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¿Esclavos negros en Granada? La esclavitud que se borró de nuestra historia
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ESCLAVITUD EN ESPAÑA

¿Esclavos negros en Granada? La esclavitud que se borró de nuestra historia

El documental ‘Cachita’ recupera la historia de Juan Latino, el esclavo negro admirado por Cervantes y Lope de Vega que terminó siendo catedrático en la Universidad de Granada

Foto: Retrato de Juan de Pareja de Velázquez.
Retrato de Juan de Pareja de Velázquez.

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.” Miguel de Cervantes escribía sobre la libertad en pleno Siglo de Oro Español: hablaba desde una posición privilegiada dentro de las vicisitudes de la época. Porque era un hombre y no era negro. Porque los negros eran esclavos de los blancos y porque esto no pasaba solo al otro lado del Atlántico.

Cuando hablamos de esclavitud y tráfico de siervos, el imaginario colectivo se traslada en conjunto al continente americano. El mundo se echó las manos a la cabeza cuando en 1976, el escritor Alex Haley publicó ‘Raíces’, basada en la historia de varias generaciones de una familia negra iniciada con la compra de ‘Kunta Kinte’, un joven originario de Gambia que es trasladado a Estados Unidos para servir como esclavo. Conocemos la Guerra de Secesión, la ideología de los Estados Confederados, la existencia del grupo extremista Ku Kux Klan, la figura de Rosa Parks y el Movimiento por los derechos civiles que culmina -oficialmente- con el asesinato de Martin Luther King en 1968. Y de España conocemos poco, al menos respecto a lo que sucedió en la península.

placeholder Cartel de 'Cachita. La esclavitud borrada'. (Con Un Pack Distribución)
Cartel de 'Cachita. La esclavitud borrada'. (Con Un Pack Distribución)

Cachita, la esclavitud borrada

El director Álvaro Begines presenta ahora el documental ‘Cachita. La esclavitud borrada’, estrenado en Filmin el pasado 1 de octubre. La cinta pone sobre la mesa cuestiones de la historia de la esclavitud en nuestro país. Y no solo de las azucareras del continente americano y del mercado de africanos que enriqueció a Pedro Blanco, el negrero acusado de dejar embarazada a su hermana y movilizar a más de 6.000 negros al continente americano cada año. El documental también aborda la esclavitud en la península e intercala entrevistas a expertos en la materia con personajes históricos como Juan Latino, Pedro Blanco o Cándida ‘la Negra’: “El contenido que había visto sobre esclavitud tenía muchos datos numéricos. Recurriendo a la ficción podría producir más empatía. Quería emocionar al espectador con un mensaje más sincero, me parecía más interesante así”, explica Begines a El Confidencial.

¿Esclavos negros aquí en Sevilla?

La esclavitud se dio en Granada, en Cádiz, en Sevilla. Habiendo una extensísima investigación académica detrás de estas cuestiones -desde la Hispania romana hasta el siglo XX con Cándida ‘la Negra’, que murió en libertad a los 106 años de edad en El Puerto de Santa María-, ¿cómo es posible que no exista un conocimiento popular respecto al mismo? “Yo creo que principalmente la ocultación vino cuando se hizo ilegal. La esclavitud en España se prohibió porque el producto era muy barato en origen y muy caro en destino; enriqueció a muchas personas y aumentó su poder. Ocurre lo mismo que con el narcotráfico. Antes no existían tantos datos policiales o periodísticos como hay ahora, entonces lo que no era conveniente que se supiera, no se contaba. Es una página que no se ha escrito y no se nos ha contado claramente. Yo estaba leyendo una novela y decía ‘con sus esclavos negros’ y pensé, ¿cómo que esclavos negros, aquí en Sevilla? Era ‘La última negra’ de García de Romeu. Creía que era ficcionado y cuando descubrí que no, no me lo podía creer.” Y es que a pesar de que existen grandes profesionales de la materia, la esclavitud en España ha quedado anclada en el universo académico.

Renacimiento esclavista

Los inicios de la esclavitud africana en la península se remontan a las primeras invasiones árabes e incluso al imperio romano, pero se acentúa especialmente a partir de 1420. Los portugueses, en su afán por ampliar sus riquezas, descubrieron que descendiendo hacia el sur por la costa atlántica, encontrarían una fuente de recursos humanos inagotable. Empiezan los traslados de negros en los conocidos como ‘negreros’, donde cientos de personas viajaban hacinados en denigrantes condiciones: entre heces y cadáveres de quienes no soportaron la tortura -esto se pronunciaría en el siglo XVIII, tratándose la esclavitud del comercio del siglo-. De los 12 millones de personas que llegaron a ser trasladadas de África a Europa, tan solo un 85% llegaba al lugar de destino con vida.

Y así se fueron sucediendo los años, con una época en parte ignorada en los libros de historia de los colegios. Quizá por falta de documentación: miles de archivos de los siglos XV, XVI, XVII y XVIII sobre el tema fueron eliminados o, directamente, no existían: cuando la prohibición comercial de esclavos se hace realidad en el 1837, comienza un mercado ilegal del mismo que, sin lugar a dudas, no hace facturas. “Funcionaba como ahora el narcotráfico” - nos explica Begines- “Todo se gestionaba por debajo de la mesa”. El documental resalta que en torno a 1810-1820, la prensa publicaba anuncios de venta: “Se vende negra, se vende negro”.

Foto: Fuente: iStock.

Pero hay quienes han dedicado su enfoque académico al estudio de la esclavitud en nuestro país. La catedrática de Antropología Social de la Universidad de Granada, Aurelia Martín Casares, en su tesis ‘La esclavitud en la Granada del siglo XVI’, analiza con profundidad esta cuestión. Durante su investigación encontró más de 2.500 documentos de compra-venta de personas en la Granada del XVI.

Y es que en España había esclavos negros, moriscos y berberiscos. Asociados con los animales: “No eran personas, eran objetos”, explica Carlos Bardem en el documental. Quienes venían adorando el Islam -el mayor enemigo del cristianismo, especialmente originarios del África subsahariana- eran condenados. Quienes se aferraban a creencias ancestrales como el animismo se relacionaban con el absurdo: apenas hay archivo por su carácter de necio.

Juan Latino

La figura del ilustre de origen africano es un caso excepcional. Una aguja en un pajar. Un esclavo liberado por su amo; una oportunidad para el conocimiento. “Tenemos prohibido leer para que no nos hagamos preguntas”, dice el personaje de Juan Latino en el filme de Begines. El ilustre y ex-esclavo se convirtió en catedrático de la Universidad de Granada y dedicó su vida al estudio de la lengua y la literatura.

Cervantes mencionó a Juan Latino en El Quijote

La llegada a España de Juan Latino es incierta. Pertenecía a los Duques de Sessa, nietos del Gran Capitán; en concreto a González Fernández de Córdoba. Se desconoce si fue hijo de una esclava -los descendientes de las mujeres esclavas, normalmente preñadas por sus amos, nacían como siervos- o si desembarcó en uno de los negreros que mencionábamos con anterioridad. En cualquier caso, la relación con su amo era buena. Este vínculo cercano “en ningún caso garantizaba ascender en la escala social, simplemente permitía una vida mejor”. En definitiva, Juan Latino fue afortunado: “La libertad para los jóvenes era complicada porque eran más productivos y para los negroafricanos era aún más difícil porque, como dicen los documentos, “tenían en su color sospecha de esclavitud””, nos relata la experta. Además, su legado tuvo cabida en la literatura de la época ya que grandes escritores centraron su atención en el ilustre. Juan Latino fue mencionado en El Quijote de Cervantes:

“Pues al cielo no le place

que salieses tan ladino

como el negro, Juan Latino”

Y enarbolado, también, por Lope de Vega en ‘La dama boba’ (1613). El dramaturgo español del Siglo de Oro, Diego Ximénez de Enciso, le convierte en el personaje principal de su obra 'Juan Latino o el ejercicio heroico de las letras'. Cervantes le llama ladino: porque en aquellos siglos, los ‘ladinos’ eran quienes venían de fuera pero habían conseguido aprender la lengua. Los bozales, en cambio, eran “los incultos, los recién llegados de su tierra”. Y a pesar de tratarse de tres escritores indispensables de la literatura hispánica, parece que nadie supo leer la verdad de sus líneas: “Fíjate si es desconocido, que después de ver ‘Cachita’, había gente que me decía que creía que era una falso documental”, nos explica su director.

placeholder Emilio Buale encarna a Juan Latino en 'Cachita, la esclavitud borrada'.
Emilio Buale encarna a Juan Latino en 'Cachita, la esclavitud borrada'.

Se casó con Ana de Carleval, una joven blanca de la nobleza de Granada. Fue su alumna y, también, la primera mujer en contraer matrimonio con una persona negra en España. Al menos que se sepa. Y el negro, que sabía que era negro y abanderó su imagen, reivindicó su tez morena con: “Que si nuestra faz negra a tus ministros desagrada, tampoco la blanca gusta entre los etíopes. Los nobles de allá, oh Rey, son negros y oscuro el color que predomina. El que visite aquellas tierras del Este, si es blanco, no es tenido en gran estima”. Pero esto no implica que condenara la esclavitud: “En la época era algo normal, los españoles también fueron esclavizados por los árabes y vendidos en el norte de África (de ahí la expresión “no hay moros en la costa”), pero sí reivindicó la negritud como algo positivo. Mantenía buenas relaciones porque era cristiano, se había criado en una de las familias nobles más importantes de España, era magister en Latín (el idioma erudito) e incluso Felipe II encargó un retrato suyo para colgarlo en la sala de los hombres ilustres”, comparte con nosotros Martín Casares.

placeholder Proceso de fe de Eleno de Céspedes ante la Inquisición. (Archivo Nacional)
Proceso de fe de Eleno de Céspedes ante la Inquisición. (Archivo Nacional)

Juan Latino tuvo suerte, a él no le marcaron. Muchos siervos eran 'tatuados' con una S y un clavo en la frente: el origen de la palabra que acontece. Esclavo. ¡Y no era un lujo! La sumisión humana de tal calibre estaba normalizada; en el siglo XVI, familias de ciudades como Sevilla o Granada o Málaga gozaban de, al menos, uno de ellos. Latino publicó poemas como 'Austrias de Carmine', ensalzando la Monarquía, personificando la ciudad de Granada y recordando su buena relación con Gonzalo Fernández de Córdoba, su antiguo amo que le sentó libre. Fue un reputado profesor: de su mujer y de Eleno de Céspedes, cirujano, ex-esclavo y, según diferentes expertos, la primera persona transexual de la que existe registro en España. Murió en 1590, cuando todavía quedaban dos siglos para el nacimiento del atroz negrero Pedro Blanco y ante una España esclavista que ha sido esconderse en los recónditos de la Historia.

Las esclavas eran más caras por razones productivas, no reproductivas

El fin de la esclavitud en Europa estuvo marcada por el activismo de las mujeres en Inglaterra, Francia y América. En España, la visión fue la del negocio. Si se abolía en los países cercanos, la demanda y el precio del esclavo descenderían, a quien además habría que dotar con mejores condiciones de vida. Pero seguían viniendo: de Guinea, de Cabo Verde, de El Congo, de Santo Tomé. El lugar concreto de origen era irrelevante: el “negro” era “negro” y punto. Y sí, en el caso de los africanos, solían transportarse más hombres que mujeres -con diferencias no muy grandes- porque ellas ya eran esclavas en sus propios pueblos. Además, eran más caras. Más en España: y no, no por razones reproductivas, sino productivas: “Llevo años luchando contra esta imagen errónea. Si los hombres hubiesen sido más caros, nadie hubiera dudado de que la razón es que serían más productivos. Pues es al revés, lo eran más ellas. La esclavitud europea era fundamentalmente doméstica y urbana e incluso en las zonas donde la división rural/urbano apenas existía, las mujeres eran muy productivas. Además, algunas esclavas abortaban porque no querían que sus hijos siguiesen su condición”, nos explica Martín Casares.

placeholder 'La mulata' de Velázquez (1618).
'La mulata' de Velázquez (1618).

Hubo más casos de éxito además de la peculiar figura de Juan Latino como Antonio María Machuca y Catalina Soto. “Creo que la necesidad de conocer nuestra historia nos hace mejores como humanos. Ahora está ocurriendo algo parecido, tenemos en el estrecho y en el Mediterráneo gente que muere diariamente para mejorar su vida y todos miramos a un lado. Esto es algo que deberíamos aprender de lo que fue la esclavitud: mirar hacia un lado no ayuda en nada. Hay que mirarlo de frente y decir ‘basta ya’, pero seguimos. Cuando se estudie más adelante, nos avergonzará mucho más que ahora”, defiende Beninges a este medio.

El 2 de diciembre de 1949 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el Convenio para abolir la esclavitud. Todavía existen 40 millones de esclavos en el mundo en países como Corea del Norte, Afganistán, Burundi, Brasil o la República Centroafricana. “La esclavitud es el grado máximo de explotación. Ha existido en prácticamente todas las sociedades y religiones. Esto me lleva a preguntarme por la propia naturaleza humana, ¿qué puede llevar a una persona a querer esclavizar a otra? ¿Es algo intrínseco del ser humano? Ahora estoy investigando sobre la esclavitud en Asia Oriental”, nos cuenta Martín Casares. Y de la curiosidad de investigadores y académicos; y la ambición de directores de contar estas historias, el ideario popular va, aunque despacio, descubriendo un poco más quiénes somos y de dónde venimos.

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.” Miguel de Cervantes escribía sobre la libertad en pleno Siglo de Oro Español: hablaba desde una posición privilegiada dentro de las vicisitudes de la época. Porque era un hombre y no era negro. Porque los negros eran esclavos de los blancos y porque esto no pasaba solo al otro lado del Atlántico.

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