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Carta del hijo de Manuel Hedilla, jefe nacional de Falange, a El Confidencial
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réplica

Carta del hijo de Manuel Hedilla, jefe nacional de Falange, a El Confidencial

Miguel Hedilla de Rojas responde al artículo publicado en este medio con el título de 'Noche de cuchillos largos en Salamanca'

Foto: El falangista Manuel Hedilla
El falangista Manuel Hedilla

Sr. Director. Acabo de leer en su diario un artículo titulado 'Noche de cuchillos largos en Salamanca: la gran purga de Franco que liquidó a Falange', firmado por Julio Martín Alarcón, y al considerar que además de superficial no responde a la verdad, le solicito la publicación de esta carta acogiéndome al derecho de réplica.

No se debería calificar a alguien como marioneta o endeble sin conocer más a fondo lo que ocurrió en Salamanca en abril de 1937, así como en los meses anteriores, desde el 18 de julio del 36 fecha del alzamiento nacional.

Manuel Hedilla, Jefe de la Junta de mando Provisional de Falange Española, conoció la idea de unificadora de Franco a principios de 1937 y, ante su inevitable promulgación, trató de adelantarse pactando una unificación provisional de Falange y Requeté mientras durase la guerra, llegando a un acuerdo que entre otras cosas establecía que no aceptarían cargos en la nueva organización que Franco crease.

Falange Española no era antifranquista, veía al general como un militar capaz de ganar la guerra, pero al que no le correspondería después la dirección política del nuevo estado, que Falange quería para sí y para su doctrina.

Falange veía al general como capaz de ganar la guerra pero al que no le correspondería después la dirección política del nuevo estado

Manifestar que Manuel Hedilla era partidario de la unificación promovida por Franco es faltar a la verdad, los hechos hablan por sí solos. Se opuso a ella no aceptando el cargo que le propuso Franco al darse cuenta de que, por un lado, se acababa con la independencia de la organización quedando hipotecado su futuro político, y por otro, por la palabra dada a los carlistas, que también mantuvieron, a excepción de un grupo de traidores, a D. Javier de Borbón y a D. Manuel Fal Conde, Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista, encabezados por el Conde de Rodezno, Tomás Domínguez Arévalo.

Los acontecimientos se precipitaron por culpa de los llamados sucesos de Salamanca en los que un grupo de falangistas, Pilar Primo de Rivera, Rafael Garcerán, Sancho Dávila, Agustín Aznar etc…, por ambición y estulticia, trataron de destituir a Hedilla de su jefatura en aquellos cruciales momentos de necesaria unidad y disciplina. Curiosamente, fue Agustín Aznar quien había propuesto a Hedilla para la Jefatura Provisional de la Falange sin que él lo supiese ni se propusiese.

Acusaron a Hedilla de querer entregar la Falange a Franco. La realidad es que quienes se entregaron fueron ellos y quienes colaboraron con la rápida promulgación del decreto unificador, también, haciéndolo consciente o inconscientemente. Todos ellos, con la excepción de Agustín Aznar, vivieron toda su vida a costa del régimen recibiendo sus prebendas y dádivas. Y excluyo a Agustín Aznar porque efectivamente y a su manera supo rectificar mostrándose díscolo con el régimen y la Falange con la T, marchando a combatir a la División Azul y a su vuelta viviendo de su profesión de médico analista.

Acusaron a Hedilla de querer entregar la Falange a Franco. La realidad es que quienes se entregaron fueron ellos

Las causas de la unificación se encuentran en el deseo que tuvo Franco, y consiguió, de hacerse no solo con el poder militar de la España Nacional sino también con el político, y Falange Española era un impedimento para ese objetivo del general.

El periodo que va desde el 18 de julio del 36 hasta la unificación en abril del 37 es el de mayor crecimiento, expansión y poder de la Falange. Mas de 80.000 milicianos en el frente, dos academias militares de jefes de centuria, una poderosísima segunda línea en la retaguardia, con el Auxilio Social como abanderada, y ocupada de labores encaminadas a surtir de necesidades básicas a los más desfavorecidos, la mayor red de prensa y propaganda de zona nacional, servicio exterior propio, servicio de información. Todo un estado dentro de un estado creado por Manuel Hedilla y sus colaboradores, en fin nada que parezca propio de una marioneta o de una persona endeble

¿Alguien puede llegar a creerse que todo ello no representaba un peligro para los planes de Franco?

Atentamente

Miguel Hedilla de Rojas

Sr. Director. Acabo de leer en su diario un artículo titulado 'Noche de cuchillos largos en Salamanca: la gran purga de Franco que liquidó a Falange', firmado por Julio Martín Alarcón, y al considerar que además de superficial no responde a la verdad, le solicito la publicación de esta carta acogiéndome al derecho de réplica.

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