escena, que alimenta y observa con respeto y cariño lo que han hecho las generaciones pasadas, también las vinculadas a lo rural y al patrimonio inmaterial. “Creo que debemos perderle el miedo a la tradición. Cuando las cosas se hacen desde el cariño y la fascinación, el folklore se vuelve inmenso”, aclara Cuevas, que estos días anda presentando su segundo largo, Manual de Romería.

De gira con Manual de Romería

Curiosamente, la semana pasada nos cogía el teléfono para hablar de él. En ese momento, se encontraba en Málaga, dando un concierto. “En este disco me he lanzado a componer más. Me apetecía buscar otras estructuras y utilizar las letras para contar temas más personales, más privados”, reflexionaba de un conjunto formado por 10 canciones. En ellas hay disfrute, euforia, reflexión y algo de melancolía. Además de un profundo pensamiento sobre lo que uno puede vivir en el día a día. En esta España del siglo XXI.

"Decir que ahora tenemos menos voz, cuando estás comentando eso en un medio nacional, es un poco contradictorio"

Para Cuevas, músico LGTBI+, con unos valores y una fuerte identidad de clase, que vive en un pequeño pueblo del interior asturiano, le duele cuando escucha comentarios como que hoy nadie se puede expresar. “Estamos en un momento en el que hay cierta pérdida de libertades, pero no por las cuestiones que mucha gente piensa”, apunta. “La extrema derecha gobierna en innumerables sitios y comienzan a censurar obras. Decir que ahora tenemos menos voz y que no se escucha a la gente que piensa diferente, cuando estás comentando eso en un medio nacional, es un poco contradictorio”.

De Asturias a San Juan de Puerto Rico

En el álbum, el creador asturiano echa la vista atrás y habla de bullying en Valse, donde también intercala melodías del rural. Lo mismo sucede en unos interludios grabados en el campo. “Me fui con Eduardo Cabra a grabar a Sanabria, a León y a pueblos de Asturias. Queríamos tomar todo aquello de primera mano”, prefería de unos tracks que funcionan como recordatorios, como una especie de memoria sonora.

placeholder El asturiano Rodrigo Cuevas durante su actuación dentro del Festival Actual, en el Palacio de Congresos Riojaforum de Logroño. (EFE/Raquel Manzanares)
El asturiano Rodrigo Cuevas durante su actuación dentro del Festival Actual, en el Palacio de Congresos Riojaforum de Logroño. (EFE/Raquel Manzanares)

Eduardo Cabra es el productor del disco y es también Visitante en la formación Calle 13. Con el músico portorriqueño viajó hasta San Juan para imbuirse del baile y las danzas callejeras. “Allí caí en una casa llena de artistas, con muchos músicos. Descubrí algunas de sus tradiciones musicales, que son muy diferentes a las nuestras”, recuerda.

Allí conoció la plena, un género que bebe de tradiciones como la española y la africana, popular y enraizada con las músicas de los esclavos del azúcar; o la bomba, un género vinculado a los tambores y a las danzas primitivas. “Disfrute la música que hacen con panderos, las polirritmias, la salsa, el reguetón, claro, y la música jíbara. Es un país con muchas tradiciones diferentes. Me recuerda por su tamaño a Asturias, aunque tiene tres millones de habitantes. Es muy curioso, muy potente”.

El pueblo y La Benéfica

Sin embargo, cuando mejor está es cuando descansa en su diminuta aldea asturiana, en el Concello de Piloña. “Es un sitio pequeño, me da paz. Allí tengo una relación muy cercana con la gente que vivimos. No somos más de 15 habitantes”, evoca de su pueblín. “La verdad que no añoro la vida urbana. Para mí la vida natural es esta, la artificiosa es la de las ciudades, que es más estratificada”.

placeholder El cantante y artista Rodrigo Cuevas (d) durante una manifestación por el centro de Oviedo para reclamar la oficialidad del asturiano. (EFE/Paco Paredes)
El cantante y artista Rodrigo Cuevas (d) durante una manifestación por el centro de Oviedo para reclamar la oficialidad del asturiano. (EFE/Paco Paredes)

En Piloña, en un antiguo teatro de 1926, ha creado una asociación sin ánimo de lucro llamada La Benéfica. “Soy un poco workaholic. El tema de La Benéfica es un proyecto bastante grande donde trabajamos de forma voluntaria. Primero recuperamos el teatro y ahora hacemos una programación cultural, también fuera, en sus inmediaciones. Me gusta que lo que hagamos supere los márgenes del edificio”. Ahí Cuevas se encarga un poco de todo, “propongo algo de la programación y, si hay que poner cervezas, también lo hago, todos hacemos un poco de todo”.

Premio a la visibilidad

Sobre el galardón y el momento que vive el folklore, donde se aprecia una cierta tendencia por volver a las raíces, reinterpretarlas y traerlas al presente nuevamente, Cuevas está feliz. Sabe que no está solo y que artistas como Baiuca, Verde Prato, Ruiseñora, Ajuar o los mismísimos Califato 3x4 le guiñan un ojo al pasado desde el presente, con una mirada que solo quiere formar parte de ese legado. Continuar, adaptarlo y levantarlo.

Foto: Rodrigo Cuevas. (EFE/Atienza)

“El premio también es una forma de dar visibilidad a todos aquellos que queremos hacer nuestra vida a nuestra manera, que vive en el pueblo, que no quiere cambiar de lengua y donde todas las formas son válidas. No se nos puede avasallar. Para mí puede y debe coexistir lo rural y lo urbano”, destaca.

Rodrigo Cuevas es un artista de la performance, de la fiesta y de la vida más disfrutona. También de las raíces, la tradición y las voces arcaicas, de sus vecinas, esas que cada mañana salen a cantar mientras tienden la ropa. Son ellas las que mejor representan esa España plural y diversa. La rural más entregada a Cuevas.

Poniendo lavadoras. De esta guisa pilló la secretaria del Ministro de Cultura y Deportes a Rodrigo Cuevas cuando descolgó el teléfono para pasarle a Miquel Iceta. “Lo primero que pensé es: ‘Rodrigo a ver qué has liado’, y luego ya se puso el ministro y me dio la enhorabuena”, dice el flamante Premio Nacional de Músicas Actuales 2023.

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